martes, 31 de enero de 2017

Por él - Capítulo 19

Capítulo 19

—Diablos si no fuese por ese maldito evento— y Basil le miró sin entender, hablando ambos con la voz jadeante.

—¿Saldrás a algún lado?— y Jason le miró como preguntando si hablaba en serio.

—Le darán un reconocimiento a tu empresa por el calendario…—aunque se cortó a media frase y rió poniéndose sobre el rubio— Parece que te hago perder la cabeza, cachorro— y Basil se sonrojó aunque casi inmediatamente le entró un ataque de pánico.

—Diablos, diablos…  tenía que ir, es cierto… diablos, diablos… ah… me bañaré de nuevo. Jason imbécil, si sabías ¿por qué…— se sonrojó más—… hiciste esto?— y Jason le vio sin la más mínima culpa desde la cama.

—Hago lo que quiero cachorro, además…— se levantó de la cama acercándose a él mordisqueándole el cuello— si no quieres que me ponga así…no me provoques— y Basil lo empujó.

—¡Yo no te provoqué! Yo no tengo la culpa que seas un animal…— diciendo lo último en un susurro— diablos ¿qué voy a ponerme?— y Jason rió con ganas revolviéndole el cabello.

—Te compré algo antes de que regresaras de París, está en el armario, también me tengo que dar un baño, así que te espero abajo en media hora— Basil asintió y le vio salir. Sonrió sin querer y suspiró, de repente sentía que las cosas podían funcionar, de alguna manera… las cosas estaban yendo bien entre ellos, ¿por qué tenía que acabar?

Podían… realmente podían ser una pareja ¿verdad? Jason se lo había dicho, lo quería permanente en su vida.

—También te quiero permanente en mi vida— murmuró con una sonrisa dejándose caer en la cama.

Aquella noche, fue simplemente increíble, Jason le había comprado un traje que le sentaba de maravilla, había disfrutado de la forma en que el castaño lo sujetaba contra su cuerpo marcando su territorio, y Dios, sí que había disfrutado calentarlo y ver como se controlaba por no sacarlo de ahí y meterse nuevamente entre sus piernas…

Eran una pareja…

Ese paraíso duró dos meses más, tiempo suficiente para que le anunciaran la boda a Andreas y Jason tuviese todo listo, la prensa los acosaba pero a Basil ya no le importaba lo que ésta pudiese decir, tuvo una boda discreta, solo con amigos que llevaba años sin ver y que Jason se las había ingeniado para llevar, de parte de Jason solo habían al parecer un par de personas cercanas a él, un hombre muy alto y otro que parecía japonés.

—Tengo miedo, Nikki— le comentó a su amigo, al que sentía hacía años que no veía y que ahora tenía ahí al lado, desde que todo aquello con Jason comenzara.

—También lo tendría si me acabase de casar con Lakis, Basil— bromeó un poco su amigo y Basil sólo sonrió.

—Soy tan feliz que tengo miedo de que algo malo suceda— y Nikki respondió a su sonrisa con otra.

—Tranquilo Basil, nada va a pasar— y Basil asintió sabiendo que sus temores eran infundados.

Así, de entre todo aquel paraíso, aquella noche fue la mejor… estaba cansado después de la celebración, agotado y extasiado de felicidad. Aquella fue la primera y última noche que pasarían juntos como pareja.

Aquella noche hicieron el amor lentamente, se disfrutaron y un par de labios temblorosos susurraron por fin un Te Amo antes de caer exhaustos por el sueño…

Desgraciadamente, al despertar a la mañana siguiente, un rubio se encontró solo en la cama, la habitación estaba hecha un desastre… y Jason… Jason no estaba.

Basil poco sabía que el miedo y la desesperación que le invadió aquella mañana no se irían de él en bastante tiempo.



Basil se levantó agitado, tenía un mal presentimiento, uno que lo había acompañado desde el día anterior, aunque nada más sus pies estuvieron firmes sobre el piso fue la vista la que le falló haciendo que necesitase sostenerse de la cama para no caer al suelo, se sentía mareado, se mantuvo quieto unos cinco minutos antes de poder bajar y preguntar por el que ahora era su esposo, pero nadie le supo dar señas, Jason simplemente había desaparecido sin que nadie le viese. Basil se sentía angustiado y perdido, ansioso sin razón aparente, pero es que Jason no regresó aquel día, ni el siguiente, ni el siguiente a ese. Pasada una semana se le informó que en ausencia de Jason todas las posesiones del millonario pasaban a ser suyas, tal y como el castaño había escrito y firmado días antes de la boda.

—No… no puede ser— habló Basil al abogado frente a él, era el abogado de Jason, el hombre alto que había visto en la boda— nosotros…. Nosotros nos casamos por bienes mancomunados pero… pero esto es demasiado— y el hombre frente a él se quitó los lentes de lectura viéndole.

—Usted no comprende, esto no tiene mucho que ver con las condiciones de su boda, solo con el hecho de que Jason Lakis dejó estipulado claramente, que en ausencia de su presencia, fuese la causa de cualquier índole, sería usted a quien pasarían todas sus posesiones, la mansión, sus cuentas bancarias, la empresa, sus yates, aviones, helicópteros, autos, hasta el último cubierto de su vajilla… todo es suyo…— y Basil sintió un pequeño mareo. ¿Por qué diablos Jason había dejado escrito algo como aquello? ¿Acaso había planeado desaparecer desde el principio?
No…no podía ser.
No, no Jason, él jamás dejaría las cosas de aquella manera, era de cobardes, además… si Jason simplemente hubiese decidido marcharse ¿por qué la habitación estaba en aquel absoluto desastre?
— Por otro lado, he trabajado por mucho tiempo para el señor Jason y es decisión suya mantener o despachar mis servicios, pero le daré un consejo, actúe pronto o todo eso…— señalando los papeles que listaban las pertenencias de Jason, que había que decirlo, eran muchas más de las que Basil había imaginado— Dejará de ser suyo…— Basil parpadeó.

— ¿A qué se refiere con eso?— Basil parecía desubicado y es que lo estaba. No entendía nada, sobre todo no comprendía ¿Por qué carajos Jason no aparecía? Dios, quería verlo de nuevo, quería verlo y saber que estaba bien.

—El señor Jason cuidaba bien de sus pertenencias, siempre había quien las deseara, ahora… tocará a usted cuidarlas…— y Basil se sintió como un náufrago a la deriva.

