viernes, 18 de noviembre de 2016

Por él -Capítulo 12


Capítulo 12



Basil entró con una sonrisa a la mansión, le habían ofrecido un gran trabajo. Suspiró, era posible que no pudiese aceptarlo pero el hecho de haber sido escogido para ello ya era en sí bastante para él. Ese día la mansión le pareció especialmente espaciosa y llena de luz.

Escuchó las clases de piano de su hijo, vio el reloj y sonrió cerrando los ojos. Las notas viajaban por el aire y los sonidos acompasados iban acompañados de los notables errores que los deditos de su hijo dejaban escuchar de vez en cuando, debían de acabar en una media hora, así que subió a darse un baño antes de bajar a verlo para comer. Estaba de buen humor, tenía ganas de tararear cualquier canción tonta mientras se bañaba, dejó que el agua le recorriera el cuerpo, no lo había notado hasta ese momento pero la mansión ya era como su casa, aunque su extrema relajación se esfumó cuando al cubrirse la cintura con la toalla y salir de la ducha se vio al espejo, tenía un par de marcas en el pecho y se sonrojó, aunque no eran las marcas las que lo hacían sentirse de repente avergonzado, sino los recuerdos que traían con ellas. Había pasado una semana desde que él y Jason lo habían hecho por primera vez, y aunque había intentado evitar aquellos encuentros, indudablemente habían hecho el amor todas las noches en la última semana.

Sacudió la cabeza intentando con ello alejar sus pensamientos y su cabello soltó pequeñas gotitas de agua que mojaron el espejo al tiempo que salía y se vestía con una de las tantas prendas que Jason había comprado para él. En la última semana le había comprado más aún, sabía que Jason raras veces iba a la oficina, al parecer pensaba que en casa y con todo su equipo no había necesidad de ir a encontrarse con buitres para dirigir su empresa, y es que por lo que había visto al parecer tenía razón, Jason contaba con tecnología que incluso un ignorante de máquinas como él sabía estaba muy por encima de la que pudiese tener cualquier otra empresa, ya había tenido más de un problema gracias a ellas y a su programa inteligente. Uno como el que por ejemplo estaba a punto de tener.

─Te ves bien, Basil.Jason me pidió que te diera esto, es lo de siempre- aquella voz se escuchó en la habitación y Basil sabía que era el sistema inteligente que Jason tenía instalado no solo en toda la casa, sino en casi todo lo que fuese de su pertenencia.

─No lo quiero- y es que sabía perfectamente lo que era, de una de las paredes se abrió una pequeña rendija apareciendo un mini-DVD, uno que seguramente tenía grabado su último encuentro- ¿Qué diablos intenta dándomelos?

─Al parecer, a nuestro egocéntrico amigo le gusta que seas consciente de lo mucho que te gusta abrirle las piernas- Basil se sonrojó hasta la punta de los cabellos, si es que eso era posible. Que una máquina le dijese aquello era demasiado.

─No necesito que me lo digas- ni tampoco necesitaba que Jason se lo mostrara en aquellas grabaciones, después de todo incluso se había asegurado de tomarlo frente al espejo la noche anterior, se ruborizó fuertemente recordando su propio rostro, las palabras que había dicho… los ruegos, los jadeos… maldita sea... no quería tener que verlo nuevamente en vídeo.

─Oh, no... por supuesto que no, supongo que con la colección de DVDs que tienes hasta ahora será suficiente, deberías aceptarlo, en esta guerra estás perdido.

─Me voy a comer- cortó Basil prefiriendo dejar el tema por zanjado y es que la máquina tenía razón, simplemente estaba perdido... perdido en aquellos hermosos ojos grises que le hacían temblar solo de contemplarlos.

─Veamos qué te has puesto- Basil se sintió escaneado- Supongo que estás aprobado, vamos aprendiendo ¿eh, Basil?

─Por mucho que quiera vestir mi ropa no me dejaras salir de aquí si lo hago ¿cierto?

─Lo siento cachorro, órdenes superiores- habló la voz y Basil deseó poder tener el maldito ordenador enfrente para lanzarlo lejos, aquello sin duda era obra de Jason, ahora hasta la máquina le decía cachorro.

Pero como destruir tecnología no estaba a su alcance, se decidió por salir e ir por su hijo. Bajó las escaleras lentamente, tenía una sensación extraña en las caderas, después de una semana de sexo sin parar era de esperarse ¿no? Suspiró y encontró a su pequeño en compañía de Jason, parecía algo desanimado.

─No lo entiendo, puedo recordar las notas y he aprendido todos los acorrdes y las leterras- aún se le trababan las palabras al hablar, aunque solo la r- pero no puedo tocalo papá… ¿qué hago mal?- Jason le sujetó las manos y le sonrió de tal forma que a Basil se le aceleró el pulso, prefiriendo quedarse en la puerta observando la escena.

─No hay nada de malo en ti Andreas, pero el piano no es tan simple, necesitas presionar correctamente las teclas y tener más destreza con tus dedos, son cosas que ganarás con el tiempo. Tranquilo, eres excepcionalmente bueno para tu edad- Andreas sonrió tímidamente pero se veía mucho más animado. Aunque la profesora le decía que era excepcional, el niño sólo lo creía cuando Jason lo hacía y Basil pensó que comenzaba a aceptar sin tanto dolor que su niño se encariñara con el moreno, es decir, era su hijo después de todo, tenía derecho ¿no era así?

