viernes, 23 de diciembre de 2016

¡Feliz Navidad! Antología 2016

¡Felices Fiestas!

Como ya lo hemos venido haciendo en años anteriores, hemos querido darles este pequeño regalo a todos los lectores :3 Esperamos lo disfruten. 
También queremos agradecer a todas las autoras por colaborar para hacer esta Antología. 


Muchas Gracias por el apoyo que nos brindan o3o

Feliz Navidad :D






Antología Completa     Daniel Richards

                               





sábado, 17 de diciembre de 2016

Por él - Extra -


Extra
Por su parte Andreas no estaba pasando un muy buen momento en aquellos instantes, el campamento era divertido, en verdad, pero al parecer algunos niños mayores no se habían tomado muy bien el ser superados por un niñato de cuatro años, en especial los que tenía enfrente en aquel momento, tenían entre nueve y diez años. Y ahí estaba a mitad de la noche, con su pijama de robots y tres niños más mirándolo de mala forma, aquello no le gustaba, ¿qué pretendían? ¿Tirarlo al río?

─ Oye ¿crees que sepa nadar?- preguntó uno.

─ Por supuesto  ¿crees que el señorito perfección podría no saber?- se burló el otro. Genial, parecía que realmente lo iban a hacer, ojalá pasaran a patrullar rápido, no quería morir ahogado a  unos metros de su cabaña.

─ Hey ¿qué hacen?- Andreas pensó que aquella no era la voz de ninguno de los instructores, intentó identificarlo y notó que era el niño que había llegado ese día, al parecer era el hijo del director del campamento.

─ Eh…nada, nada…- aquel niño era mayor a los niños que lo estaban molestando, tendría tal vez unos doce años- Sólo salimos a pasear con el pequeñito- intentando abrazar a Andreas pero éste los empujó, primero muerto a que aquellos niños tontos lo tocaran. El niño que lo había llegado a rescatar les vio de mala forma.

─ Mejor regresen a su cabaña, yo pasearé al enano- y Andreas sintió que aquello le recordaba algo. “¿Papi vino a animarte, enano?” miró bien al niño frente a él, por supuesto, ya lo reconocía, el cabello rojo, las pecas en la cara y los ojos verdes, era el niño feo al que había derrotado en el torneo. Los otros obedecieron y el pelirrojo camino hacia Andreas- Oye ¿estás bien, enano? Te estaban molestando ¿no?- Andreas le miró.

─ ¿No te acuerdas de mí?- y el pelirrojo le vio atentamente, durante varios segundos, Andreas traía el cabello suelto a los hombros, diferente al día del torneo que lo traía atado.

─ Oh, pero si eres tu- el niño se enderezó- diablos, he rescatado a un enano que no me gusta… - lo observó nuevamente y se acercó un poco viéndolo de cerca- oye… eres un niño ¿verdad?- Andreas pensó que aquel niño parecía tan honesto que le gustaba, aunque la primera vez le había desagradado.

─ Soy un niño, pero papá dice que soy más bonito de lo usual- habló con orgullo y el pelirrojo suspiró.

─ Bueno, supongo que tengo que llevarte a tu cabaña, ya qué- Andreas comenzó a caminar.

─ No es necesario, conozco el camino de regreso.

─ Oye, espera, si dejo ir a un enano de cuatro ir solo por aquí ¿qué crees que me diría mi padre?- poniéndose a su altura.

─ ¿Te impolta mucho lo que diga?- Andreas lo dijo en tono de burla y el otro se sonrojó.

─ ¿Tienes algún problema con ello? ¿Que a ti nunca te abrazó tu papa?- había repetido exactamente las mismas palabras que Andreas le había dicho a él y esto sacó una sonrisa en el pequeño que caminó a su lado entrando a su cabaña para dormir plácidamente.
Al día siguiente, cuando se les pidió formar parejas para el resto del campamento, él tomó la mano de aquel niño negándose a separarse hasta que el padre del muchacho miró orgulloso a su hijo, asignándole cuidar al pequeño.

─ Este será un verano largo- se lamentó el pelirrojo y Andreas se sintió satisfecho, le gustaban las personas como aquel niño, porque no tenía que cuidarse de que le mintieran-¿por qué hiciste eso? Ahora tendré que estar pegado a ti todo el verano- Andreas le miró y parpadeó un par de veces como si fuese obvio que por eso mismo lo había hecho.

─ Me gustas- y el pelirrojo se sonrojó, así que le agradaba al enano.

─ Ah…si…bueno…  no me causes problemas ¿ok?- habló decidido mientras veía los ojos enormes del chiquillo analizarlo. Viéndolo bien… era un niño muy bonito.

─ Yo no hago esa clase de cosas- habló con orgullo y el pelirrojo pensó que aunque era bonito tenía un serio problema de actitud con aquella arrogancia. Suspiró, en fin, ni qué hacerle. Poco sabia el pelirrojo de que a quien había salvado no era a Andreas, si no a los pequeños niños que de otra forma habrían terminado en el río. Lakis no se tomaba a la ligera la seguridad de su hijo y tenía a alguien cuidándolo, un chico de apariencia asiática que sabiamente no había interferido en el asunto. 



viernes, 9 de diciembre de 2016

Por él - Capítulo 14


Capítulo 14
─ Basil -susurró por primera vez con una voz cargada de deseo y necesidad.  Lo necesitaba, maldita sea que lo necesitaba hasta el extremo del dolor. Dolía no tenerlo, no poder fundirse con él más allá de lo que lo físico permitía, él quería meterse hasta por debajo de su piel, entrar en su consciencia y en su mente- No necesito más amante que tú- dijo inconscientemente al besarle el cuello desabrochándole el cinturón, no lo pensó, sólo sintió que debía hacerlo, sintió que si lo decía todo estaría bien, y Basil soltó una pequeña lágrima de felicidad al escucharle…  tan estúpido,  tan conformista y tan feliz.

─ Me tienes ahora…- contestó suspirando cuando le mordió el cuello- gm…- se quejó un poco- Eso dejará marca…- tocándose cuando Jason se separó de él sacándose la camisa, apenas tuvo tiempo de hacerlo también pues un momento después le atrajo a él besándolo con intensidad. No parecía estar dispuesto a una negativa aunque tampoco lo forzaba, aunque bien,  en esos momentos no era necesario, Basil casi podía sentir cómo se derretía en sus brazos, ambos estaban ansiosos pero iban lento, perdidos entre la frustración de querer devorarse y saborearse al mismo tiempo.

─ Esa es la idea- murmuró y Basil se sintió complacido ante su posesividad.

─ No me culpes si lo hago también- murmuró gimiendo cuando Jason metió la mano entre sus pantalones, se recostó en la pared más cercana sintiendo que las piernas no le sostenían y echó la cabeza atrás cerrando los ojos, soltando suspiros y dejándose por completo en los brazos del moreno…

─ Sería interesante- sonrió lamiéndose los labios al ver como Basil se abandonaba a su caricia con los ojos cerrados, suspirando de aquella manera- Gime…no te contengas, Basil- le susurró cerca del rostro acorralándolo contra la pared, masturbándolo con más intensidad, provocando gemidos fuertes y desvergonzados.

─ Ah... basta…yo…- estaba por venirse y gruñó al sentir que el otro se detenía.