¿Qué hacer? Nada de lo que aparecía en aquellos papeles era suyo… Dios, no sabía en quién confiar o qué hacer. Quería a Jason de vuelta… lo quería. Dios, lo amaba tanto, quería ponerse a llorar.

Vio los papeles y apretó los ojos, Jason regresaría, lo sabía, lo que sea que le mantuviese lejos, él lo arreglaría y volvería, estaba seguro.

—Quisiera seguir contando con sus servicios— habló como si todo estuviese bien, no quería que nadie, absolutamente nadie le viese vulnerable— Y también quiero que se busque al señor Jason, la policía no hace su trabajo, quiero a alguien que lo haga.

Y el hombre frente a él se acomodó los lentes.

—Creo saber qué es lo que necesita— y Basil le vio con ojos amenazantes.

—Eso espero… aún no sé qué tanto puedo confiar en usted… pero si hace cualquier cosa que me indique que algo no está bien… lo pagará— y el otro se levantó haciendo una reverencia.

—Puede estar tranquilo y permanecer alerta es una sabia decisión, volveré esta tarde, necesito mostrarle algunos papeles más… recibí indicaciones de solo mostrárselos si aceptaba hacerse cargo de los asuntos del señor Jason… no pensé que fuese tan rápido— y Basil vio al hombre frente a él, era muy alto, un metro noventa, tal vez un poco más, se veía imponente en aquellos momentos y es que justo en ese instante tenía más poder del que Basil hubiese deseado, no le gustaba tener que ir a ciegas, pero de momento no le quedaba de otra, tenía que cuidar de todo lo que al castaño pertenecía hasta que volviera… lo haría.
Definitivamente lo haría, porque Jason regresaría….

No había duda, porque si no regresaba, él lo encontraría.


viernes, 20 de enero de 2017

Por él -Capítulo 18


Capítulo 18

Basil gemía con el rostro contra el colchón y las caderas en alto. Jason se movía dentro de él como un poseso buscando el que ni siquiera recordaba qué número de orgasmo sería. Cuando le había dicho que le tendría con las piernas abiertas hasta que Andreas regresara no había sido una exageración, y menos cuando le había costado tres semanas encontrar a alguien que le sustituyera en el trabajo y arreglar todos los trámites legales necesarios, lo cual había sido inútil pues el trabajo casi estaba terminado y había decidido hacerlo él, Allon no se había presentado por ahí así que Jason se había mostrado “accesible”,  había sido casi un milagro, por supuesto no era así en esos momentos, las dos semanas que tendrían a solas antes de tener que ir a recoger a Andreas se había reducido a una por el trabajo de Jason, aunque la semana que les quedó… bueno… no había salido mucho de la habitación.

—Ja…Jason no puedo más… Ja…Jason tenemos que ir a recoger a Andreas— felicitándose por poder recordar a su hijo en medio de aquel torrencial azote de placer.

—Tenemos tiempo— jadeó  golpeando un punto que hizo que a Basil la cabeza se le pusiese por completo en blanco.

Cinco horas más tarde estaban en la entrada del campamento de Andreas.

—Me dijo que actuaría con otros niños. Parecía animado la última vez que hablé con él— Basil pensó que él no había podido comunicarse con su niño. Jason había ido a ver a Andreas a mitad del campamento, cuando el aún estaba en París.

—Lo extraño— murmuró, pero no se dijeron nada más, en realidad no muchas cosas habían cambiado entre ellos, caminaban uno al lado del otro y “fingían” bastante bien. Jason le había dicho que anunciaría la boda en cuanto Andreas volviera a casa y solo después de decírselo al niño, pero los trámites y arreglos ya estaban en marcha, Basil se sentía como en medio de un tifón, arrastrado y sin saber a dónde iba o cómo tomar su propio camino, se sentía… algo perdido…

—¡¡¡Papi!!!!—Basil escuchó la voz de su pequeño y se giró por instinto hacia el lugar del que provenía, vio a una bolita de pelo rubio abalanzarse sobre él y lo recibió en brazos apretándolo contra su pecho, lo había extrañado, Dios, cómo lo había extrañado. Jamás había estado tanto tiempo alejado de su pequeño desde que Anna lo había dejado en su casa.

—Oh, Dios. Mi niño, no sabes cómo te extrañé, no volveré a enviarte a un campamento en mi vida— sonrió besándole el rostro— Nunca, nunca, nunca ¿me oyes?— Andreas rió gracioso en sus brazos.

—Pero quiero venir al siguiente, papi— dijo alegremente y Basil hizo un puchero de mentira.

—Prefieres el campamento que a mí— Andreas le vio con los ojitos brillantes.

—Tú también mereces un descanso, papi— y Basil le sonrió pensando que no necesitaba ningún descanso, él era feliz de tenerlo a su lado todos, todos los días, pero se alegraba de que su hijo lo hubiese pasado bien.

—Jason…— cuidando llamarle por su nombre y esperando sonase con cariñosa familiaridad frente a  Andreas— …me dijo que participarías en algo hoy, estoy esperando verlo— y Andreas asintió viendo luego a Jason.

—Al final ya me sale— dijo y Jason le sonrió. Basil se sintió algo excluido, su sonrisa no pareció sincera en esos momentos, pero Andreas, que regresó con sus compañeros no lo notó.

—Está feliz— habló Jason, viendo la repentina actitud del rubio, parecía preocupado por algo, aunque no lograba adivinar por qué.

—Jm…— sonrió con algo de ironía— Se ha encariñado rápidamente contigo… pronto no me necesitaras aquí ¿no es así?— habló con cierto reproche y Jason vio al frente, no dejaría que notara lo que ocurría dentro de él.

—¿A qué viene eso? Voy a casarme contigo ¿no? – Basil sintió el anillo dentro de su chaqueta, no lo usaba, no quería que se crearan rumores de la boda antes de tiempo, aunque seguro el escándalo ocasionado no sería mayor que cuando Jason había demostrado públicamente y sin vergüenza que eran pareja.

—¿Por qué?— preguntó por primera vez— Creí que te ibas a deshacer de mí en cuanto Andreas no me necesitara… ¿por qué te casas conmigo?— Jason luchó porque su rostro no dijese nada.

