—¿Qué tanto le miras? —Clint había notado que Ryan miraba al área vip, donde Mr Lunes estaba — No me digas que has cambiado tus gustos— Ryan miro a Clint y torció el gesto.
—Idiota, nada, solo me preguntaba si realmente será tan fantástico— comento volviendo la atención a la barra. Clint volvió a reírse.
—¿Por qué no lo averiguas?—bromeo palmeando su hombro — así yo podría presumirlo en tu lugar— le gso la palmada con un golpe.
—¡Déjame en paz!— ambos rieron y continuaron su noche, no fue muy diferente de como solía ser cuando salían a bares o a pubs normales.
Los minutos pasaron llegando hasta pasada una hora de su llegada, en la que habían hablado como siempre, desde luego, aun sentado Ryan había recibido más pellizcos en el trasero de los que podía haber contado en toda su vida, definitivamente comenzaba a entender a las mujeres, los hombres podian ser unas malditas bestias acosadoras, daba gracias al cielo por sus 1.80 mts de alto. De otra forma tendría miedo incluso de ir al baño.
—Hey, hermano, parece que tienes mas éxito en este mercado que en el de tu preferencia—se bulo Clint, Ryan rodó los ojos— deberías pensarlo, de este lado no tienes la obligación de pagar las cuentas— comenzó a venderle la ida, Ryan volvió a golpear el hombro de Clint y este se rió.
— Vale, vale, ya te dejo en paz— Clint volvió la mirada a un punto que había sido frecuentemente visitado por sus bonitos ojos castaños desde que llegaran, aun mas frecuentemente que los ojos de Ryan a la zona vip.
—Entonces…— Ran sonio picaro comenzó a hablarle cerca del oído, mientras levantaba la cuarta cerveza de la noche— ¿ese es el tipo de sujeto que te gusta?—su amigo se atragantó con su cerveza desviando rápidamente la mirada que había estado sobre el barman casi toda la ultima hora.
Ryan rió sintiéndose inesperadamente nada incómodo ante la situación.
—¡No tengo idea de lo que estás hablando! —tomo un trago apresuradamente.
Ryan levantó la ceja haciéndole una seña hacia David y aunque Clint intento ignorarlo Ryan continuo golpeándolo suavemente en el hombro como diciéndole que le contestara ¡ya! Al final el más bajo suspiró.
—está bien, está bien, lo admito, pero esta tan fuera de mi alcance como la estrella del alba— saco un pañuelo para secar de su rostro la cerveza que había escurrido por su garganta en cada golpe de su amigo.
—dicen que esa es la que cumple deseos— animo Ryan y Clint rodó los ojos.
—Gracioso.
—Anda, pregúntale a qué hora acaba su turno— le animó, esperando que aquello le dejase claro a su amigo lo poco que le importaba si se revolcaba con una mujer o un hombre, mientras por el amor del cielo no le relatara los torridos detalles todo lo demás estaba perfecto.
—¿Estás loco?— bajó la voz en un susurro acercándose a él para que le escuchara aún con la música alta— le he visto rechazar mejores pedazos de carne— aclaro.
Ryan torció el gesto y rodo los ojos.
—Hombre, eres tan bueno como el imbécil de la sala vip, empiezo a cansarme de escucharte hablar mal de ti mismo cada que deseas algo— lo regaño.
—Hermano, tu en verdad me amas, envidio tu confianza pero supongo que de tener tu cara o al menos tu cuerpo podría tener la mitad de tu confianza— sentencio hosco.
—Oh, por dios, no te vengas a hacer el mártir ahora, vamos, sólo pregúntale por el fin de su turno— volvió a insistir y Clint volvió a sacudir la cabeza negando.
—No lo haré— parecían un par de niños en una rabieta. Ryan le quitó la cerveza de las manos.
—Vamos, no seas cobarde— lo reto, Clint tercamente negó y recuperó su cerveza de la mano ajena.
—Soy un maldito marica cobarde, déjame ser— gruño repitiendo las palabras de su amigo esas misma mañana. Ryan se sintió enfadado por el comentario.
—¡Con una mierda que lo eres!— volviendo a quitarle la cerveza— ve, quítate la idea de la cabeza y sigue con tu vida.
—¿Cual idea de la cabeza?— cuestiono enfadado.
