viernes, 23 de diciembre de 2016

¡Feliz Navidad! Antología 2016

¡Felices Fiestas!

Como ya lo hemos venido haciendo en años anteriores, hemos querido darles este pequeño regalo a todos los lectores :3 Esperamos lo disfruten. 
También queremos agradecer a todas las autoras por colaborar para hacer esta Antología. 


Muchas Gracias por el apoyo que nos brindan o3o

Feliz Navidad :D






Antología Completa     Daniel Richards

                               





sábado, 17 de diciembre de 2016

Por él - Extra -


Extra
Por su parte Andreas no estaba pasando un muy buen momento en aquellos instantes, el campamento era divertido, en verdad, pero al parecer algunos niños mayores no se habían tomado muy bien el ser superados por un niñato de cuatro años, en especial los que tenía enfrente en aquel momento, tenían entre nueve y diez años. Y ahí estaba a mitad de la noche, con su pijama de robots y tres niños más mirándolo de mala forma, aquello no le gustaba, ¿qué pretendían? ¿Tirarlo al río?

─ Oye ¿crees que sepa nadar?- preguntó uno.

─ Por supuesto  ¿crees que el señorito perfección podría no saber?- se burló el otro. Genial, parecía que realmente lo iban a hacer, ojalá pasaran a patrullar rápido, no quería morir ahogado a  unos metros de su cabaña.

─ Hey ¿qué hacen?- Andreas pensó que aquella no era la voz de ninguno de los instructores, intentó identificarlo y notó que era el niño que había llegado ese día, al parecer era el hijo del director del campamento.

─ Eh…nada, nada…- aquel niño era mayor a los niños que lo estaban molestando, tendría tal vez unos doce años- Sólo salimos a pasear con el pequeñito- intentando abrazar a Andreas pero éste los empujó, primero muerto a que aquellos niños tontos lo tocaran. El niño que lo había llegado a rescatar les vio de mala forma.

─ Mejor regresen a su cabaña, yo pasearé al enano- y Andreas sintió que aquello le recordaba algo. “¿Papi vino a animarte, enano?” miró bien al niño frente a él, por supuesto, ya lo reconocía, el cabello rojo, las pecas en la cara y los ojos verdes, era el niño feo al que había derrotado en el torneo. Los otros obedecieron y el pelirrojo camino hacia Andreas- Oye ¿estás bien, enano? Te estaban molestando ¿no?- Andreas le miró.

─ ¿No te acuerdas de mí?- y el pelirrojo le vio atentamente, durante varios segundos, Andreas traía el cabello suelto a los hombros, diferente al día del torneo que lo traía atado.

─ Oh, pero si eres tu- el niño se enderezó- diablos, he rescatado a un enano que no me gusta… - lo observó nuevamente y se acercó un poco viéndolo de cerca- oye… eres un niño ¿verdad?- Andreas pensó que aquel niño parecía tan honesto que le gustaba, aunque la primera vez le había desagradado.

─ Soy un niño, pero papá dice que soy más bonito de lo usual- habló con orgullo y el pelirrojo suspiró.

─ Bueno, supongo que tengo que llevarte a tu cabaña, ya qué- Andreas comenzó a caminar.

─ No es necesario, conozco el camino de regreso.

─ Oye, espera, si dejo ir a un enano de cuatro ir solo por aquí ¿qué crees que me diría mi padre?- poniéndose a su altura.

─ ¿Te impolta mucho lo que diga?- Andreas lo dijo en tono de burla y el otro se sonrojó.

─ ¿Tienes algún problema con ello? ¿Que a ti nunca te abrazó tu papa?- había repetido exactamente las mismas palabras que Andreas le había dicho a él y esto sacó una sonrisa en el pequeño que caminó a su lado entrando a su cabaña para dormir plácidamente.
Al día siguiente, cuando se les pidió formar parejas para el resto del campamento, él tomó la mano de aquel niño negándose a separarse hasta que el padre del muchacho miró orgulloso a su hijo, asignándole cuidar al pequeño.