─ No, cachorro- susurró deteniendo el orgasmo del otro- Aún no- Basil le miró, más que con molestia, como un cachorrito abandonado lo haría, Jason le contempló, le observó y sus dedos se enredaron entre los rubios cabellos acercándolo por la nuca. Sus labios se rozaban y sus ojos se perdían en los del otro. Podía sentirlos, los labios temblorosos del moreno acariciando casi con duda los suyos y los suyos mismos vacilando… a Basil los ojos le pesaban, era como querer abandonarse a su merced y al mismo tiempo no querer despegarse de aquellas lagunas grises, tan profundas… tan densas…

─ Jason…- susurró apenas y el moreno lo apretó por la cintura besándolo por fin, cerrando los ojos y besándolo de lleno, volviendo a hundirse en su boca de miel, en aquellos labios dulces e incitadores, temblorosos y embriagadores- Vamos a la habitación, Basil- le susurró contra los labios y Basil caminó hacia atrás sin querer separarse de él, sin dejar aquel contacto , a tientas abrió la puerta, solo unos pasos y se dejó caer en la cama con el cuerpo del moreno sobre el suyo, sintiendo como la excitación lo invadía al instante hasta el borde del delirio- ah… Ja…Jason… tómame…- suplicó enredando sus dedos en los cabellos oscuros, rodeándole por el cuello, abriendo sus piernas, incitándolo… Tentándolo…  y a Jason le dolió la entrepierna ante la sola insinuación- Jason- volvió a gemir como si no aguantara más. Jason se las arregló para sacarle los pantalones y bajarse apenas los suyos embistiendo dentro del otro aún con la ropa puesta- ¡gm!- el rubio se aferró a él con más fuerza, escondiendo su rostro en su cuello, sintiendo cómo lo penetraba llenándolo por completo, sintiéndose pleno, completo- ah…muévete…muévete…-Jason no necesitaba indicaciones, sus caderas se movieron buscando ese cuerpo, sintiendo que le apretaba exquisitamente, definitivamente su cachorro se reponía rápido, solo dos semanas de no hacerlo y se sentía como un virgen, sentía que explotaría solo con escuchar los necesitados gemidos en su cuello- Jason…- aquel gemido le rozó el oído y viajó hasta su entrepierna haciendo que se moviera con una desesperación nunca antes sentida, necesitaba tenerlo…necesitaba marcarlo…necesitaba escucharlo gritar- ¡¡ah!! Jason… ¡Jason!-Basil gritó dejándose caer en la cama apretando las sábanas, pensando que se rompería, luchando por prolongar el éxtasis de su orgasmo, queriendo que Jason se moviera así dentro de él por siempre…

─ Eso es…grita…grita…- ordenó entre jadeos, sus cabellos húmedos se movían en su frente entre una embestida y otra, el rostro de Basil era un completo poema, extasiado y entregado, Jason no había contemplado jamás expresión como aquella.

─ Ja…jason…ah… ¡ah!- las manos de Basil se aferraron aún más a las telas mientras sentía el orgasmo alcanzarle, Jason seguía moviéndose y lo apretó deseando sentirlo venirse en su interior.

No tuvo que esperar demasiado, las contracciones de Basil llevaron al moreno a un éxtasis completamente diferente a los anteriores, su mente se puso en blanco y por unos segundos solo existió el placer…


Casi a las tres de la tarde  Basil despertó encontrándose con un Jason mirándolo dormir, definitivamente Jason no necesitaba dormir demasiado…o tal vez tenía algo que ver con la diferencia de horarios… sí… ellos habían hecho el amor durante horas, horas en las que en casa era de día, en ese momento alla debían ser las 10 de la noche… porque ahí eran las tres… las tres…

Basil casi saltó de la cama, despertar con Jason junto a él lo había dejado en un estado de ensoñación increíblemente placentera, a tal punto de tardar en reaccionar después de ver el reloj de pared. ¡Diablos! él entraba a trabajar en una hora, no iba a llegar a tiempo.

─ Auch- se quejó al levantarse tan abruptamente de la cama.

─ No deberías hacer eso, cachorro. Después de todo estuviste  recibiéndome por horas- Basil se sonrojó pero no volteó a verlo, sabía por experiencia lo que ver a Jason desnudo entre las sábanas podía ocasionar en él.

─ Tengo que ir a trabajar y estoy retrasadísimo- habló buscando algo que ponerse antes de meterse a la ducha.

─ Te llevaré, tranquilízate- Basil sintió el aliento de Jason en su cuello y cerró los ojos reuniendo toda su fuerza de voluntad para no derretirse ahí mismo- Ahora, será más rápido si me baño contigo ¿no?- metiéndolo al baño casi a  la fuerza. Basil intentó renegar pero sentir a Jason lavándole el cuerpo mientras el agua caliente corría por toda su piel fue sencillamente demasiado tentador, especialmente cuando todo iba acompañado de deliciosos mordiscos en su cuello que sin duda alguna dejarían más de una marca, pero sinceramente poco le importaba, no tenía porque ocultar que Jason era completamente dueño de su cuerpo, porque no quería y porque no podía… no con el chantaje de Jason.

─ Jason… se me hace tarde- murmuró en un suspiro sintiendo como Jason mordía levemente sus tetillas manteniéndolo dócilmente recargado contra la losa fría. El moreno gruñó aceptando salir. Basil buscó algo de ropa y Jason tuvo que ponerse lo mismo con lo que había llegado, dicho sea de paso, la apariencia desarreglada no le iba nada mal, Basil deseó tener una sesión ahí mismo, a veces su vena fotográfica dominaba en su vida. Viendo que estaba distraído, tomó su cámara y tomó un par de fotos.

─ He de suponer que ya estás listo- Jason sonrió y Basil pensó que la arrogancia de saberse perfecto se veía reflejada en esa sonrisa, esa que fue la protagonista de su última fotografía, maldito fuera por ser tan consciente de su atractivo-Vamos- le llamó y Basil le siguió guardando su cámara.

─ Oye ¿a dónde vamos?- notando que iban hacia la azotea y no hacia la planta baja.

─ Dije que iba a llevarte- habló cuando llegaron a la azotea y Basil pudo ver el helicóptero en el que comenzaba a sospechar Jason había llegado la noche anterior.

─ ¿Te…te dejaron aterrizar aquí?- no supo ni por qué pregunto, después de todo estaba hablando con Jason Lakis- No sé para qué pregunto, no conozco quien pueda negarte algo- suspiró caminando a su lado y Jason le observó con una sonrisa de suficiencia que hizo sacar una mueca molesta al rubio, cosa que por supuesto solo divirtió al moreno.

─ Sube- Basil dudó.

─ Espera ¿quién va a pilotear?- Jason subió poniéndose al piloto, mirándolo como si acabase de preguntar la cosa más obvia del mundo-Vaya, supongo que no todos pueden presumir de usar al magnífico Jason Lakis de chófer- ganándose una mala mirada del moreno.

─ No tientes tu suerte, Denakis- Basil rió divertido ante su reacción y el moreno se sintió tranquilo solo de verlo sonreír. Aterrizaron en el techo del edificio en el que Basil trabajaba y los guardias salieron a recibirlos o mejor dicho a ver quién demonios había llegado, ver a Basil les tranquilizó pero se quedaron pendientes por cualquier cosa.

─ Lo lamento, solo será un instante- les gritó Basil volteando a ver a Jason que había apagado motores bajando a su lado, el ruido de las aspas no les permitió hablar por unos momentos pero cuando cesó Basil no supo qué decir.

─ Gra…gracias, supongo- Jason le miró.

─ Regreso a casa ahora…- una ráfaga de aire les golpeó a aquella altura y la mano de Jason se movió por mera inercia protegiendo el rostro del rubio que había entrecerrado los ojos, la ráfaga pasó y Jason se movió sin darse cuenta, acomodando los rubios cabellos de su cachorro, topándose con la expresión ensoñada del rubio… le gustaba…le encantaba… con un demonio, ¿en qué momento había sucedido? Lo amaba…  se agachó para besarlo y el rubio le rodeó por el cuello nada más sentir los labios ajenos sobre los suyos.

─Jason…- susurró  cuando lo abrazó pasando de un beso a otro, no quería que lo soltara, no quería que se fuera…

─ Termina pronto el trabajo, Andreas tendrá un evento para el final de su campamento - Basil asintió aun medio ensoñado y Jason le acarició el rostro, al menos sabía que no le era indiferente en lo más mínimo al otro - Me voy- habló separándose para volver a subir al helicóptero y Basil le sostuvo por el abrigo no permitiendo que se marchara y el moreno le observó cómo preguntando que sucedía.