—Haré a Andreas legalmente mi hijo, esta es la forma más fácil… además me he resignado a que Andreas no te dejara ir jamás… así que… yo tampoco lo haré— afirmó comenzando a caminar— Apresúrate, está a punto de comenzar— pero Basil se había quedado clavado en el piso ¿Qué había querido decir Jason con aquello?— Basil, apresúrate— escuchó la voz de Jason y asintió siguiéndole un poco perdido, su corazón se movía muy rápido en su pecho y era como si no supiese dónde estaba. Las circunstancias no eran las más normales pero… Jason… Jason realmente pensaba casarse con él, ¿de verdad? Es decir… ¿sin pensar en una separación a futuro? Miró al frente y vio a su pequeño frente a un enorme piano, los niños habían formado una orquesta, observó a todos y de entre todos Andreas era el más pequeño. Sonrió viendo al chiquillo, un hombre de unos treinta y tantos años los presentó y comenzaron a tocar, en el campo abierto los sonidos viajaban con libertad y no pudo dejar de sonreír, se sentía orgulloso de su hijo, el corazón le golpeaba fuerte y Jason sentado a su lado sonreía a medias con el orgullo dibujado en sus facciones, en ese momento podría haber llorado de felicidad.

Esa tarde, cuando todo terminó y Andreas se reunió con ellos para regresar a casa, Basil lo abrazó y lo felicitó hasta que se le acabaron las palabras, su niño sonreía, se veía emocionado y feliz, había sido un día agitado pero Andreas no durmió en todo el camino de regreso a casa, veía por la ventanilla y hablaba animadamente de las cosas que había hecho, estaba sentado junto a Jason y hablaba a Basil sentando frente a él sin que en ningún momento sus ojitos dejasen de brillar. Basil se sentía tan feliz que poco importó el pequeño dolor que atacó su pecho cuando su hijo escogió sentarse a un lado de Jason en vez del suyo.

Cuando llegaron a la mansión Jason envió a su hijo a tomar un baño antes de la cena. Basil decidió hacer lo mismo y cuando Jason no aprovechó para seguirlo dentro de la ducha se sintió algo decepcionado, igualmente se relajó y dejó que su mente se pusiese en blanco, no quería seguir pensando en nada y complicando lo que ya era inevitable.

Cuando terminó y salió se encontró con que ni su hijo ni Jason se encontraban en el comedor, subió a buscarles, aunque imaginarse ir a buscar a Jason le dio escalofríos, por lo que prefirió ir donde su niño, tenía la mano ya en el picaporte cuando la voz gruesa y profunda del castaño inundó sus sentidos.

—Tienes a tu papá preocupado— sólo silencio— Él cree que me tienes más confianza a mí que a él, parece triste. Tranquilo, yo sé que no es cierto ¿pero no crees que deberías contarle también de las cosas que se te dificultan?

—¡No!— aquella era la voz exaltada de su niño, sintió que se le partía un poco el alma pero suspiró, no había nada que hacer si Andreas prefería a su padre biológico.

— ¿Por qué no? Lo menos que quieres es ver a tu papá triste ¿verdad?— y para sorpresa de Basil a Andreas se le quebró un poquito la voz pasita y exquisitamente suave que tenía al contestar.

—No quiero papá, no quiero que mi papi sepa que no puedo hacer las cosas…— y escuchó el sonido del llanto en su voz— No quiero, no quiero, papi es genial, él siempre lo hace todo bien, no quiero que piense que yo no puedo, si papi se entera se preocupará y no quiero… papi siempre cuida de mí aunque esté cansado – Basil se sintió culpable, no por haberse sentido mal sino por sentirse feliz de escuchar las lastimeras palabras de su hijo, cargadas de sentimiento.

—Ven aquí – no supo que sucedía, pero imagino a Jason sosteniendo en brazos al rubio— está bien, si no quieres no le digas, estoy seguro que a papi pronto se le irán esas ideas raras de la cabeza y estará tan orgulloso de ti como siempre— Basil soltó el picaporte de la puerta y se alejó con cuidado, ya había escuchado suficiente de una conversación que suponía no debía haber escuchado, pero se sentía mucho más relajado. Jason… no era tan malo… no, por Dios que no lo era…

Bajó despacio y ya en el pie de las escaleras gritó fuerte para llamarlos, a los pocos segundos aparecían por la escalera, su nene tenía los ojitos ligeramente irritados pero le sonreía como mil soles. Si algún día le quitaban a su niño se iba a morir de dolor.

—Ya venimos, papi— gritó el pequeño lanzándose a sus brazos.

—Auch— se quejó Basil cuando lo atrapó— ya me di cuenta— besándole los cabellos que olían a manzanas— Anda adelántate, ya vamos— viendo el rostro enfurruñado de Jason.

—No tienes que gritar así, Denakis— le regañó sin verdadera molestia llegando hasta su lado y hablando cuando supo que el niño ya no podía escucharlos, Basil por su parte sonrió acercándose a él y levantándose de puntas mordiéndole el cuello, solo para después lamer el lóbulo de su oreja susurrando en el área húmeda, dejando que su aliento acariciara la piel sensible del castaño.

—Lo siento… no volveré a hacerlo— y Jason se quedó de piedra y tan duro como una viendo a Basil casi salir corriendo tras Andreas dejándolo en una situación por demás embarazosa.

Aquella noche cenaron en plena calma, Jason apenas y soltó palabra, Andreas comió con ánimo platicándoles mil cosas, sobre todo de un niño que le había gustado mucho, era un amigo aunque el otro no lo sabía, Basil reía y se preguntaba qué pasaría por la mente de Jason en aquellos momentos, se veía distante aquella noche, al parecer la llegada de Andreas había apagado su fuego.

Suspiró y esperó a que la cena terminase, aunque era su filosofía no dejar que Andreas durmiera inmediatamente después de cenar, con el día que había tenido comprendía que quisiese correr a la cama.

Dejó que le diera las buenas noches al castaño y lo llevó a su habitación asegurándose de que cada uno de los preciosos dientes de su hijo quedase reluciente y más blancos que la luna. Lo arropó y le dio las buenas noches saliendo en silencio de la habitación.

Nada más salir Basil sintió el cuerpo de Jason tras el suyo apresándolo contra su cuerpo duro. Dios, duro en toda la extensión de la palabra.