─ Este será un verano largo- se lamentó el pelirrojo y Andreas se sintió satisfecho, le gustaban las personas como aquel niño, porque no tenía que cuidarse de que le mintieran-¿por qué hiciste eso? Ahora tendré que estar pegado a ti todo el verano- Andreas le miró y parpadeó un par de veces como si fuese obvio que por eso mismo lo había hecho.

─ Me gustas- y el pelirrojo se sonrojó, así que le agradaba al enano.

─ Ah…si…bueno…  no me causes problemas ¿ok?- habló decidido mientras veía los ojos enormes del chiquillo analizarlo. Viéndolo bien… era un niño muy bonito.

─ Yo no hago esa clase de cosas- habló con orgullo y el pelirrojo pensó que aunque era bonito tenía un serio problema de actitud con aquella arrogancia. Suspiró, en fin, ni qué hacerle. Poco sabia el pelirrojo de que a quien había salvado no era a Andreas, si no a los pequeños niños que de otra forma habrían terminado en el río. Lakis no se tomaba a la ligera la seguridad de su hijo y tenía a alguien cuidándolo, un chico de apariencia asiática que sabiamente no había interferido en el asunto. 



viernes, 9 de diciembre de 2016

Por él - Capítulo 14


Capítulo 14
─ Basil -susurró por primera vez con una voz cargada de deseo y necesidad.  Lo necesitaba, maldita sea que lo necesitaba hasta el extremo del dolor. Dolía no tenerlo, no poder fundirse con él más allá de lo que lo físico permitía, él quería meterse hasta por debajo de su piel, entrar en su consciencia y en su mente- No necesito más amante que tú- dijo inconscientemente al besarle el cuello desabrochándole el cinturón, no lo pensó, sólo sintió que debía hacerlo, sintió que si lo decía todo estaría bien, y Basil soltó una pequeña lágrima de felicidad al escucharle…  tan estúpido,  tan conformista y tan feliz.

─ Me tienes ahora…- contestó suspirando cuando le mordió el cuello- gm…- se quejó un poco- Eso dejará marca…- tocándose cuando Jason se separó de él sacándose la camisa, apenas tuvo tiempo de hacerlo también pues un momento después le atrajo a él besándolo con intensidad. No parecía estar dispuesto a una negativa aunque tampoco lo forzaba, aunque bien,  en esos momentos no era necesario, Basil casi podía sentir cómo se derretía en sus brazos, ambos estaban ansiosos pero iban lento, perdidos entre la frustración de querer devorarse y saborearse al mismo tiempo.

─ Esa es la idea- murmuró y Basil se sintió complacido ante su posesividad.

─ No me culpes si lo hago también- murmuró gimiendo cuando Jason metió la mano entre sus pantalones, se recostó en la pared más cercana sintiendo que las piernas no le sostenían y echó la cabeza atrás cerrando los ojos, soltando suspiros y dejándose por completo en los brazos del moreno…

─ Sería interesante- sonrió lamiéndose los labios al ver como Basil se abandonaba a su caricia con los ojos cerrados, suspirando de aquella manera- Gime…no te contengas, Basil- le susurró cerca del rostro acorralándolo contra la pared, masturbándolo con más intensidad, provocando gemidos fuertes y desvergonzados.

─ Ah... basta…yo…- estaba por venirse y gruñó al sentir que el otro se detenía.

─ No, cachorro- susurró deteniendo el orgasmo del otro- Aún no- Basil le miró, más que con molestia, como un cachorrito abandonado lo haría, Jason le contempló, le observó y sus dedos se enredaron entre los rubios cabellos acercándolo por la nuca. Sus labios se rozaban y sus ojos se perdían en los del otro. Podía sentirlos, los labios temblorosos del moreno acariciando casi con duda los suyos y los suyos mismos vacilando… a Basil los ojos le pesaban, era como querer abandonarse a su merced y al mismo tiempo no querer despegarse de aquellas lagunas grises, tan profundas… tan densas…