─ Ayer… sólo quería hablar…

─ ¿Tienes algo que decirme?- Basil le vio y el nerviosismo se veía en todo su cuerpo, azotándolo con intensidad. Parecía un animalito asustado, y eso le preocupó a Jason, si había algo que Basil Denakis jamás había demostrado era ser indefenso,  por eso le gustaba, porque podía perderse en el fuego de sus ojos, en la intensidad de su mirada y en la decisión de sus rasgos.

─ No… bueno… si… posiblemente no te interese….- se masajeó el cuello revolviendo un poco su cabello- mi ex jefe… -Jason frunció el ceño- si…  es el que estás pensando- y el moreno se sintió de mal humor solo de escuchar mencionarlo - él…- Jason quiso decir que no quería escuchar nada que tuviese que ver con ese sujeto pero lo que vino a continuación le golpeó como una piedra en el pecho- Es mi jefe ahora…- y Basil creyó que Jason le golpearía solo de ver su expresión.

─ Más vale que recuerdes a quien perteneces ahora, Denakis- Basil bajó la mirada y sus mejillas se sonrojaron.

─ A ti…lo sé… lo sé, Lakis- y el moreno extraño el “Jason” saliendo de sus labios, pero le complacieron sus palabras, aún más su actitud.

─ Vendré en tres días- Basil le vio y parpadeó como si le hubiesen dicho que Jason era virgen- Hazte un tiempo libre- y le acarició el rostro apartando sus cabellos, Basil sonrió.

─ ¿Tienes alguna fijación con el número tres?- Jason sonrió cínicamente.

─ La tengo- acercándose a su oído- también es el número de veces que te haré venirte antes que yo, cachorro… hasta luego- se separó un poco y le lamió los labios antes de volver a subir al helicóptero y marcharse. Basil se quedó viendo cómo se marchaba y desde lo alto Jason le observó algunos segundos antes de ir donde había dejado su jet privado… maldita sea, lo único que le faltaba, tener a su cachorro cerca de aquel sujeto.

─ Computadora- una pantallita se encendió en su reloj.

─ ¿Qué sucede Jason? Tienes cara de que quieres averiguar algo.

─ Necesito toda la información sobre el actual jefe de Basil… manda un fax a la compañía donde Basil trabaja, que te digan quién solicitó su trabajo actual.

─ Un día de estos vas a quemar mi procesador.

─ Trabajas por satélite.

─ Tienes que tener la respuesta a todo ¿cierto? Aun así los faxes no son lo mío, enviaré un e-mail.

─ No me importa lo que mandes, sólo consígueme lo que te pido. Maldita sea ¿cómo carajos vine a enamorarme?

─ Jason ¿por fin descubriste que estás enamorado? Enhorabuena- en la pantalla aparecieron fuegos artificiales- comenzaba a creer que ese coeficiente no servía para nada.

─ ¿Qué estás intentando decir?- La molestia se notaba en su tono.

─ Oh, mi estimado Jason, trabajo con código binario y ya lo sabía, tus lecturas de pulso siempre se aceleran cuando aparece y he podido checar la dilatación de tus pupilas desde hace mucho. En lenguaje humano eso y otras señales se deducen en un hombre enamorado.

─ Cállate….- genial, lo único que le faltaba, descubrir algo de sí mismo que su propia máquina ya sabía… diablos…-¿Has eliminado las deudas de Basil del registro?

─ Tal como lo ordenaste Basil Denakis ha saldado toda la deuda que compraste ¿no se considera extraño cuando pagas las deudas de tu amante a ti mismo?

─ No cuestiones mis métodos y programa mi día libre para dentro de tres días, no dejaré que nadie se interponga en mi camino… lo mío…siempre será mío.

─ ¿Algo más que añadir a la lista?-Jason miró al frente, tenía que usar su carta más fuerte.

─ Si… comienza con los preparativos para mi boda…

─ Jason, cuando le dices a tu máquina que inicie los trámites para tu boda debes conseguirte una vida… y amigos. Solo para el archivo, según las encuestas en la red, abogado y guardaespaldas no cuentan como amigos- Jason rodó los ojos.

*Fin de la primera Parte*
 

domingo, 4 de diciembre de 2016

Por él -Capítulo 13


Capítulo 13


Una semana después de haber llegado a Paris, Basil sentía que se derrumbaría en cualquier momento. Cuando aceptó aquel trabajo jamás se esperó encontrarse con algo como aquello.


─ ¿Qué tal va la campaña?- la voz en su oído le erizó la piel, pero se aguantó las ganas de apartarse, cerrando los ojos.


─ Bien… es fácil trabajar con modelos tan buenos- el hombre rió un poco y sintió cómo le pasaba un brazo por la cintura y esta vez sí se quitó bruscamente sin poder evitarlo, frente a él estaba un hombre de cabello negro y liso que solo resaltaba un par de sensuales ojos morenos, tenía unos treinta y seis años pero su atractivo solo parecía crecer con el tiempo, sólo había un problema en aquella ecuación, a Basil no podía sino revolvérsele el estómago cada vez que lo tenía cerca.



─ ¿Por qué tan distante Basil? ¿No crees que con nuestro pasado esto debería ser nada?- intentó abrazarlo de nuevo, Basil se apartó, Allon sabía perfectamente que ellos jamás habían tenido esa clase de relación. Pero prefería no decírselo en su cara mientras estuviese trabajando para él.


Basil sonrió dándole la espalda de nuevo como si estuviese revisando su cámara- Estoy aquí por trabajo Al, tengo a alguien más en mi vida ahora.


─ ¿Y ese alguien sabe que me vendiste tu cuerpo por tu hijo?- Basil apretó la cámara en sus manos, no pensó que fuese a sacar el tema así como así.


─ Lo sabe- dijo con firmeza, alegrándose de poder contestarle de esa forma.


─ Oh vaya, qué relación tan buena….y dime ¿sabe que estás trabajando para mí ahora?- Basil no contestó enseguida.


─ ¿Se supone que eso es importante? Creo que esta conversación esta fuera de lugar ¿no tienes una importante empresa que seguir dirigiendo? Yo he terminado mi trabajo por hoy- Allon le vio y frunció el ceño, no le agradaba nada que Basil fuese tan renuente a aceptar de una vez por todas pertenecerle, como debía de haber sido desde hacía ya dos años, antes de que el escurridizo rubio se le escapara de su mando nada más terminar el tiempo de su contrato. Se le había ido aquella vez pero ya que lo había encontrado no se le escaparía de nuevo. Lo había visto entrar en aquella fiesta hacía menos de un mes, se había retirado inmediatamente antes de que pudiese verlo, no había sido difícil saber dónde trabajaba y enviarle una propuesta a su empresa… lo verdaderamente difícil estaba ahora que lo tenía cerca y lejos de aquel posesivo amante.


─ Supe que tu nuevo amante es nada menos que Jason Lakis- Basil le vio frunciendo el ceño como preguntando cómo sabía y Allon rió- Sale en todos los periódicos últimamente, incluso por aquí llegaron algunas noticias… - Allon al parecer había comenzado a trabajar en París hacía un año, su empresa se había extendido desde Grecia hasta donde estaba ahora.


─ No es de tu incumbencia- bufó dándole la espalda y Allon pensó que era el momento de presionar un poco más.