—Lo hiciste a propósito ¿verdad?— la voz del castaño sonaba exaltada y él pasó duro sin entender a qué se refería— Ponerme así y hacerme pasar esa tortura en la mesa…

Y Basil no imaginó como suponía Jason que podía haber planeado algo como aquello.

—No sé de qué diablos me hablas— para su desgracia su voz salió ronca y cargada de ansiedad y como respuesta pudo sentir una risilla satisfecha en su cuello.

— ¿Crees que voy a violarte aquí mismo?— Basil sintió un escalofrío recorrerle por completo—No sería una mala idea.

—Jason… Andreas…— murmuró intentando separarse, pero el castaño le sujetó con fuerza.

— Tienes razón… ¿qué tal si te hago el amor en el salón? ¿O la cocina?… el jardín suena tentador.

—No seas idiota…— intentando zafarse.

—Te lo mereces, me has hecho aguantar y disimular más de lo que creí soportar, voy a hacerte lo mismo— aunque Basil se quedó quieto en sus brazos de repente.

—Todo esto es simplemente por lo que hice antes de la cena ¿no es así? ¿Tanto te ofendí? Suéltame Jason, no volveré a hacer algo tan atrevido, no volveré a hacerlo, lo ju…— pero antes de que completara la frase Jason ya le había girado viéndole con una intensidad que asustaba.


—No estoy molesto ¡estoy excitado!— exaltándose en un susurro para no despertar a su hijo y acercándose a los labios del rubio como si no pudiese controlarse, besándole como el niño que se contiene para no comerse todo el pastel de golpe— Tu habitación está más cerca— susurró levantándolo y llevándolo allí. Al llegar a ella lo aventó sobre la cama sacándole la ropa inferior y metiéndose entre sus piernas sin contenerse— Ah, Dios… te necesitaba— gimió y Basil olvidó el dolor sintiéndose endurecer con sus palabras, fue rápido, apenas unos minutos y habían terminado… 


sábado, 14 de enero de 2017

Por él - Capítulo 17


Capítulo 17

Basil se mordió el labio, moría por decir que deseaba casarse con él, vio cómo guardaba el anillo en el abrigo y se llevó una mano a la cabeza.

—gm…— gimió como si le doliera y Jason se giró a él recostándolo.

— Te traeré un vaso con agua— la frase le dio escalofríos, como si algo malo fuese a suceder, pero al ver el rostro de Jason se tranquilizó, ni que fuese a envenenarle, para cuando regresó ya había caído en cuenta de que su condición podía resultar provechosa.

— ¿Estás mejor?— después de que Basil bebiera el agua.

— ¿Aún vas a darme ese anillo?— con rostro cansado y débil.

— ¿Te casarás conmigo?— Basil asintió y Jason le puso el anillo en el dedo, besándolo después. Besó sus manos, su rostro y finalmente sus labios, Basil le rodeó por el cuello y Jason le observó— Parece que te sientes mucho mejor— Basil calló, no dijo nada, solo mantuvo sus ojos fijos en los grises y éstos le absorbieron por completo. Sintió que los ojos le pesaban y se fueron cerrando mientras sus labios se entreabrían acercándose al rostro moreno que lo alcanzó en el camino acariciando sus labios con los propios, apenas un roce de labios fríos y temblorosos que se acariciaron casi con miedo, sintiendo los ajenos, calentándose de a poco, fundiéndose casi hasta no saber dónde empezaba y terminaba el otro, a Basil la cabeza le dio vueltas y se aferró al cuerpo del moreno que se movió como si quisiese separarse de él, eso le asustó y abrió los ojos. Nunca le había visto así… los ojos de Jason eran intensos y oscuros, vibraban con la fuerza de un deseo salvaje… y sin embargo se alejaban y era porque Jason se levantaba.

Basil lo observó incrédulo y extrañado, ¿qué estaba sucediendo? ¿Por qué se apartaba? Se cubrió por mera inercia, como si la tela de la frazada le protegiera, Jason parecía desconcertado como si intentara ubicarse y Basil pensó que tal vez comenzaba a arrepentirse de lo que sea que estuviese pasando ahí.

— ¿Lakis?— preguntó con voz temblorosa, con miedo y esperanza.

—Jason…— Jason habló como si el aliento le faltase.

— ¿Qué?

—Jason… llámame Jason, Basil…— Basil se desconcertó un poco asintiendo, la voz de Jason sonaba tan extraña, cargada de emociones, suave, baja, ronca, casi un murmullo sensual en sus oídos. Intentó levantarse, alcanzar su mano con sus dedos pero Jason retrocedió un paso y Basil no pudo ignorar el sentimiento de rechazo. Sus ojos esmeralda y plata se encontraron, desquebrajándose y soportando la tentación. Basil se volvió sobre la cama y sin decir nada se cubrió el pecho con las sábanas, girando su cuerpo, dándole la espalda al sujeto que acababa de pedirle matrimonio, al que parecía asqueado de su cuerpo… ¿qué había pasado? Tal vez… tal vez Allon sí había logrado lo que quería… Jason jamás admitiría que alguien se adelantara a él, pero sentía su entrada dilatada y el cuerpo relajado… casi como se sentía después de una noche completa en los brazos del moreno…

— Dime la verdad…— murmuró Basil despacio, sin voltear a ver al moreno, sabiendo que seguía ahí solo porque no había escuchado el sonido de la puerta.

— ¿A qué te refieres?— la voz de Jason sonaba igual y eso le erizaba la piel involuntariamente.

— Allon… ¿lo hizo? Cuando llegaste… lo estaba haciendo con él ¿verdad? ¿Ahora te doy asco? ¿Es eso?... contéstame con la verdad Jason, creo que al menos tengo el derecho de saber qué pasó con mi cuerpo…—Basil parecía tranquilo pero no lo estaba, le comía la incertidumbre.

Jason se quedó en silencio unos segundos, descolocado por las palabras del rubio, pero para éste el silencio fue suficiente respuesta, se levantó de la cama y antes de que Jason pudiese reaccionar estaba encerrado en el baño. Se dio cuenta enseguida que quedarse en silencio había sido un grave, grave error.

—Basil…— tocó la puerta pero no se abrió— Basil Denakis  ¡abre la puerta!— tocando un poco más fuerte pero la única respuesta fue el sonido del agua— Basil abre la puerta… ¿por qué habría de mentirte?  Las cosas pasaron como te dije, ahora ¡abre la puerta!