─ Jason…- susurró apenas y el moreno lo apretó por la cintura besándolo por fin, cerrando los ojos y besándolo de lleno, volviendo a hundirse en su boca de miel, en aquellos labios dulces e incitadores, temblorosos y embriagadores- Vamos a la habitación, Basil- le susurró contra los labios y Basil caminó hacia atrás sin querer separarse de él, sin dejar aquel contacto , a tientas abrió la puerta, solo unos pasos y se dejó caer en la cama con el cuerpo del moreno sobre el suyo, sintiendo como la excitación lo invadía al instante hasta el borde del delirio- ah… Ja…Jason… tómame…- suplicó enredando sus dedos en los cabellos oscuros, rodeándole por el cuello, abriendo sus piernas, incitándolo… Tentándolo…  y a Jason le dolió la entrepierna ante la sola insinuación- Jason- volvió a gemir como si no aguantara más. Jason se las arregló para sacarle los pantalones y bajarse apenas los suyos embistiendo dentro del otro aún con la ropa puesta- ¡gm!- el rubio se aferró a él con más fuerza, escondiendo su rostro en su cuello, sintiendo cómo lo penetraba llenándolo por completo, sintiéndose pleno, completo- ah…muévete…muévete…-Jason no necesitaba indicaciones, sus caderas se movieron buscando ese cuerpo, sintiendo que le apretaba exquisitamente, definitivamente su cachorro se reponía rápido, solo dos semanas de no hacerlo y se sentía como un virgen, sentía que explotaría solo con escuchar los necesitados gemidos en su cuello- Jason…- aquel gemido le rozó el oído y viajó hasta su entrepierna haciendo que se moviera con una desesperación nunca antes sentida, necesitaba tenerlo…necesitaba marcarlo…necesitaba escucharlo gritar- ¡¡ah!! Jason… ¡Jason!-Basil gritó dejándose caer en la cama apretando las sábanas, pensando que se rompería, luchando por prolongar el éxtasis de su orgasmo, queriendo que Jason se moviera así dentro de él por siempre…

─ Eso es…grita…grita…- ordenó entre jadeos, sus cabellos húmedos se movían en su frente entre una embestida y otra, el rostro de Basil era un completo poema, extasiado y entregado, Jason no había contemplado jamás expresión como aquella.

─ Ja…jason…ah… ¡ah!- las manos de Basil se aferraron aún más a las telas mientras sentía el orgasmo alcanzarle, Jason seguía moviéndose y lo apretó deseando sentirlo venirse en su interior.

No tuvo que esperar demasiado, las contracciones de Basil llevaron al moreno a un éxtasis completamente diferente a los anteriores, su mente se puso en blanco y por unos segundos solo existió el placer…


Casi a las tres de la tarde  Basil despertó encontrándose con un Jason mirándolo dormir, definitivamente Jason no necesitaba dormir demasiado…o tal vez tenía algo que ver con la diferencia de horarios… sí… ellos habían hecho el amor durante horas, horas en las que en casa era de día, en ese momento alla debían ser las 10 de la noche… porque ahí eran las tres… las tres…

Basil casi saltó de la cama, despertar con Jason junto a él lo había dejado en un estado de ensoñación increíblemente placentera, a tal punto de tardar en reaccionar después de ver el reloj de pared. ¡Diablos! él entraba a trabajar en una hora, no iba a llegar a tiempo.

─ Auch- se quejó al levantarse tan abruptamente de la cama.

─ No deberías hacer eso, cachorro. Después de todo estuviste  recibiéndome por horas- Basil se sonrojó pero no volteó a verlo, sabía por experiencia lo que ver a Jason desnudo entre las sábanas podía ocasionar en él.

─ Tengo que ir a trabajar y estoy retrasadísimo- habló buscando algo que ponerse antes de meterse a la ducha.

─ Te llevaré, tranquilízate- Basil sintió el aliento de Jason en su cuello y cerró los ojos reuniendo toda su fuerza de voluntad para no derretirse ahí mismo- Ahora, será más rápido si me baño contigo ¿no?- metiéndolo al baño casi a  la fuerza. Basil intentó renegar pero sentir a Jason lavándole el cuerpo mientras el agua caliente corría por toda su piel fue sencillamente demasiado tentador, especialmente cuando todo iba acompañado de deliciosos mordiscos en su cuello que sin duda alguna dejarían más de una marca, pero sinceramente poco le importaba, no tenía porque ocultar que Jason era completamente dueño de su cuerpo, porque no quería y porque no podía… no con el chantaje de Jason.