─ Oh, yo creo que lo es Basil ¿cuánto crees que te tendrá a su lado un hombre como él? Yo siempre he sido homosexual, te quiero para siempre Basil… a ti y a tu hijo… ¿cuánto crees que estarás en el gusto de un hombre como Jason Lakis? ¿Cuánto crees que soporte antes de encontrarse una bella mujer con la cual casarse y tener sus propios hijos?- Basil pensó que la verdad era algo más desoladora que eso, en cuanto Jason se hartara de él no solo se buscaría alguien más sino que también se quedaría con su hijo. Quién sabe si eso no estuviese pasando ya en aquellos instantes- Veo por tu expresión que eres consciente de ello- Basil no se dio cuenta de cuánto había avanzado el otro sino hasta que lo sintió acariciar su mejilla- Déjalo ahora…no te aferres a sueños de adolescente, Basil… yo puedo ofrecerte mucho más de lo que en sueños obtendrás con ese sujeto- Basil se apartó, aunque quisiese aceptar la oferta, que no era el caso, estaba atado de pies y manos.


─ Dicen que el amor es ciego- dijo simplemente antes de marcharse de ahí sin dejar que Allon volviese a intentar detenerlo.


Llegó al hotel en el que se hospedaba y azotó la puerta llevándose las manos al cabello, no le gustaba la situación, se sentía atrapado y sin salida, Jason ni siquiera había intentado ponerse en contacto con él, pero ¿por qué debería? Seguro estaba divirtiéndose de lo lindo con alguna de sus anteriores amantes, el mismo lo había dicho, sin Andreas no había ninguna razón para no buscar alguien que lo entretuviese. Dio un par de vueltas y después vio el teléfono… ¿y si le llamaba? Eran las diez de la noche, en casa debían de ser las cinco de la mañana del siguiente día más o menos. Ya estaría despierto seguro… ¿o estaría aun en la cama con alguien más? Podría… podría llamarle… para preguntar por Andreas… para cualquier cosa… sólo escuchar su voz posiblemente le haría aclarar la cabeza… caminó al teléfono, ya estaba frente a él y se sentía como un colegial. ¿Llamar? ¿No llamar? se armó de valor marcando antes de arrepentirse, el teléfono dio dos timbres antes de que Jason contestara.


─ Vaya, conque te has atrevido a llamar- Basil se encogió un poco ¿sabía que era él? ¿Esperaba alguna otra llamada? Parecía molesto.


─Soy Basil…- habló como si Jason no lo supiera y escuchó un sonido de desesperación de Jason.


─ ¿Y quién más podría ser? Nadie más se atrevería a hablarme a esta hora a mi número personal- Basil sonrió un poco. Bueno, al menos en algo tenía que ser especial en aquella casa, después de un rato de silencio Jason pareció dejar el tono molesto por uno que casi se confundía con la preocupación.-¿Qué sucede?


─ Yo… ah…- no supo qué decirle, había inventado una excusa justo antes de levantar el teléfono pero ya se le había olvidado.


─ ¿Qué sucede?- Jason parecía impaciente y Basil suspiró.


─ Eh…no, perdón. No debí llamar- iba a colgar pero la voz del otro le detuvo.


─ No te atrevas a colgarme Denakis ¿para qué llamaste?- aquella era una exigencia y cuando Basil no contestó Jason le habló- Llamaré en tres horas- y le colgó.


Basil no supo qué hacer… se le quedó viendo al teléfono durante varios segundos y después sonrió ligeramente, se sentía algo más calmado después de aquella llamada. Vio el reloj, ¿en serio Jason pensaba llamarlo cuando ahí era la una de la mañana? No creía que Jason fuera desconocedor de la diferencia de horarios.


─ Supongo que no le importa…- suspiró con resignación. Al día siguiente no trabajaría sino hasta las cuatro de la tarde. Tal vez podría esperar un poco. No, no tenía por qué esperar tres horas a que al dueño del mundo se le ocurriese llamarle, se iría a dormir y se olvidaría de eso. Si llamaba, con suerte para Jason, el ruido del teléfono lo despertaría.


Así pues, se tiró en la cama, dando vueltas en ella, tardó casi una hora en dormir, daba vueltas sin poder dejar de mirar de reojo el teléfono. ¡Maldita fuese la hora en que se le había ocurrido llamarle!. Cuando por fin se durmió, lo hizo con una estúpida sonrisa, verdaderamente se sentía como un adolescente de nuevo…

Eran casi la una de la mañana cuando un sonido le sacudió… como si lo hubiese estado esperando despertó de inmediato, volteó a ver el teléfono pero éste seguía sin sonar.


Se levantó. Tocaban a la puerta. No quería abrir, el único que podía estar ahí era su jefe y sinceramente si había alguien a quien no quería ver era a él justamente.

Ignoró el sonido. Que pensara que había salido o se había cambiado de hotel, que más daba, pero el sonido persistía, cada vez con más fuerza… finalmente caminó a la puerta, ya eran la una y el maldito teléfono no sonaba, su jefe estaba molestándolo y él sinceramente quería irse a dormir y olvidarse de ambos. Abrió y poco le importaba si lo despedía en esos momentos- ¡No quiero verte! ¡Quiero descansar!- pero en ese momento se dio de lleno con un par de ojos grises que le traspasaron el alma- Ja…Jason…-quedándose paralizado en la puerta.


─ ¿Vengo hasta aquí y así me recibes?- preguntó abriéndose paso, cerrando la puerta tras de sí, Basil había dado un paso atrás para dejarlo entrar, simplemente mirándolo anonadado al tiempo que Jason le rodeaba con uno de sus brazos… su toque era tan diferente al de Allon… tan agradable…

─ Yo…yo… no pensé que fueses tú…- Jason pensó que debería asaltarle por las madrugadas más seguido… estaba increíblemente manso en ese momento.

─ Sonabas extraño al teléfono ¿qué sucedió?- Basil desvió la mirada recordando sus pequeños problemas de golpe.


─ Nada en particular…


─ ¿Y me llamaste por nada en particular?- Basil se encogió un poco.


─ Perdón…- ¿qué más podía decir cuando Jason había viajado casi tres horas porque sonaba raro? Sonrió sin darse cuenta.


─ No parece que lo sientas…- Basil iba a contestar pero justo en ese momento Jason atacó su cuello besándolo lentamente y su sonrisa se ensanchó aún más, rodeándolo por el cuello. Tenía tantas ganas de estar con él… Además de que ahí el sentimiento de incomodidad y excitación de ser grabado desaparecía…


─ No…- murmuró y Jason levantó la vista para verle, el deseo se reflejaba en cada uno de los rasgos de su cachorro. ¿Acaso el negarse ya era una costumbre? Sonrió con cinismo.


─ ¿No qué, cachorro?- esperando que se resistiera. Total, siempre lo hacía y terminaba cediendo.


─ No así…- murmuró cerrando los ojos y besando a Jason en los labios- Bésame así…- soltó en un suspiro, besando y saboreando los labios del moreno como si no pudiese ser de otra forma.


Jason se quedó estático, sin saber qué hacer o cómo reaccionar, hacer que Basil reaccionara era fácil pero inconscientemente siempre había evitado besarlo, sabía que si lo hacía se perdería en aquellos labios, que se embriagaría hasta el éxtasis, y al evitarlo había olvidado por completo las ansias que tenía de poder sentirlos suyos. Lo aferró a él por la cintura y cerró los ojos aumentando la intensidad de aquel beso, sus labios degustaron la boca ajena y su cuerpo se estremeció sin remedio. Lo deseaba… Dios, cómo lo deseaba, quería hacerlo suyo hasta la última molécula, quería bebérselo entero en aquel beso que sabía a gloria.



viernes, 18 de noviembre de 2016

Por él -Capítulo 12


Capítulo 12



Basil entró con una sonrisa a la mansión, le habían ofrecido un gran trabajo. Suspiró, era posible que no pudiese aceptarlo pero el hecho de haber sido escogido para ello ya era en sí bastante para él. Ese día la mansión le pareció especialmente espaciosa y llena de luz.