─Papi- Basil vio a su hijo voltear, notarlo e ir hasta él caminando a paso tranquilo, Jason tenía razón, Andreas no era un niño normal, era un niño mucho más maduro y hábil que la mayoría de los niños, y él muchas veces no sabía cómo lidiar con ello.

─ ¿Qué tal tus clases, peque?- preguntó agachándose a su altura y Andreas ladeó el rostro sonriendo, Basil pensó que jamás dejaría de asombrarle el increíble parecido de sus gestos con los de su progenitor.

─Pan comido- Basil se preguntó por qué no le contaba a él los problemas que tenía con el piano, tal vez su niño ya había notado lo superior que era Jason en la gran mayoría de los casos, era completamente lógico que se sintiera más afín a Jason, aun así dolía… dolía mucho ver cómo le arrebataban de a poco a su pequeño, comenzaba a aceptarlo y tal vez no doliera tanto como antes, pero no podía evitar que doliera, o más bien, no podía evitar asustarse, Jason se lo había dicho “Andreas te quiere a su lado y se lo voy a cumplir, con el tiempo posiblemente ya no seas necesario y entonces tendrás que largarte” eso se lo había dicho desde un principio, Andreas apenas tenía cuatro añitos, sabía que su pequeño jamás lo olvidaría pero… pero pronto no sería necesario… se obligó a sonreír.

─Ve a lavarte, vamos a comer ¿sí?- el niño asintió y salió de la sala dejándolos solos. Basil consciente de la presencia de Jason simplemente no dijo nada prefiriendo no mirarlo.

─ ¿Qué tal despertaste, cachorro? ¿Has visto mi regalo?- Basil se sonrojó sabiendo a qué se refería.

─Deja de tomar esos videos…- Jason sonrió.

─ ¿Por qué? Te ves tan…- lo atrajo por la cintura desde atrás, rodeándolo con un brazo y Basil no opuso resistencia sabiendo que no haría demasiado con la posibilidad de que Andreas apareciera en cualquier momento- … encantador- sintió el aliento tibio en su cuello y se estremeció.

─Muérete- contestó simplemente pero no había hostilidad en sus palabras.

─Tu jefe me llamó… - Basil ahora sí se extrañó, girándose a verlo aun entre sus brazos, eran ya tan familiares.

─ ¿Qué te dijo?

─Que no querías aceptar un trabajo… prometedor- Basil suspiró.

─ ¿Qué eres? ¿Mi madre?- Jason levantó una ceja y Basil prosiguió- es en el extranjero, por mes y medio, no puedo dejar tanto tiempo a Andreas…- pensando que Jason le diría lo poco necesario que era.

─ Hay un campamento de dos meses que inicia este fin de semana… posiblemente se emocione si se lo comento…- vio la cara de sorpresa de Basil por su repentino intento de ayuda y sólo desvió la mirada- No lo hago por ti, pero entre mejor te vaya, mejor te verás a mi lado…- Basil sonrió de nueva cuenta, casi podía sentir las buenas intenciones de Jason, no importaba si había un trasfondo o no…

─ ¿No te sentirás solo, Jason?- preguntó levantando un brazo para rodearlo por el cuello, Jason no le miró.

─ No necesito de nadie, Denakis. Y si quiero alguien que caliente mi cama, sin Andreas por aquí no será problema- Jason habló casi en automático, acostumbrado a contestar de aquella forma a cuantos le preguntaran por su “solitaria vida” pero se arrepintió al instante al ver el rostro de Basil… no había ira, no había rabia… había dolor. Lo vio solo por un segundo en aquellos ojos verdes, había hecho una herida profunda… ¿por qué? Basil era orgulloso ¿Se sentía utilizado?

─ Por supuesto- escuchó la voz del rubio y sintió el calor alrededor de su cuello alejarse, lo sujetó con más fuerza contra su cuerpo sin saber exactamente porqué necesitaba hacerlo- Déjame- Basil habló bajo pero notó la alteración de su voz, no lo soltó pero Basil forcejeó lo suficiente como para quitárselo de encima, caminando hacia el comedor donde se encontró de camino con Andreas, y al ver su espalda alejarse con su pequeño se dio cuenta. Había cometido un error, le costaba admitirlo pero lo había hecho, maldito fuese aquel momento. Aquella noche Jason se escabulló a la habitación de Basil, pero la encontró vacía, maldijo por lo bajo y registró en las cámaras de la casa, Basil se había ido a dormir con Andreas…

Después lo evitó como si tuviese lepra, surgieron algunos problemas en el trabajo y apenas y podía verle, una semana después enviaron a Andreas de campamento, el pequeño estaba bastante emocionado y aquella misma noche Basil se largó rumbo a París, definitivamente dejando al moreno con más de una frustración y deseo insatisfecho. Pensó en ignorarlo hasta que regresara, si quería evitarlo por él estaba bien, pero cuando regresase iba a pagarle con creces cada noche de abstinencia que iba a pasar.








Siento mucho el error con el capítulo anterior D: pero estaba algo atareado por aquí y no me di cuenta hasta que leí los comentarios... por otro lado, dije que publicaría el viernes, pero mi internet no quiso cooperar en la tarde... Aquí les dejamos este capítulo y espero lo disfruten...