─ Jason… se me hace tarde- murmuró en un suspiro sintiendo como Jason mordía levemente sus tetillas manteniéndolo dócilmente recargado contra la losa fría. El moreno gruñó aceptando salir. Basil buscó algo de ropa y Jason tuvo que ponerse lo mismo con lo que había llegado, dicho sea de paso, la apariencia desarreglada no le iba nada mal, Basil deseó tener una sesión ahí mismo, a veces su vena fotográfica dominaba en su vida. Viendo que estaba distraído, tomó su cámara y tomó un par de fotos.

─ He de suponer que ya estás listo- Jason sonrió y Basil pensó que la arrogancia de saberse perfecto se veía reflejada en esa sonrisa, esa que fue la protagonista de su última fotografía, maldito fuera por ser tan consciente de su atractivo-Vamos- le llamó y Basil le siguió guardando su cámara.

─ Oye ¿a dónde vamos?- notando que iban hacia la azotea y no hacia la planta baja.

─ Dije que iba a llevarte- habló cuando llegaron a la azotea y Basil pudo ver el helicóptero en el que comenzaba a sospechar Jason había llegado la noche anterior.

─ ¿Te…te dejaron aterrizar aquí?- no supo ni por qué pregunto, después de todo estaba hablando con Jason Lakis- No sé para qué pregunto, no conozco quien pueda negarte algo- suspiró caminando a su lado y Jason le observó con una sonrisa de suficiencia que hizo sacar una mueca molesta al rubio, cosa que por supuesto solo divirtió al moreno.

─ Sube- Basil dudó.

─ Espera ¿quién va a pilotear?- Jason subió poniéndose al piloto, mirándolo como si acabase de preguntar la cosa más obvia del mundo-Vaya, supongo que no todos pueden presumir de usar al magnífico Jason Lakis de chófer- ganándose una mala mirada del moreno.

─ No tientes tu suerte, Denakis- Basil rió divertido ante su reacción y el moreno se sintió tranquilo solo de verlo sonreír. Aterrizaron en el techo del edificio en el que Basil trabajaba y los guardias salieron a recibirlos o mejor dicho a ver quién demonios había llegado, ver a Basil les tranquilizó pero se quedaron pendientes por cualquier cosa.

─ Lo lamento, solo será un instante- les gritó Basil volteando a ver a Jason que había apagado motores bajando a su lado, el ruido de las aspas no les permitió hablar por unos momentos pero cuando cesó Basil no supo qué decir.

─ Gra…gracias, supongo- Jason le miró.

─ Regreso a casa ahora…- una ráfaga de aire les golpeó a aquella altura y la mano de Jason se movió por mera inercia protegiendo el rostro del rubio que había entrecerrado los ojos, la ráfaga pasó y Jason se movió sin darse cuenta, acomodando los rubios cabellos de su cachorro, topándose con la expresión ensoñada del rubio… le gustaba…le encantaba… con un demonio, ¿en qué momento había sucedido? Lo amaba…  se agachó para besarlo y el rubio le rodeó por el cuello nada más sentir los labios ajenos sobre los suyos.

─Jason…- susurró  cuando lo abrazó pasando de un beso a otro, no quería que lo soltara, no quería que se fuera…

─ Termina pronto el trabajo, Andreas tendrá un evento para el final de su campamento - Basil asintió aun medio ensoñado y Jason le acarició el rostro, al menos sabía que no le era indiferente en lo más mínimo al otro - Me voy- habló separándose para volver a subir al helicóptero y Basil le sostuvo por el abrigo no permitiendo que se marchara y el moreno le observó cómo preguntando que sucedía.

─ Ayer… sólo quería hablar…

─ ¿Tienes algo que decirme?- Basil le vio y el nerviosismo se veía en todo su cuerpo, azotándolo con intensidad. Parecía un animalito asustado, y eso le preocupó a Jason, si había algo que Basil Denakis jamás había demostrado era ser indefenso,  por eso le gustaba, porque podía perderse en el fuego de sus ojos, en la intensidad de su mirada y en la decisión de sus rasgos.