— ¡¡Vete al infierno, Jason!!— Jason estaba enamorado, pero jamás sería una persona paciente, la puerta fue a estrellarse en la pared del baño rompiendo el espejo en el lavamanos.

— Escu…— pero interrumpió la frase al ver a Basil bajo la ducha, sentado, arañándose los brazos, casi parecía querer arrancarse la piel.

— Lárgate, como si fuese a creerte, te doy asco ¿no es cierto? No te culpo…— parecía molesto, destrozado, furioso y olímpicamente triste. Y Jason no supo cómo lo sabía, si por sus ojos que ahogaban las lágrimas, por su voz cortada…

— Aunque hubiese sucedido… sería sólo sexo— Basil rió, así que sí había sucedido.

— ¿Solo sexo? Como el que tenemos tú y yo ¿no? Algo que no importa… vete al infierno, Jason ¡vete al infierno!— quitándose el anillo que apenas le había dado y aventándolo contra él, escondiendo su rostro entre sus rodillas, la última vez que había compartido cama con Allon había pasado una semana casi sin salir de la ducha, apenas y lo necesario para cuidar de su niño, las últimas veces había querido bañarse con amoníaco para sentirse mejor — Soy solo una puta ramera ¿verdad? Qué más da uno o dos… solo es sexo…— murmuró entre dientes y Jason se llevó una mano al cabello con impotencia y exasperación… qué decir… qué hacer, a él no se le daban aquellas situaciones… no se le daba tener sentimientos…

Caminó hacia él y se metió bajo la ducha… se hincó frente a Basil y puso su frente contra su cabello.

— Cuando llegue estabas desnudo… el aún tenía la ropa…— Basil se estremeció al escuchar su voz— escúchame hasta el final— advirtió antes de proseguir— gemías… te retorcías… parecías disfrutarlo… quise asesinarte… quitar a ese sujeto de encima de ti, asesinarlo y después torturarte lentamente… cuando se dio cuenta de que estaba aquí, te abrazó, me dijo muchas cosas… ni siquiera recuerdo qué, te ordené que te separaras de él… no me escuchaste, te seguía teniendo en sus brazos y quise golpearlo, me lanzó fuera de la habitación, pensé que era raro que no salieras y lo quité  de en medio, entré de nuevo y seguías gimiendo… me di cuenta que estabas drogado y después no recuerdo bien lo que sucedió, solo sé que le rompí la cara y tal vez varias costillas y que tenía sangre por todos lados… — Jason omitió a propósito el detalle de la pequeña demostración que había hecho frente a Allon— Llamé a alguien de confianza para que se lo llevara y limpiara todo,  te traje a la ducha y te mantuve bajo el agua caliente para que te relajaras… aun así, te masturbé y te viniste cuatro veces en mis brazos antes de quedarte dormido… aunque antes estabas inconsciente, no dormías… estabas drogado— Basil no levantó la cabeza… quería creerle…

— ¿Me tienes asco ahora?... ¿porque él me tocó?— Jason bufó.


— Quiero callarte esa boca impertinente tuya, ponerte a cuatro y hacerte mío como jamás lo he hecho, pero tengo que llevarte al médico ¿ok? no creo que Allon intentara hacerte mal físico y por tus síntomas parece que es el tipo de droga que se elimina en cuarenta y ocho horas del sistema, supongo que no quería correr riesgos pero por si acaso quiero que te revisen… que te recuperes, recojas el anillo que te di, lo uses, consigas un reemplazo para tu trabajo, regreses a la mansión conmigo y te prepares para abrirme las piernas por el tiempo que quede antes de que Andreas regrese a casa y comencemos a planear la boda. Esto… no es solo lo que quiero, es lo que vamos a hacer… ¿ok?— Basil levantó de a poco la cabeza y viendo el rostro conmocionado y casi vulnerable de Jason tan solo asintió viendo que se levantaba, tendiéndole los brazos para que le ayudase a pararse, quería ser consentido, quería ser frágil y necesitado de protección un poco más… quería justamente lo que ocurrió, que Jason lo tomara en brazos y lo tratara como si fuese a romperse en cualquier momento… si…definitivamente. Eso le venía bien.


sábado, 7 de enero de 2017

Por él - Capítulo 16


Capítulo 16

— Hijo de perra…— murmuró entre dientes y se levantó regresando con el otro, quien se había levantado y le tomó desprevenido por la camisa golpeándolo fuertemente, el sujeto cayó,  desorientado por el golpe y Jason volvió a levantarlo golpeándolo hasta cansarse, su puño tenía manchas de la sangre ajena pero poco le importaba tenerlas en su fino traje en aquellos momentos— ¿Qué le diste?— preguntó entre dientes viendo el rostro amoratado y casi desfigurado a escasos centímetros de su vista, el otro rió.


— Nada que él no quisiera, quería experimentar con drogas y sólo le complací ¿no te llamó acaso para cancelar su cita contigo? Es porque le dije que tenía el día libre para él— Jason hubiese creído eso de no ser por la voz trémula de Basil que le había llamado hacía apenas unas horas para insinuar que fuera donde él, Basil no era tan idiota—Basil y yo nos conocemos desde hace tiempo, desde antes de que le conocieras— y Jason se preguntó si aquel sujeto sabía que Basil había sido su objetivo desde hacía ya diez años, cuando ellos apenas tenían quince, el sujeto se limpió la sangre de la boca –Sólo volvió a mí, de donde nunca debió marcharse— Jason rió. Todas esas mentiras, tal vez las hubiese creído hace un par de meses, pero no en ese momento.

— ¿Y piensas que creeré eso?

— Parece que tienes mucha confianza en tu amante— aquel sujeto se veía bastante confiado, era buen actor.

—Basil no es mi amante— sonrió— es mi perro, mi esclavo.

— Su deuda contigo fue cancelada no hay más que lo ate a ti— Jason se preguntó qué tanto más sabría aquel sujeto, al parecer no más de lo que se averiguaba checando estados de cuenta y observando a Basil como un maldito acosador.

— ¿Deuda? – sonrió— No es una deuda lo que lo ata a mí – lo jaló y lo lanzó dentro de la habitación, le amarró con un par de corbatas del rubio y lo dejo tirado en el suelo— ¿quieres ver que tan atado está a mí?— trajo agua del baño y despertó a Basil a base de un buen balde de agua fría, estaba alterado y su vena posesiva era la que reinaba en ese momento— Despierta Denakis…— Basil entreabrió los ojos, se sentía tan caliente, su mente estaba nublada y no sabía dónde estaba.