Escuchó las clases de piano de su hijo, vio el reloj y sonrió cerrando los ojos. Las notas viajaban por el aire y los sonidos acompasados iban acompañados de los notables errores que los deditos de su hijo dejaban escuchar de vez en cuando, debían de acabar en una media hora, así que subió a darse un baño antes de bajar a verlo para comer. Estaba de buen humor, tenía ganas de tararear cualquier canción tonta mientras se bañaba, dejó que el agua le recorriera el cuerpo, no lo había notado hasta ese momento pero la mansión ya era como su casa, aunque su extrema relajación se esfumó cuando al cubrirse la cintura con la toalla y salir de la ducha se vio al espejo, tenía un par de marcas en el pecho y se sonrojó, aunque no eran las marcas las que lo hacían sentirse de repente avergonzado, sino los recuerdos que traían con ellas. Había pasado una semana desde que él y Jason lo habían hecho por primera vez, y aunque había intentado evitar aquellos encuentros, indudablemente habían hecho el amor todas las noches en la última semana.

Sacudió la cabeza intentando con ello alejar sus pensamientos y su cabello soltó pequeñas gotitas de agua que mojaron el espejo al tiempo que salía y se vestía con una de las tantas prendas que Jason había comprado para él. En la última semana le había comprado más aún, sabía que Jason raras veces iba a la oficina, al parecer pensaba que en casa y con todo su equipo no había necesidad de ir a encontrarse con buitres para dirigir su empresa, y es que por lo que había visto al parecer tenía razón, Jason contaba con tecnología que incluso un ignorante de máquinas como él sabía estaba muy por encima de la que pudiese tener cualquier otra empresa, ya había tenido más de un problema gracias a ellas y a su programa inteligente. Uno como el que por ejemplo estaba a punto de tener.

─Te ves bien, Basil.Jason me pidió que te diera esto, es lo de siempre- aquella voz se escuchó en la habitación y Basil sabía que era el sistema inteligente que Jason tenía instalado no solo en toda la casa, sino en casi todo lo que fuese de su pertenencia.

─No lo quiero- y es que sabía perfectamente lo que era, de una de las paredes se abrió una pequeña rendija apareciendo un mini-DVD, uno que seguramente tenía grabado su último encuentro- ¿Qué diablos intenta dándomelos?

─Al parecer, a nuestro egocéntrico amigo le gusta que seas consciente de lo mucho que te gusta abrirle las piernas- Basil se sonrojó hasta la punta de los cabellos, si es que eso era posible. Que una máquina le dijese aquello era demasiado.

─No necesito que me lo digas- ni tampoco necesitaba que Jason se lo mostrara en aquellas grabaciones, después de todo incluso se había asegurado de tomarlo frente al espejo la noche anterior, se ruborizó fuertemente recordando su propio rostro, las palabras que había dicho… los ruegos, los jadeos… maldita sea... no quería tener que verlo nuevamente en vídeo.

─Oh, no... por supuesto que no, supongo que con la colección de DVDs que tienes hasta ahora será suficiente, deberías aceptarlo, en esta guerra estás perdido.

─Me voy a comer- cortó Basil prefiriendo dejar el tema por zanjado y es que la máquina tenía razón, simplemente estaba perdido... perdido en aquellos hermosos ojos grises que le hacían temblar solo de contemplarlos.

─Veamos qué te has puesto- Basil se sintió escaneado- Supongo que estás aprobado, vamos aprendiendo ¿eh, Basil?

─Por mucho que quiera vestir mi ropa no me dejaras salir de aquí si lo hago ¿cierto?

─Lo siento cachorro, órdenes superiores- habló la voz y Basil deseó poder tener el maldito ordenador enfrente para lanzarlo lejos, aquello sin duda era obra de Jason, ahora hasta la máquina le decía cachorro.

Pero como destruir tecnología no estaba a su alcance, se decidió por salir e ir por su hijo. Bajó las escaleras lentamente, tenía una sensación extraña en las caderas, después de una semana de sexo sin parar era de esperarse ¿no? Suspiró y encontró a su pequeño en compañía de Jason, parecía algo desanimado.

─No lo entiendo, puedo recordar las notas y he aprendido todos los acorrdes y las leterras- aún se le trababan las palabras al hablar, aunque solo la r- pero no puedo tocalo papá… ¿qué hago mal?- Jason le sujetó las manos y le sonrió de tal forma que a Basil se le aceleró el pulso, prefiriendo quedarse en la puerta observando la escena.

─No hay nada de malo en ti Andreas, pero el piano no es tan simple, necesitas presionar correctamente las teclas y tener más destreza con tus dedos, son cosas que ganarás con el tiempo. Tranquilo, eres excepcionalmente bueno para tu edad- Andreas sonrió tímidamente pero se veía mucho más animado. Aunque la profesora le decía que era excepcional, el niño sólo lo creía cuando Jason lo hacía y Basil pensó que comenzaba a aceptar sin tanto dolor que su niño se encariñara con el moreno, es decir, era su hijo después de todo, tenía derecho ¿no era así?

─Papi- Basil vio a su hijo voltear, notarlo e ir hasta él caminando a paso tranquilo, Jason tenía razón, Andreas no era un niño normal, era un niño mucho más maduro y hábil que la mayoría de los niños, y él muchas veces no sabía cómo lidiar con ello.

─ ¿Qué tal tus clases, peque?- preguntó agachándose a su altura y Andreas ladeó el rostro sonriendo, Basil pensó que jamás dejaría de asombrarle el increíble parecido de sus gestos con los de su progenitor.

─Pan comido- Basil se preguntó por qué no le contaba a él los problemas que tenía con el piano, tal vez su niño ya había notado lo superior que era Jason en la gran mayoría de los casos, era completamente lógico que se sintiera más afín a Jason, aun así dolía… dolía mucho ver cómo le arrebataban de a poco a su pequeño, comenzaba a aceptarlo y tal vez no doliera tanto como antes, pero no podía evitar que doliera, o más bien, no podía evitar asustarse, Jason se lo había dicho “Andreas te quiere a su lado y se lo voy a cumplir, con el tiempo posiblemente ya no seas necesario y entonces tendrás que largarte” eso se lo había dicho desde un principio, Andreas apenas tenía cuatro añitos, sabía que su pequeño jamás lo olvidaría pero… pero pronto no sería necesario… se obligó a sonreír.

─Ve a lavarte, vamos a comer ¿sí?- el niño asintió y salió de la sala dejándolos solos. Basil consciente de la presencia de Jason simplemente no dijo nada prefiriendo no mirarlo.

─ ¿Qué tal despertaste, cachorro? ¿Has visto mi regalo?- Basil se sonrojó sabiendo a qué se refería.

─Deja de tomar esos videos…- Jason sonrió.

─ ¿Por qué? Te ves tan…- lo atrajo por la cintura desde atrás, rodeándolo con un brazo y Basil no opuso resistencia sabiendo que no haría demasiado con la posibilidad de que Andreas apareciera en cualquier momento- … encantador- sintió el aliento tibio en su cuello y se estremeció.

─Muérete- contestó simplemente pero no había hostilidad en sus palabras.

─Tu jefe me llamó… - Basil ahora sí se extrañó, girándose a verlo aun entre sus brazos, eran ya tan familiares.

─ ¿Qué te dijo?

─Que no querías aceptar un trabajo… prometedor- Basil suspiró.

─ ¿Qué eres? ¿Mi madre?- Jason levantó una ceja y Basil prosiguió- es en el extranjero, por mes y medio, no puedo dejar tanto tiempo a Andreas…- pensando que Jason le diría lo poco necesario que era.

─ Hay un campamento de dos meses que inicia este fin de semana… posiblemente se emocione si se lo comento…- vio la cara de sorpresa de Basil por su repentino intento de ayuda y sólo desvió la mirada- No lo hago por ti, pero entre mejor te vaya, mejor te verás a mi lado…- Basil sonrió de nueva cuenta, casi podía sentir las buenas intenciones de Jason, no importaba si había un trasfondo o no…

─ ¿No te sentirás solo, Jason?- preguntó levantando un brazo para rodearlo por el cuello, Jason no le miró.