─ No… bueno… si… posiblemente no te interese….- se masajeó el cuello revolviendo un poco su cabello- mi ex jefe… -Jason frunció el ceño- si…  es el que estás pensando- y el moreno se sintió de mal humor solo de escuchar mencionarlo - él…- Jason quiso decir que no quería escuchar nada que tuviese que ver con ese sujeto pero lo que vino a continuación le golpeó como una piedra en el pecho- Es mi jefe ahora…- y Basil creyó que Jason le golpearía solo de ver su expresión.

─ Más vale que recuerdes a quien perteneces ahora, Denakis- Basil bajó la mirada y sus mejillas se sonrojaron.

─ A ti…lo sé… lo sé, Lakis- y el moreno extraño el “Jason” saliendo de sus labios, pero le complacieron sus palabras, aún más su actitud.

─ Vendré en tres días- Basil le vio y parpadeó como si le hubiesen dicho que Jason era virgen- Hazte un tiempo libre- y le acarició el rostro apartando sus cabellos, Basil sonrió.

─ ¿Tienes alguna fijación con el número tres?- Jason sonrió cínicamente.

─ La tengo- acercándose a su oído- también es el número de veces que te haré venirte antes que yo, cachorro… hasta luego- se separó un poco y le lamió los labios antes de volver a subir al helicóptero y marcharse. Basil se quedó viendo cómo se marchaba y desde lo alto Jason le observó algunos segundos antes de ir donde había dejado su jet privado… maldita sea, lo único que le faltaba, tener a su cachorro cerca de aquel sujeto.

─ Computadora- una pantallita se encendió en su reloj.

─ ¿Qué sucede Jason? Tienes cara de que quieres averiguar algo.

─ Necesito toda la información sobre el actual jefe de Basil… manda un fax a la compañía donde Basil trabaja, que te digan quién solicitó su trabajo actual.

─ Un día de estos vas a quemar mi procesador.

─ Trabajas por satélite.

─ Tienes que tener la respuesta a todo ¿cierto? Aun así los faxes no son lo mío, enviaré un e-mail.

─ No me importa lo que mandes, sólo consígueme lo que te pido. Maldita sea ¿cómo carajos vine a enamorarme?

─ Jason ¿por fin descubriste que estás enamorado? Enhorabuena- en la pantalla aparecieron fuegos artificiales- comenzaba a creer que ese coeficiente no servía para nada.

─ ¿Qué estás intentando decir?- La molestia se notaba en su tono.

─ Oh, mi estimado Jason, trabajo con código binario y ya lo sabía, tus lecturas de pulso siempre se aceleran cuando aparece y he podido checar la dilatación de tus pupilas desde hace mucho. En lenguaje humano eso y otras señales se deducen en un hombre enamorado.

─ Cállate….- genial, lo único que le faltaba, descubrir algo de sí mismo que su propia máquina ya sabía… diablos…-¿Has eliminado las deudas de Basil del registro?

─ Tal como lo ordenaste Basil Denakis ha saldado toda la deuda que compraste ¿no se considera extraño cuando pagas las deudas de tu amante a ti mismo?

─ No cuestiones mis métodos y programa mi día libre para dentro de tres días, no dejaré que nadie se interponga en mi camino… lo mío…siempre será mío.

─ ¿Algo más que añadir a la lista?-Jason miró al frente, tenía que usar su carta más fuerte.

─ Si… comienza con los preparativos para mi boda…

─ Jason, cuando le dices a tu máquina que inicie los trámites para tu boda debes conseguirte una vida… y amigos. Solo para el archivo, según las encuestas en la red, abogado y guardaespaldas no cuentan como amigos- Jason rodó los ojos.

*Fin de la primera Parte*
 

domingo, 4 de diciembre de 2016

Por él -Capítulo 13


Capítulo 13


Una semana después de haber llegado a Paris, Basil sentía que se derrumbaría en cualquier momento. Cuando aceptó aquel trabajo jamás se esperó encontrarse con algo como aquello.


─ ¿Qué tal va la campaña?- la voz en su oído le erizó la piel, pero se aguantó las ganas de apartarse, cerrando los ojos.