— Ja…Jason..— murmuró, ¿qué hacia ahí Jason? Parecía tan molesto… no podía ver bien, apenas y alcanzaba a ver el rostro de Jason.

— Sí…— susurró al verle tan confundido— Estoy aquí— acariciando su vientre y Basil pensó que jamás se había sentido tan necesitado— ¿Esperabas a alguien más? ¿Recuerdas a quien perteneces?— Basil jadeaba, ¿por qué Jason hablaba tanto? Que lo tomara… estaba tan ansioso.

— Soy tuyo Jason…solo te pertenezco a ti…ah…Jason… — Jason sonrió.

— Dilo— acariciándole el rostro— dilo otra vez… o sabes lo que puedo hacer— Allon se preguntó a qué se refería cuando Basil se medio levantó con el rostro atormentado, estaba excitado pero también fruncía un poco el ceño.

— No tienes que amenazarme… yo… yo te obedeceré – pensando en su niño, en su precioso hijo, había olvidado en las condiciones en las que había entrado por primera vez a la cama de Jason, se hincó en la cama sujetándose de la camisa del otro, la cabeza le daba vueltas—Siempre… siempre... besaré tus pies… si me lo pides…— susurró cada vez más bajo antes de caer inconsciente de nuevo, Jason le vio y se dio cuenta que se había sobrepasado… Basil… ¿cuánto más podría atormentarlo antes de ser odiado?


— Él es mío— murmuró Jason levantándose, viendo al sujeto en el suelo, pateándolo con fuerza— Te metiste dónde y con la pertenencia  de quien no debías— volviendo a golpearle en el rostro, dejándole inconsciente de una patada, iba a arruinar a aquel sujeto. Sacó el teléfono que increíblemente aún estaba en su bolsillo y llamó a un número conocido- Kendal, necesito un trabajo de limpieza… no, estoy fuera, consigue algo en París…te enviaré la dirección.

Media hora más tarde tocaron a su puerta y se llevaron al sujeto, mientras tanto se quitó el saco, y se metió con Basil bajo la ducha, le mojó y besó su rostro suavemente, Basil despertaba de vez en cuando, confundido y sin saber dónde estaba, pero al verle sonreía sin decir nada, volviendo a caer dormido. Le masturbó un par de veces y le vio venirse entre sus brazos, aquel fue el peor suplicio que Jason podía soportar, verle correrse, desearle y no poder tenerlo, no en aquel estado, por mucho que él tuviese todo el derecho de hacerlo. Después de casi una hora bajo el agua salieron. Jason le secó bien, no quería que se enfermara, tampoco creía que hubiese problema, había mantenido el agua a buena temperatura,  le cambió las ropas, cambiándose él también. Habían dejado la habitación completamente arreglada y dejó a Basil sobre la cama, lo observó toda la noche porque Basil no despertó sino hasta el día siguiente, encontrándose con el rostro tranquilo y durmiente de Jason.

—Ja…Jason— murmuró para sí, le dolía un poco la cabeza al principio pero pronto pasó… ¿qué había pasado? No recordaba nada después de haber visto a Allon en su puerta… ¿acaso lo había soñado? ¿Qué hacía Jason ahí? No entendía nada…

— Despertaste— aquella fue la voz adormilada del moreno y Basil le miró haciéndole un millón de preguntas en aquellos ojos.

— No recuerdas nada ¿verdad? – Basil negó, no entendía qué pasaba ahí, pero Jason se veía increíblemente sexy desaliñado y recién levantado… con un demonio, no debía estar pensando tonterías en ese momento— Ayer vine nada más me colgaste, por cierto, tendrás que compensarme por eso— Basil recordaba y giró el rostro evadiendo su mirada.

— No sé por qué viniste, pensé que podías conseguir sexo sin tener que venir hasta aquí— sonaba herido, molesto y Jason se levantó besándole el hombro, Basil le miró sonrojado sin entender el porqué de ese gesto, pero sin quitar su rostro de enojo.

— ¿Por eso dejaste que entrara ese sujeto?— el rostro de Basil mostró confusión—tu jefe…te drogó, cuando llegué estaba a punto de violarte…— no quiso darle más detalles, con lo que había dicho Basil ya había palidecido, ¿para qué decirle más?

— ¿Tú… tú le detuviste?— preguntó como con miedo y Jason se le quedó viendo algo molesto.

— Por supuesto que sí, nadie toca lo que es mío, Denakis… creí haberte advertido que tuvieses presente a quién pertenecías ¿qué hacías dejando entrar a aquel sujeto?— Basil se sonrojó, quería reprocharle tantas cosas y mandarlo al diablo, pero el pensar que Jason le había rescatado, que a pesar de todo había ido a verle… le dejó sin palabras.

— Do…— una duda le vino a la mente— ¿dónde está?— Jason se sentó tranquilamente en la cama.

— Le envié al hospital— Basil parpadeó un par de veces.

— ¿Lo…lo…que?— Jason le miró con el ceño fruncido.

— Al hospital, ya te dije, nadie toca lo que es mío— Basil sonrió un poco, la verdad no le importaba que Allon estuviese en el hospital…

—Y… ¿si levanta cargos?— Jason estaba acomodándose la ropa.

— Le refundiré en la cárcel – Basil suspiró.

— Lo lamento— Jason le vio sin entender— Cualquiera de las dos opciones significarán un escándalo para ti… — la droga todavía debía estar haciendo efecto, se sentía tan sumiso que le daba vueltas el estómago. Jason por su lado se sentó en la cama.

— ¿Escándalo? Realmente no me importa lo que pueda decir la estúpida prensa, pero si realmente lo sientes tendrás que hacer algo para remediarlo— Basil no entendió— sofocar un escándalo por otro— sacó algo de su abrigo colgado en el respaldo de la cama, una pequeña cajita negra. La abrió, había un precioso anillo de platino y diamantes— Una boda siempre puede sofocar el escándalo—Basil miró el anillo y por unos segundos pensó que lloraría de emoción pero cerró los ojos aclarando su mente, aquello no era más que una parte de la farsa.

— Como si pudiese negarme— murmuró extendiendo la mano al anillo pero Jason lo retiró.