─ No necesito de nadie, Denakis. Y si quiero alguien que caliente mi cama, sin Andreas por aquí no será problema- Jason habló casi en automático, acostumbrado a contestar de aquella forma a cuantos le preguntaran por su “solitaria vida” pero se arrepintió al instante al ver el rostro de Basil… no había ira, no había rabia… había dolor. Lo vio solo por un segundo en aquellos ojos verdes, había hecho una herida profunda… ¿por qué? Basil era orgulloso ¿Se sentía utilizado?

─ Por supuesto- escuchó la voz del rubio y sintió el calor alrededor de su cuello alejarse, lo sujetó con más fuerza contra su cuerpo sin saber exactamente porqué necesitaba hacerlo- Déjame- Basil habló bajo pero notó la alteración de su voz, no lo soltó pero Basil forcejeó lo suficiente como para quitárselo de encima, caminando hacia el comedor donde se encontró de camino con Andreas, y al ver su espalda alejarse con su pequeño se dio cuenta. Había cometido un error, le costaba admitirlo pero lo había hecho, maldito fuese aquel momento. Aquella noche Jason se escabulló a la habitación de Basil, pero la encontró vacía, maldijo por lo bajo y registró en las cámaras de la casa, Basil se había ido a dormir con Andreas…

Después lo evitó como si tuviese lepra, surgieron algunos problemas en el trabajo y apenas y podía verle, una semana después enviaron a Andreas de campamento, el pequeño estaba bastante emocionado y aquella misma noche Basil se largó rumbo a París, definitivamente dejando al moreno con más de una frustración y deseo insatisfecho. Pensó en ignorarlo hasta que regresara, si quería evitarlo por él estaba bien, pero cuando regresase iba a pagarle con creces cada noche de abstinencia que iba a pasar.








Siento mucho el error con el capítulo anterior D: pero estaba algo atareado por aquí y no me di cuenta hasta que leí los comentarios... por otro lado, dije que publicaría el viernes, pero mi internet no quiso cooperar en la tarde... Aquí les dejamos este capítulo y espero lo disfruten...

lunes, 3 de octubre de 2016

Por él - Capítulo 11


Capítulo 11
Cenaron y tanto Jason como Basil pensaron que sus fotos seguramente saldrían al día siguiente en los periódicos: “CEO de Unix Corp. comiendo en un restaurante de comida rápida”. Vaya escándalo…

Una hora más tarde Basil suspiró mirando dentro de la habitación de su pequeño, esa noche estaba estrenando su pijama nuevo, eran apenas las ocho pero el pequeño había caído rendido apenas llegar a la mansión. Habían salido aproximadamente a las tres de la tarde y estado casi cinco horas fuera, el tiempo había pasado rápido, jamás creyó poder pasarlo tan agradable con Jason… aunque en ese momento las imágenes de lo que había sucedido esa mañana lo azotaron con fuerza.

─Así que ese era el gran secreto- Basil dio un respingo al escuchar la voz de Jason en su cuello.

─Demonios, no me asustes así- susurró para no despertar al niño, cerrando la puerta despacio -Le encantan los pijamas de robots, no te sientas excluido, es sólo que le compraste tanto que no quería que pensaras que pedía más- Jason bufó.

─Es mi hijo…- y Basil se sintió algo culpable.

─Lo sé- bajó la cabeza- Te has ganado su cariño muy rápido, es cuestión de tiempo para que te trate como a un padre por completo- Jason le vio.

─Por el momento esperemos que el padre se acostumbre más rápido a su papel- Basil se sonrojó.

─Creo que yo ya me voy a dormir- en un intento por huir de ahí antes de que perdieran los estribos o la ropa, cualquiera de las dos opciones sonaba peligrosa.

─Creo que no, Denakis- le detuvo sosteniéndolo por el brazo -Tengo una cena a las nueve y más vale que te des un baño rápido, te pongas el traje que te compré y bajes en veinte minutos- Basil iba a protestar pero Jason le interrumpió- Y no me importa que quieras ladrar al respecto, Denakis- dándole la espalda bajando al vestíbulo, solo entonces Basil notó que se había duchado y cambiado. Se veía… se veía increíblemente sexy y elegante tan solo de espaldas, menos mal que no le había prestado mucha atención teniéndolo de frente.

Con más emoción de la que quería sentir hizo lo que se le había pedido, se bañó, cambió y bajó simulando que aquello le fastidiaba, y en cierta forma sí, no quería ir a ningún lugar elegante con gente pomposa por todos lados, pero por otro lado, Jason tendría que simular que eran pareja, lo que abarcaba el tratarlo lo mejor posible, eso podía ser divertido. Además su carrera estaba prosperando y debía acostumbrarse a aquel tipo de mundo.

Al bajar, Jason apenas le vio de reojo, lo cual no supo si le molestó a lo alegró… ¡quería que le mirara! ¡Con un demonio! parecía tan interesado en un momento y al siguiente completamente indiferente; aunque esa indiferencia le permitía observarlo a sus anchas, el traje negro y el estilo elegante le sentaban de maravilla. De alguna forma comenzaba a acostumbrarse a su compañía… a su fría forma de ser… había dejado de molestarle… ya no sentía la incomodidad del silencio o aquella necesidad de reconocimiento de que le hablase o le mandara al demonio de una buena vez, solo ahora que después de arreglarse esperaba al menos un poco de apreciación. En fin, al menos ahora podía tomarlo con calma.

─ ¿A dónde vamos?- preguntó con tranquilidad ya dentro de la limosina… lo sentía tan cerca… le hubiese encantado besarle en ese mismo instante, pero seguro le daba un golpe. Sintió una leve opresión en el pecho nada más pensarlo. Jason apenas le miró de reojo y le contestó, Basil podría no saber mucho de lujos pero el nombre del hotel al que se dirigían era uno de los más  prestigiosos, y por supuesto, más caros del país, también había escuchado hablar de su maravilloso salón de fiestas, cosas que uno escuchaba en el trabajo- Vaya- dijo simplemente y Jason se le acercó poniéndose muy cerca, dejándolo contra la puerta de la limosina.

─Más vale que no hagas ninguna estupidez y seas un buen cachorro con tu amo, Denakis… lo lamentarás si intentas dejarme en mal- Basil se sintió algo intimidado pero tan solo le tomó dos segundos sonreír y acariciar la solapa del traje del joven de ojos grises.

─ ¿Por qué querría causarle molestias mi “adorado amante” Jason?- preguntó ladeando el rostro y Jason soltó una maldición alejándose de él, Basil supuso aquella reacción a su cinismo, lo que no sabía era lo que a Jason le estaba costando mantener los ojos apartados de él y por sobre todas las cosas, mantener sus manos apartadas de su cuerpo enfundado en aquel carísimo traje que solo por ver cómo se amoldaba al cuerpo del rubio valía mil veces su precio, Basil tenía unas medidas magnificas, apenas y habían tenido que hacerle un par de arreglos al traje para que quedara a medida, había pagado bien por el servicio express y valía la pena. Nadie podría decir que Basil no estaba a su altura, nadie podría decir que no era hermoso… y eso le cabreaba, jamás se presentaría a una cena como aquella sin que Basil estuviese debidamente presentable, pero ¿cómo demonios hacer para tenerlo presentable sin que atrajera más de una mirada libidinosa? Con un demonio…

─Hemos llegado, señor- la voz del chófer les sacó de sus cavilaciones llamando la atención de ambos, les abrió la puerta y Jason salió tendiéndole la mano.

─No soy una chica Jason- bufó y éste siguió en aquella posición sonriéndole encantadoramente, ya estaba a plena vista de la gente así que tenía que disimular, aunque aquella sonrisa más que encantadora parecía depredadora.

─Solo tómala- y Basil no tuvo de otra que hacerlo para ayudarse a salir y después caminar junto a él, al menos no habían tenido que ir de la mano, moriría de vergüenza si hacía algo como aquello.