—Las fantasías que seguro tienes con el sujeto ese, te conozco, anda no puedes siempre solo vivir de sueños o fantasías, te mereces realidades y es tiempo de que empieces a buscarlas— le dio toda una catedra con cara seria. Clint simplemente lo vio anonadado.
—¿Desde cuándo eres un motivador de superación personal?
—Cállate imbécil y ve.
—No, por dios Ryan, me va a enviar al infierno, somos casi amigos y prefiero eso a un rechazo rotundo— rogo, su amigo en cambio dejo las cervezas en la barra y enredó sus dedos en el cabello ajeno y lo jaló a él uniendo sus cabezas.
—Ya tienes un amigo aquí—señalándose—… ¡Tu necesitas alguien que te caliente la cama!.
—Te prefería homofóbico—murmuro tristemente. Ryan sonrió ante el comentario.
—No se aceptan devoluciones.
Clint suspiro y se levantó pesadamente del banco, si lo pensaba bien recordaba haber visto a un chico una vez invitar a David a salir y este lo había rechazado con cierto tacto ¿qué era lo peor que podía pasar? Se acercó a donde David limpiaba un par de vasos y se inclinó sobre la barra.
—¡Hey! ¡David!— le llamó y este le miró extrañado.
—Clint— saludó, bueno, el hombre sabía su nombre, eso era un avance, sería desmotivante que después de meses el sujeto ni siquiera conociera su nombre.
—hey… bueno…me preguntaba si ammm— se aclaró la garganta— me preguntaba ¿a qué hora termina tu turno?— sonrió hecho un mar de nervio, sentía el corazón en la garganta y el estómago dándole vueltas una y otra vez. El hombre le miró en silencio, Clint comenzó a pensar que con la música no le había escuchado, tal vez lo había dicho demasiado bajo, abrió la boca para repetirlo, ya que había llegado hasta ahí podía llegar al final. David se inclinó sobre la barra mirándolo con ojos fieros, ojos que a Clint no le presagiaron nada bueno.
—Escúchame y escúchame bien — el tono desdeñoso le encogió el estómago — No me interesa un carajo la mierda que puedas ofrecerme, a menos que vayas a pedirme algo de beber, piérdete— cada lenta palabra fue soltada con desprecio, para clint fue como si una fuerza invisible le estrujara el pecho y se encogió casi como si hubiese recibido un golpe físico, abrio los labios para hablar…pero las palabras no salieron, se mordió el labio con la mente en blanco. Del nerviosismo y el anhelo callo directo a la vergüenza y la humillación, estaba por darse la vuelta cuando la risilla a sus espaldas le hizo desear poder hundirse en la tierra, fue como si le diesen un golpe en el estómago. Al ver tras el, ahí estaba el chico que David había rechazado antes sin duda con mucho mas tacto del que le había regalado a él, ver de frente y tan claramente la diferencia de atractivo entre el chico y él terminó de destrozar su moral.
—David cariño, sírveme un ardiente— escuchó la risueña voz del sujeto y apretó los puños cuando David contestó casualmente “a la orden” con suma diligencia, mierda.
—Hey ¿qué sucedió?— Ryan miró preocupado el rostro contraído de su amigo, pero éste no se detuvo, tomó la chaqueta que había dejado en la barra frente a su banco y siguió caminando a la salida. Ryan tomó su propia chaqueta dejando sobre la barra dinero suficiente para pagar sus cuentas y caminó tras su amigo alcanzándolo casi en la puerta. Solo tomándolo por el brazo pudo detenerlo—¿Qué demonios sucedió allá?— Clint no le miró y Ryan supo que era porque estaba luchando para contener lágrimas de humillación que se acumulaban en sus ojos. Habia visto la escena y era obvio que no había ido bien pero aun no sabía que le había dicho exactamente.
—No le importa una mierda de lo que pueda ofrecerle, eso dijo— renegó soltándose del agarre de su amigo— iré a casa, Ryan. Por favor, déjame solo un rato— Ryan vio a su amigo caminar derrotado por la puerta de salida y no pudo sacar de su cabeza su expresión miserable y la vergüenza reflejada en su rostro mientras se enfrentaba al sujeto, lentamente su cuerpo se fue calentando como si al seguir recordando la ira fuese despertando en cada fibra de su ser. Regresó sobre sus pasos, pasos cada vez más rápidos, ver al sujeto hablar tranquilamente con un “niño bonito” le encendió más, alcanzando al sujeto de la camisa por encima de la barra aprovecho la sorpresa y asesto un golpe en el rostro de aquel jodido arrogante.