— Si prefieres seguir siendo mi amante, adelante, puedes escoger, eso o ser mi esposo, si me aborreces tanto como dices, no voy a obligarte a casarte conmigo— guardando el anillo en su saco, sabía que lo viese por donde lo viese seguramente Basil se sentiría más seguro casado con él, eso significaba algo de estabilidad, en cambio, como su amante siempre tendría miedo de ser echado de su vida, más claramente de la vida de su hijo, Basil sabía eso, y esperaba que rogara por ese anillo, Basil no lo amaba, pero le regocijaba pensar en cuánto lo necesitaba, porque así era, Basil no lo amaba, pero lo necesitaba, más que al mismo aire.

— Yo…




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Tengan un excelente día :D
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domingo, 1 de enero de 2017

Por él - Capítulo 15


Capítulo 15

Basil daba vueltas frente al teléfono, ¿qué hacer? Después de que Jason le había ido a dejar al trabajo descubrió que su jefe había escuchado casi toda la conversación que había sostenido con el moreno en la azotea, aún recordaba la forma en la que le habían reprendido por el aterrizaje no autorizado… y recordaba más aún las palabras que le había dicho con aquella enorme y falsa sonrisa “Por cierto, no creo que puedas tomarte el día libre, se me había olvidado decirte, pero estaremos muy ocupados ese día” había tenido que llamarle a Jason diciéndole que no fuera, recordaba perfectamente la actitud de éste, se había quedado unos segundos callado antes de decir “Si así son las cosas, está bien” y después le había colgado.

¡Obviamente no le había agradado nada que le cancelara de aquella forma!  Mmm… aunque ¿era acaso cancelar la palabra adecuada? Cancelar… era como si tuviesen una cita, es decir como si estuviesen saliendo, o sea, como si de verdad fuesen pareja y no solo por apariencia… suspiró por onceava vez frente al teléfono, habían pasado ya los tres días desde que Jason le visitara y precisamente aquella mañana su jefe le había anunciado que gracias a algunos retrasos tendrían todos el día libre ¡vaya chiste!

—Bueno, no pierdes nada ¿verdad?— intentó convencerse a sí mismo, tomó el teléfono y marcó rápidamente antes de arrepentirse, escuchó el timbre sonar tres veces antes de que le contestaran.

— ¿Qué sucede Denakis? … ¿Hablas para contarme lo bien que va tu trabajo? ¿O para recordarme lo ocupado que estás? Descuida, no estoy tan desesperado como para sacarte del trabajo— Basil escuchó y sintió que el valor se le iba, ¿que no estaba tan desesperado? ¿Qué quería decir? Él no esperaba que estuviese desesperado ni ansioso, es decir ¿por qué lo estaría y por qué esperaría el que lo estuviera? Diablos, se estaba haciendo un lío él solo.

—No…no tengo trabajo ahora— un silencio corto.

—Creí que estarías sumamente ocupado… incluso para mí— Basil no supo cómo interpretar aquella última frase.

—Creí que lo estaría… pero al final tuve el día… libre— un silencio corto una vez más y esta vez la voz de Jason se escuchó extraña al responder.

— ¿Acaso me estas pidiendo que vaya?— la voz de Jason parecía sarcástica pero también algo nerviosa. Posiblemente era su imaginación ¿no?

—A mí… no me molestaría… estoy en el hotel…— la risita de Jason se escuchó del otro lado de la línea.

—El hotel ¿eh? ¿Acaso intentas tentarme Denakis?— y Basil no supo de donde había sacado aquella conclusión— Puedo conseguir sexo sin tener que viajar en mi mejor tiempo durante tres horas seguidas— y Basil pensó que era cierto, no se arrepentía de haberle llamado, al menos sabía cómo eran las cosas, diablos, se había hecho tantas estúpidas ilusiones desde la última vez que le había visitado.



—Por supuesto— y aunque luchó porque no fuese así, la voz le salió ahogada, quería llorar, en verdad quería ponerse a llorar— Diviértete Jason— y le colgó, mientras que al otro extremo de la línea el moreno estuvo a punto de darse de topes con la pared, ¿por qué demonios le había contestado así? Le encantaba la idea de que su cachorro corriese a llamarlo nada más tener oportunidad, podría haberle dicho tantas cosas y de entre todas tuvo que escoger la peor frase posible.

—Maldita sea— murmuró entre dientes aventando el teléfono lejos.

En París, Basil no sintió el paso del tiempo, se quedó sentando en un sillón aferrado a sus rodillas recordándose lo estúpido que era, pero no era meramente su culpa ¿verdad? Jason lo había dicho, que sólo lo necesitaba a él, por supuesto Jason era un maldito hijo de perra mentiroso, y él… él se había hecho todo un mundo de fantasía en su cabecita…

— Creer que le interesabas. Vaya broma, Basil Denakis— murmuró para sí mismo cuando tocaron a la puerta, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que llamara a Jason pero tampoco esperaba que fuese él—Jm… lo que faltaba, visitas— se talló los ojos y caminó a paso lento hasta la puerta abriéndola sin más, ¡y vaya chiste! la persona a la que menos quería ver estaba ahí— ¿Qué quieres, Allon? – preguntó pesadamente regresando sobre sus pasos al sillón, queriendo que lo dejasen solo para hundirse en su depresión.

—  ¿Aún molesto porque arruine tu velada romántica? No puedes culparme Basil, me interesas demasiado como para ponértela fácil— Basil bufó.

— Así que al final lo hiciste a propósito… no sé porque lo dudé, pero descuida, te agradezco, me dejaste ver la verdad de mi vida— suspirando y recargándose contra el respaldo.

— ¿Qué te hizo? Basil…— le vio tan deprimido—déjalo Basil, sólo te lastima— entró y caminó con Basil hasta el sillón, sentándose a su lado pasándole un brazo por los hombros, atrayéndolo hacia sí dejando que Basil soltara un par de lágrimas silenciosas al sentir el apoyo inesperado— No llores Basil, espera aquí, te traeré un vaso de agua para que estés más tranquilo— Basil asintió y Allon se levantó regresando con un vaso de agua fría— Toma, bebe— dándoselo, la preocupación se veía marcada en las facciones de su jefe y se sintió algo conmovido, sentía un irrefrenable deseo de ser abrazado y consolado, cuando algo andaba mal su niño siempre le acariciaba el cabello y le decía que todo estaría bien, Andreas siempre había sido su oasis pero seguramente pronto también se quedaría sin él.