─Si algo sucede no será mi culpa- advirtió el rubio mirando distraídamente el lugar.

─ ¿A qué te refieres?- preguntó saludando con una inclinación de cabeza por educación a un par de personas.

─Sabes mejor que nadie que no tengo ni la más mínima idea de las reglas de etiqueta así que si meto la pata será meramente tu culpa por traerme contra mi voluntad.

─No es propiamente una cena, es solo una reunión y buffet, estarás bien solo caminando por ahí, permaneciendo a mi lado y…- Basil se giró a verlo esperando que terminara.

─ ¿Y qué?- Jason le miró y sonrió cínicamente

─ Y haciendo cosas como éstas- acercándose como si fuese a hablarle al oído pero en cambio mordisqueo “discretamente” su oreja, Basil estuvo a punto de empujarlo por mero reflejo pero Jason le sostuvo por la cintura manteniéndolo cerca- Más vale que sigas el juego cachorro- y Basil pensó que no había sido el único en pensar que aquello podía ser divertido, al parecer Jason tenía pensado “burlarse” de él toda la fiesta.

Suspiró y bajó la mirada para intentar calmarse y pensar cómo demonios actuar, qué hacer para que no pudiese divertirse a su costa… lo de la limosina había parecido funcionar.

─No tendrás pensado volver a hacer eso ¿verdad?- Jason sonrío viendo a la gente, aquella sonrisa que decía “soy el dueño del mundo”.

─ ¿Por qué no? ¿No es de lo más normal que lo haga?- Basil levantó la vista tomándolo del brazo, deteniéndolo para que dirigiera su mirada hacia él.

─Pero Jason, no sé qué podrías provocar en mí si sigues haciéndolo…- poniéndole una mano en el pecho bajándola despacio, de forma casual rozando su entrepierna- sabes bien que muero por ti- sonriendo “inocentemente” con una mirada que decía “voy a morder la mano de mi amo”. Jason sonrió forzadamente.

─No me provoques Denakis- Basil bajó un poco la cabeza mirándolo con una sonrisa resuelta.

─No lo hagas tú, Jason, no tiene que ser placentero para ti que cumpla con mi papel… o tal vez si…- Jason iba a decir algo pero una mujer de unos treinta años, morena y hermosa se acercó a ellos en aquel instante.

─¿Pero qué es esto, Jason? parece que los rumores eran ciertos, me habían comentado que te habías fijado en una sencilla belleza rubia- y Jason sabía lo que en verdad le habían dicho: “un rubio cualquiera y sin clase” -Pero no esperaba ni tal belleza, ni veo por ningún lado lo sencillo… más bien lo común- sonriendo de buena gana, aquella mujer parecía del tipo de persona que tenía todo cuanto quería y además no hablaba con dobles intenciones- Mi marido y yo hablábamos de usted esta tarde, él se encuentra por allá- Basil vio que señalaba a un hombre de unos cuarenta y cinco años, bastante atractivo, pero la diferencia de edades era notoria, aun así Basil tenía la idea de que hacían buena pareja- Moría de curiosidad por ver qué clase de persona ha logrado que nada más ni nada menos que Jason Lakis dijese “es mi amante” – Jason sonrío con “paciencia” más que con otra cosa y la mujer dirigió su mirada a Basil, quien le sacaba más o menos media cabeza, mientras que Lakis le sacaba una cabeza entera, muy a pesar de que aquella mujer era alta y usaba tacones.

─Y dígame ¿de qué trabaja?- Basil sonrió con amabilidad.

─Soy fotógrafo- la mujer sonrió como si de un chiste se tratase y Basil pensó que se burlaría, pero la mujer le pasó delicadamente las manos con su manicure perfecto por el brazo.

─ ¿Seguro que fotógrafo y no el modelo?- Basil rió de buena gana.

─A menos que la cámara en mis manos me haya engañado todo este tiempo, supongo que estoy seguro - Jason se aclaró la garganta y la mujer le vio sonriendo.

─Pero qué celoso, está bien, dejo de entrometerme. Los dejo solos- Jason le vio marcharse y supo que tan sólo con eso el propósito de asistir aquella noche se había cumplido o al menos el primero. Con aquello su relación con el rubio sería difundida como pan caliente… aunque no había asistido ahí solo por eso… tener a Basil bajo su total control en público era casi tan placentero como tenerlo gimiendo bajo su cuerpo… contrayéndose… mejor dejaba de pensar en eso o sus pantalones mostrarían algo embarazoso… lo cierto es que cuando todo eso inició, no pensó que llegaría a tales extremos, pero él tenía el poder, el atractivo y la inteligencia como para saber que si deseaba algo simplemente debía tenerlo, ahora deseaba a Denakis… era increíble lo placentero que podía ser estar dentro de él, suspiró para sus adentros, no se iba a engañar, también era bueno estar con él y con su hijo fuera de la cama, desde que su tío se mudara al extranjero no se había sentido tan relajado jamás.

Ya no era el muchacho de quince años que negaba sus deseos más básicos, desde los diecinueve había tenido infinidad de amantes de una noche, jamás le habían quemado como Basil lo había hecho en la piel aquella misma mañana, jamás nadie le había hecho hervir la sangre, desbocar su respiración y sus sentidos, tener a Basil en su vida era lo que le faltaba, sin contar que venía con una joya hermosa llamada Andreas, jamás fue adicto a los niños, pero su hijo era simplemente perfecto, inteligente, bello, bueno, educado, amable… lo tenía todo, y ahora él los tenía a ellos… sólo tenía que amaestrar a su cachorro a la perfección, le gustaba sumiso, le gustaba obediente… mentira… le gustaba necesitado de él, le gustaba ver cómo esos ojos rebeldes se iban nublando por el deseo, cómo empezaban poco a poco a mirarlo con adoración y lujuria, cómo se llenaban de lágrimas alcanzando el clímax,  le gustaba escuchar los gemidos que de vez en vez se esforzaba por ocultar antes de dejarlos salir por completo… le gustaba que sólo se sometiera a él… eso era lo que le gustaba. Sólo… tenía que atarlo a él de por vida, se conocía lo suficiente como para saber que el fuego que le quemaba por dentro cada que lo veía después de haberlo poseído no se extinguiría pronto, por el momento tenía a Andreas, pero con el tiempo eso no sería suficiente, sabía que no en mucho tiempo Denakis descubriría que no podía usar a su hijo para amenazarlo sin lastimar a Andreas en el proceso, y él no pensaba jamás usar a Andreas de aquella manera, por ahora el matrimonio parecía la mejor opción, jamás había tenido intenciones de casarse, pero en ese momento parecía la atadura perfecta, conseguiría el amante perfecto a su disposición y de tiempo completo, podría darle su apellido a su hijo y de paso mantenerle al papá que tanto quería… era un negocio redondo.

─Hey Jason, no te pierdas en tu mundo, dame un poco de apoyo ¿sí?- escuchó la voz levemente molesta de Basil y salió de sus pensamientos viendo a un incómodo cachorro siendo el centro la las miradas del lugar, debían estar devorándolo poco a poco.

─No te amedrentes, Denakis- le habló con voz resuelta mientras miraba a la gente para después levantar la barbilla de Basil con sus dedos sonriéndole con confianza, seguridad y soberbia- Si estás a mi lado, el universo puede ser tuyo, puedes estar seguro de eso mientras caminas entre estos buitres, nadie te tocará, porque yo no dejo que mancillen lo que me pertenece- Basil parpadeó un par de veces después de escucharlo y sonrió como si le hubiese dicho algo gracioso, las palabras engreídas de Jason le habían llenado de una extraña seguridad, que el universo le pertenecía era algo que seguramente solo Jason Lakis podía pensar, o tal vez no, porque el resto de la noche se la pasó relajado, algunas personas se habían acercado a hablar, le habían hecho preguntas, algunas curiosas, algunas otras malintencionadas, pero se las había arreglado para permanecer entero, a Jason lo habían halado hacía unos minutos lejos de él pero su sola presencia en el salón le hacía sentir seguro, y se notaba.

