Extra
Por su parte Andreas no
estaba pasando un muy buen momento en aquellos instantes, el campamento era
divertido, en verdad, pero al parecer algunos niños mayores no se habían tomado
muy bien el ser superados por un niñato de cuatro años, en especial los que
tenía enfrente en aquel momento, tenían entre nueve y diez años. Y ahí estaba a
mitad de la noche, con su pijama de robots y tres niños más mirándolo de mala
forma, aquello no le gustaba, ¿qué pretendían? ¿Tirarlo al río?
─ Oye ¿crees que sepa
nadar?- preguntó uno.
─ Por supuesto ¿crees que el señorito perfección podría no
saber?- se burló el otro. Genial, parecía que realmente lo iban a hacer, ojalá
pasaran a patrullar rápido, no quería morir ahogado a unos metros de su cabaña.
─ Hey ¿qué hacen?-
Andreas pensó que aquella no era la voz de ninguno de los instructores, intentó
identificarlo y notó que era el niño que había llegado ese día, al parecer era
el hijo del director del campamento.
─ Eh…nada, nada…- aquel
niño era mayor a los niños que lo estaban molestando, tendría tal vez unos doce
años- Sólo salimos a pasear con el pequeñito- intentando abrazar a Andreas pero
éste los empujó, primero muerto a que aquellos niños tontos lo tocaran. El niño
que lo había llegado a rescatar les vio de mala forma.
─ Mejor regresen a su
cabaña, yo pasearé al enano- y Andreas sintió que aquello le recordaba algo.
“¿Papi vino a animarte, enano?” miró bien al niño frente a él, por supuesto, ya
lo reconocía, el cabello rojo, las pecas en la cara y los ojos verdes, era el
niño feo al que había derrotado en el torneo. Los otros obedecieron y el
pelirrojo camino hacia Andreas- Oye ¿estás bien, enano? Te estaban molestando ¿no?-
Andreas le miró.
─ ¿No te acuerdas de
mí?- y el pelirrojo le vio atentamente, durante varios segundos, Andreas traía
el cabello suelto a los hombros, diferente al día del torneo que lo traía
atado.
─ Oh, pero si eres tu-
el niño se enderezó- diablos, he rescatado a un enano que no me gusta… - lo
observó nuevamente y se acercó un poco viéndolo de cerca- oye… eres un niño
¿verdad?- Andreas pensó que aquel niño parecía tan honesto que le gustaba,
aunque la primera vez le había desagradado.
─ Soy un niño, pero
papá dice que soy más bonito de lo usual- habló con orgullo y el pelirrojo
suspiró.
─ Bueno, supongo que
tengo que llevarte a tu cabaña, ya qué- Andreas comenzó a caminar.
─ No es necesario,
conozco el camino de regreso.
─ Oye, espera, si dejo
ir a un enano de cuatro ir solo por aquí ¿qué crees que me diría mi padre?-
poniéndose a su altura.
─ ¿Te impolta mucho lo
que diga?- Andreas lo dijo en tono de burla y el otro se sonrojó.
─ ¿Tienes algún
problema con ello? ¿Que a ti nunca te abrazó tu papa?- había repetido
exactamente las mismas palabras que Andreas le había dicho a él y esto sacó una
sonrisa en el pequeño que caminó a su lado entrando a su cabaña para dormir
plácidamente.
Al día siguiente,
cuando se les pidió formar parejas para el resto del campamento, él tomó la
mano de aquel niño negándose a separarse hasta que el padre del muchacho miró
orgulloso a su hijo, asignándole cuidar al pequeño.
─ Este será un verano
largo- se lamentó el pelirrojo y Andreas se sintió satisfecho, le gustaban las
personas como aquel niño, porque no tenía que cuidarse de que le mintieran-¿por
qué hiciste eso? Ahora tendré que estar pegado a ti todo el verano- Andreas le
miró y parpadeó un par de veces como si fuese obvio que por eso mismo lo había
hecho.
─ Me gustas- y el
pelirrojo se sonrojó, así que le agradaba al enano.
─ Ah…si…bueno… no me causes problemas ¿ok?- habló decidido
mientras veía los ojos enormes del chiquillo analizarlo. Viéndolo bien… era un
niño muy bonito.
─ Yo no hago esa clase
de cosas- habló con orgullo y el pelirrojo pensó que aunque era bonito tenía un
serio problema de actitud con aquella arrogancia. Suspiró, en fin, ni qué
hacerle. Poco sabia el pelirrojo de que a quien había salvado no era a Andreas,
si no a los pequeños niños que de otra forma habrían terminado en el río. Lakis
no se tomaba a la ligera la seguridad de su hijo y tenía a alguien cuidándolo,
un chico de apariencia asiática que sabiamente no había interferido en el
asunto.
andreas y el pelirojo❤❤❤❤
ResponderEliminarTe deseo que pases una feliz navidad al lado de tu familia, besos, bye
ResponderEliminarMe encanto la historia y espero con ansias la próxima parte. .. Saludos. ..
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