Sintió los ojos pesados, la cabeza le daba vueltas. De repente tenía mucho, mucho sueño… y todo se volvió negro.

En los brazos de Allon quedó un cachorro dormido y drogado, a lo cual el moreno sonrió, no pensó que la oportunidad de darle de beber aquella droga se diese tan pronto, pensó que sufriría un poco más, invitándolo a beber y convenciéndolo de que tomase lo que le invitara. Parecía que ese día las cosas estaban a su favor.

— Vamos Basil— murmuró tomándolo en sus brazos, levantándolo para llevarle a la habitación— Quiero hacerte el amor en la cama, como hace ya casi tres años ¿recuerdas?— sonrió besando las mejillas del rubio que no mostró cambio en su respirar acompasado, mas sin embargo sus mejillas se sonrojaron un poco, la droga era perfecta, lo mantenía inconsciente pero apenas un roce y su cuerpo reaccionaba sin remedio— te he echado de menos, Basil— murmuró dejándolo sobre la cama y comenzando a quitarle la camisa, besando su pecho, mordisqueando sus tetillas sacando un par de gemidos necesitados del rubio— Te he deseado cada noche desde la última vez— lamió los sonrosados y jadeantes labios mientras le despejaba la frente de sus cabellos rubios. Le sacó los pantalones y solo rozar su entrepierna el rubio se puso duro, removiéndose un poco en la cama— ¿Me deseas ya, Basil?— preguntó lamiendo su vientre— Estás apunto de venirte ¿verdad? – sonrió — para cuando despiertes…— metió un dedo en la entrada del rubio—… No abra un extremo de tu piel que no haya probado— comenzó a mover su dedo sacando gemidos increíbles de aquella boquita de pecado— Aquí— moviendo más su dedo— estarás tan abierto y tan lleno de mí… — rió—… muero por ver tu expresión cuando despiertes Basil…— lamió su abdomen, su pecho y acarició su entrepierna sintiendo como Basil se removía jadeante y excitado, con sus bonitos ojos cerrados— Después de esto tu millonario no te va a querer de regreso…  no creo que tengas valor de regresar con él— metió un dedo más en Basil— Ésta será la mejor sesión fotográfica de tu vida Basil, porque vas a ser el modelo.

Jason bajó de la limosina rentada frente al hotel de Basil, se las ingenió para convencer al gerente de que le entregara una copia de su llave y subió al elevador preguntándose si siempre iba tan lento, sentía ansiedad, había estado llamando al celular de Basil pero estaba apagado, al teléfono de su habitación pero no contestaba, obviamente tampoco le abriría si le tocaba… aunque también era probable que no se encontrara en la habitación, y si así era lo iba a esperar dentro, tenía que… tenía que arreglar la estupidez que había hecho, sólo tenía que verlo, besarlo y Basil se derretiría en sus brazos, porque lo conocía, sabía cómo y dónde tocarle para que no pudiese siquiera pensar lo que hacía, se recargó en la fría pared metálica.


— Espera y verás Basil, hoy te pondré la más fuerte de las correas al cuello— metiendo las manos en su abrigo. Cuando el ascensor llegó al piso indicado bajó y suspiró antes de abrir la puerta y entrar, estaba demasiado quieto… ¿no estaría? Vio el mini recibidor y desde la puerta entreabierta de la habitación alcanzó a escuchar jadeos. Sintió que el corazón se le detenía y caminó despacio, como con miedo, hacia la fuente de aquellos suspiros que le erizaban la piel, tan conocidos… pero más bajos… se asomó y por unos segundos no reaccionó, ahí en la cama donde le había hecho el amor apenas tres días antes estaba Basil completamente desnudo y con los ojos cerrados suspirando y jadeando por las caricias de otro, de un hombre de cabellos negros que aún con la ropa puesta besaba la piel que era suya, acariciaba el cuerpo que sólo le pertenecía a él, y fue entonces cuando la furia estalló en el moreno, abrió la puerta abruptamente y Allon se enderezó mirándole como si quisiese matarlo. Cubrió a Basil y lo abrazó contra su cuerpo, el rubio debía estar temblando de miedo porque se abandonó al abrazo de aquel sujeto, maldito fuese el perro traidor, pero iba a enseñarle quién era su amo, basta de buenos tratos, tal vez no pudiese amarlo pero no sería de nadie más, nadie engañaba a Jason Lakis.

— Parece que el novio llegó de visita. Lárgate, Basil no quiere verte— Jason sonrió.

— ¿Que no quiere? No tiene opción. Basil, levántate— ordenó con voz fría sabiendo que el rubio no podía ir contra él, aún si le entregaba su cuerpo a aquel sujeto como una maldita perra en celo, él aún era su dueño, aquel que con solo chasquear los dedos le ponía de rodillas, más sin embargo Basil no se movió.

— Él no va a escucharte— la sonrisa en el otro se ensanchó y Jason sintió un arrebato de furia aún mayor. Se movió hacia ellos, intentando tomar a aquel sujeto por la camisa, pero el otro lo esperaba y lo empujó, sacándolo de la habitación y saliendo él también, cerrando la puerta tras de sí. Fue entonces cuando Jason se dio cuenta que algo andaba mal, Basil no había dicho nada y se había quedado escondido dentro de la habitación… ¡no! Eso era mposible, Basil Denakis jamás se escondía, jamás había huido de él en su vida ¿por qué empezar ahora? ¿Por qué arriesgarse a perder a su hijo? ¿A que le partiera la cara a su amante? Algo andaba mal, miró la puerta de la habitación y quiso pasar pero aquel sujeto intentó detenerlo, así que sin pensarlo le golpeó el rostro enviándolo al otro lado de la diminuta habitación, ni siquiera volteó a verle. Entró haciendo un ruido estrepitoso, la puerta rebotó contra la pared al ser abierta tan bruscamente.


Ahí, en la cama el rubio seguía jadeando y removiéndose, sus ojos aún cerrados, y el moreno se acercó hasta él, le vio y le abrió los párpados viendo que su mirada estaba perdida, pasó accidentalmente la mano por su pecho y Basil se arqueó jadeando ante su contacto, estaba drogado, drogado e inconsciente.