A su alrededor las personas le miraban, comentaban sobre su persona, sobre el amante de Jason Lakis, el traje de lino blanco le sentaba de maravilla, Jason le había escogido una camisa azul oscura y pálida, el foulard y los zapatos también a juego le hacían ver atractivo, con clase y con una frescura nata, era informal y elegante a la vez, habían platicado con algunas personas y su sonrisa solo resaltaba su llamativa personalidad, estaba atrayendo demasiadas miradas y en la distancia Jason lo notó frunciendo el ceño.

─Tranquilo Jason, no van a robárselo- habló la morena que los había saludado nada más entrar al salón- Su pareja es un joven muy atractivo, nadie pensaría que es fotógrafo, cuando lo vi creí que era actor, modelo o algo así- un hombre de unos sesenta años rió ante el comentario.

─Concuerdo con usted-el hombre miró a Basil, pero a diferencia de algunos otros su mirada era más bien como si mirase a un niño- Ese joven tiene chispa Jason, también creí que era modelo o algo similar al verle, pero es tan natural que supongo que sería imposible- después volvió a reír- Oh, recuerdo cuando vi a Jason por primera vez, me pregunté ‘¿qué hace este chiquillo aquí? ¿Se habrá perdido? Me pregunto si debería ayudarlo a regresar a su escuela’, creo que las primeras impresiones siempre son extrañas- Jason bufó ante el último comentario aunque no estaba realmente molesto, poco le importaba lo que alguno de los presentes opinara, vio a Basil salir por uno de los ventanales, seguro a tomar aire. Supuso que el muy idiota no sabía que salir a los jardines era como invitar a ser abordado por el primero que le viese.

─Si me disculpan, con permiso- dijo simplemente sin dar explicaciones yendo tras Basil, aunque no tan rápido como quisiera pues alcanzó a ver a otro sujeto ir tras su amante con una sonrisa nada santa en los labios.

─Buenas noches- el sujeto de cabellos castaño claro, alto y de fino traje llamó la atención de Basil saludándole, el rubio se extrañó de encontrárselo en el balcón pero pensó que tal vez no era el único que se sentía atrapado ahí adentro.

─Buenas noches- saludó igualmente y el hombre aprovechó para acercarse a hacerle conversación.

─He escuchado que eres pareja de Jason Lakis, me gustaría felicitarlo, tiene buen gusto- le sonrió coquetamente y Basil se sintió algo incómodo, no le atraían los hombres en particular, solo Jason.

─Gracias supongo- dijo por mera cortesía.

─Eres muy atractivo, pero me dijeron que no eres modelo ni perteneces al medio, no te gustaría intentarlo? Yo podría…

─Él tiene un trabajo con el que está perfectamente satisfecho- y esa fue la voz firme y cortante de Jason, Basil jamás pensó de alegrarse de escuchar aquel tono tajante y frío, tal vez era porque no era para él.

─Jason- el tono de Basil salió necesitado y lleno de cariño. Jason sintió un golpe en el vientre bajo al escuchar su nombre…era la primera vez que Basil le llamaba de una forma semejante- Pensé que estarías ocupado- viendo al sujeto que le había estado hablando- Lo siento, me gustaría poder hablar con Jason, ojalá podamos conversar en otra ocasión- habló por mera educación acercándose a Lakis. Sonriéndole como si su mundo se iluminara nada más verlo, Jason pensó que se ganaría un Oscar si aquella fuese una película.

─No vuelvas a salir así, mantente a mi lado el resto de la noche- Basil no renegó, simplemente se sujetó de su brazo.

─ ¿Estaremos mucho?- poniendo su frente en el brazo de Jason- Estoy cansado.- Jason le vio y suspiró acariciándole el cabello olvidándose de que todo aquello era una farsa.

─Entonces vámonos ya- Basil apenas levantó el rostro.

─ ¿Estás seguro? Puedo aguantar un poco más- Jason negó y se despidió de algunas personas, marchándose con él- ¿en verdad no es necesario que te quedes?- Jason volvió a negar. Estaban ya en la limosina de vuelta a casa.

─No tiene la menor importancia, y aunque tuviese, no podía mandarte solo, daría mala impresión, además… - cambió su tono serio por uno más íntimo-Después de todo, tu cansancio es mi culpa ¿no?- sonriendo y acercándose a Basil levantándole el mentón, Basil se sentía tan fatigado que no opuso resistencia- Ven aquí- le habló Jason cargándolo y poniéndolo sobre él, recostándolo en su hombro. Comenzaba a tomarle gusto a tenerlo de aquella forma.

─Caeré de sueño- Jason le pasó las manos por la espalda y por las piernas.

─Duerme…- dijo simplemente besando su cuello sacando un suspiro de Basil que se fue quedando dormido, consciente de que Jason jugaba con su cuerpo cual si muñeca fuese. Jason lo sintió dormir, dio un último y suave beso en su cuello, se sonrojó de vergüenza consigo mismo por una caricia tan… reveladora… y dio gracias porque Basil estuviese dormido.

Llegando a casa lo llevó a su habitación y suspiró al verle vestido. Le sacó los zapatos, los pantalones y le dejó solo con los bóxer… le vio profundamente dormido y se preguntó qué tan profundo dormiría como para no darse cuenta de su tacto, lo observó algunos segundos y finalmente murmuró un “buenas noches”  pasando sus dedos descuidadamente por el cabello del rubio antes de salir de la habitación, una habitación en la que un rubio medio dormido sonrío consciente de quien lo había desvestido.

─Así que también puedes ser considerado- murmuró, se había despertado cuando Jason le llevaba seguramente a mitad de las escaleras, pero era tan cómodo dejarse llevar que simplemente se había hecho el dormido el resto del camino, aunque ahora estaba siendo llevado de nuevo por Morfeo, gracias a Dios que estaba de vacaciones, tenía ganas de dormir y lo hizo con una sonrisa en los labios.

En su estudio Jason tomaba una copa de vino mientras sus pensamientos  no le dejaban en paz, sus recuerdos… a los dieciséis nunca se había dado cuenta de cómo sus ojos seguían al rubio por donde se movía, a los veinte no había podido identificar aquella extraña necesidad de imponerse ante el rubio, al punto de meter a Anna en su cama por el simple hecho de saber que Basil la deseaba, o eso había creído él… y con eso había arruinado sus posibilidades de cualquier cosa con Basil, recordaba lo distante que se había vuelto de repente, la forma en que intentaba evitarlo e ignorarlo, al menos el par de meses en que habían sabido uno del otro, los meses en que intencionalmente había provocado encuentros antes de decidir que aquel estúpido perro no le importaba, alejándose de él por completo… quién diría que aquello que lo había alejado ahora lo ataba a él…

Encendió el ordenador, entró a su programa de seguridad y buscó un video en especial reproduciéndolo. A Basil le iba a encantar ver aquello, pensó con ironía. Deseaba ver el rostro de su cachorro cuando se observara a sí mismo gimiendo por más mientras lo embestía contra el escritorio. Lamió sus labios, había activado las cámaras y micrófonos al darle la orden a su computadora de que activara todos los sensores de seguridad… tenía pensado tomar muchos más de aquellos, el rostro de Basil se veía perfectamente, era fácil esconder el suyo…  las cosas iban bien, atar a Basil Denakis a él iba a ser más fácil de lo que creía.

─Voy a hacer que beses mis pies cachorro… no podrás vivir sin mí, vas a llegar a necesitarme como el mismo aire…

Aunque Jason no sabía que en esos momentos no era el único que había puesto los ojos en su amante, lo malo de exhibir tus joyas es que siempre va a haber alguien más que las desee.


Jason Lakis no era el único que deseaba a Basil Denakis para sí.