—¡Eres una maldita escoria presuntuosa!— acuso fuera de si— ¡Acabas de perder un cielo y ni siquiera lo sabes!
El sujeto que había ido a chocar con el estante de bebidas tras él se sujetó el rostro incorporándose con calculada lentitud, de un salto pasó la barra parándose tan cerca del otro que su aliento acarició su rostro
—¿un cielo? —soltó en tono desdeñoso haciendo hervir la sangre de Ryan—No me interesan los tríos imbécil, no importa lo bien envuelta que traiga su jodida mierda…ni siquiera puedo creer que pienses en compartirlo. Ambos me dan asco— escupió con desprecio. Ryan contrajo el rostro en completa incredulidad y extrañeza.
—¿De qué demonios estas hablando?— le empujó alejándolo de el. El sujeto rió con crueldad.
—Por favor, no vengas a negarlo, han estado entre arrumacos toda la noche, sueltas un “te amo” tan fácilmente para después enviarlo por mí, eres un enfermo— le regreso el empujón. Ryan ya ni siquiera sabía si podía estar enfadado o seriamente asqueado.
—¡Enfermo tienes el cerebro tarado, Clint es como mi hermano! — Tenía una expresión tan asqueada que David pareció flaquear en su segura posición.
—Te oí decirle que lo amabas…
Ryan lanzó su propia chaqueta al suelo con evidente frustración.
—¿Y que si lo amo? ¡Mierda! ¡es como mi hermano joder! ¡¿No puedo decirle que lo amo?!
David pareció tan confundido que casi daba lastima, vio a Ryan sin querer creerle y cuando la frustración en el rostro de este no le dio más remedio que hacerlo se revolvió el pelo.
—¡Es tu culpa maldita sea! ¡Estabas acariciándolo y tocándolo!— le gritó y Ryan levantó las manos al aire.
—Perdóname por ser afectuoso jodido enfermo— renegó con cinismo, burla y enfado. Vio a David dar vueltas en su sitio hasta golpear la barra.
—¡¡¡Mierda!!!
Ryan recogió su chaqueta, estaba enojado y ni siquiera podía terminar de desquitarse con aquel imbécil. Sentía como si no tuviese ya derecho después de dar pie a la confusión. ¡¡¡Pero mierda!!! ¿Que?¿cada cosa que decía o hacía era malinterpretada?
— ¿dónde esta él ahora?
Ryan escuchó la voz exigente del idiota y se giró a verlo con incredulidad preguntándose si realmente le estaba preguntando lo que creía.
—Estas mas idiota de lo que creí si crees que te voy a decir donde está.
—¡Dime donde esta!— David le tomó por el cuello de la camisa con el rostro completamente curtido por la ira.
Ninguno de los dos se había dado cuenta de que habían montado tal espectáculo que todos en el lugar habían dibujado un círculo a su alrededor viéndolos, algunos tenían la cámara de su celular grabando.
—Te voy a decir por donde puedes…— renegó, pero antes de que pudiese terminar de enviarlo al diablo una sombra les separó.
—Basta, caballeros. Están dando un espectáculo.
Ambos se giraron a ver a la persona que había intervenido y Ryan iba a decirle al hombre por donde podía irse marchando cuando notó quien era...Maldición ¿no era ese Mr. Lunes? Se quedó en blanco por unos segundos. ¡Joder! si que era alto… ¿1.92 tal vez? Se quedó viéndolo, la oscuridad del lugar no le dejaba ver claramente sus rasgos pero estaba seguro como el infierno que aquellos ojos azules debían ser únicos. Entendió en ese momento el alboroto por el hombre. Si de lejos lucia bien de cerca…de cerca era simplemente impresionante….
OMG...OMG!!! Tan cortito y tan intenso, me encanto<3
ResponderEliminarPobrecito de Clint, bebé hemoso! espero que haga sufrir un poquito a David para perdonarle sus arranques de celos, pero he de ser sincera, reaccionaría igual que David, soy media neandertal jajaja Me encanta Ryan(en realidad todos los personajes hasta ahora, menos el chico bonito) y el apoyo incondicional a su amigo. Gracias por su trabajo, esperando con ansias el siguiente capi y ver un poco mas sobre el misterioso Mr Lunes, feliz ombligo de semana, besosss
Lu Malandro