─ Bien… es fácil trabajar con modelos tan buenos- el hombre rió un poco y sintió cómo le pasaba un brazo por la cintura y esta vez sí se quitó bruscamente sin poder evitarlo, frente a él estaba un hombre de cabello negro y liso que solo resaltaba un par de sensuales ojos morenos, tenía unos treinta y seis años pero su atractivo solo parecía crecer con el tiempo, sólo había un problema en aquella ecuación, a Basil no podía sino revolvérsele el estómago cada vez que lo tenía cerca.



─ ¿Por qué tan distante Basil? ¿No crees que con nuestro pasado esto debería ser nada?- intentó abrazarlo de nuevo, Basil se apartó, Allon sabía perfectamente que ellos jamás habían tenido esa clase de relación. Pero prefería no decírselo en su cara mientras estuviese trabajando para él.


Basil sonrió dándole la espalda de nuevo como si estuviese revisando su cámara- Estoy aquí por trabajo Al, tengo a alguien más en mi vida ahora.


─ ¿Y ese alguien sabe que me vendiste tu cuerpo por tu hijo?- Basil apretó la cámara en sus manos, no pensó que fuese a sacar el tema así como así.


─ Lo sabe- dijo con firmeza, alegrándose de poder contestarle de esa forma.


─ Oh vaya, qué relación tan buena….y dime ¿sabe que estás trabajando para mí ahora?- Basil no contestó enseguida.


─ ¿Se supone que eso es importante? Creo que esta conversación esta fuera de lugar ¿no tienes una importante empresa que seguir dirigiendo? Yo he terminado mi trabajo por hoy- Allon le vio y frunció el ceño, no le agradaba nada que Basil fuese tan renuente a aceptar de una vez por todas pertenecerle, como debía de haber sido desde hacía ya dos años, antes de que el escurridizo rubio se le escapara de su mando nada más terminar el tiempo de su contrato. Se le había ido aquella vez pero ya que lo había encontrado no se le escaparía de nuevo. Lo había visto entrar en aquella fiesta hacía menos de un mes, se había retirado inmediatamente antes de que pudiese verlo, no había sido difícil saber dónde trabajaba y enviarle una propuesta a su empresa… lo verdaderamente difícil estaba ahora que lo tenía cerca y lejos de aquel posesivo amante.


─ Supe que tu nuevo amante es nada menos que Jason Lakis- Basil le vio frunciendo el ceño como preguntando cómo sabía y Allon rió- Sale en todos los periódicos últimamente, incluso por aquí llegaron algunas noticias… - Allon al parecer había comenzado a trabajar en París hacía un año, su empresa se había extendido desde Grecia hasta donde estaba ahora.


─ No es de tu incumbencia- bufó dándole la espalda y Allon pensó que era el momento de presionar un poco más.


─ Oh, yo creo que lo es Basil ¿cuánto crees que te tendrá a su lado un hombre como él? Yo siempre he sido homosexual, te quiero para siempre Basil… a ti y a tu hijo… ¿cuánto crees que estarás en el gusto de un hombre como Jason Lakis? ¿Cuánto crees que soporte antes de encontrarse una bella mujer con la cual casarse y tener sus propios hijos?- Basil pensó que la verdad era algo más desoladora que eso, en cuanto Jason se hartara de él no solo se buscaría alguien más sino que también se quedaría con su hijo. Quién sabe si eso no estuviese pasando ya en aquellos instantes- Veo por tu expresión que eres consciente de ello- Basil no se dio cuenta de cuánto había avanzado el otro sino hasta que lo sintió acariciar su mejilla- Déjalo ahora…no te aferres a sueños de adolescente, Basil… yo puedo ofrecerte mucho más de lo que en sueños obtendrás con ese sujeto- Basil se apartó, aunque quisiese aceptar la oferta, que no era el caso, estaba atado de pies y manos.


─ Dicen que el amor es ciego- dijo simplemente antes de marcharse de ahí sin dejar que Allon volviese a intentar detenerlo.


Llegó al hotel en el que se hospedaba y azotó la puerta llevándose las manos al cabello, no le gustaba la situación, se sentía atrapado y sin salida, Jason ni siquiera había intentado ponerse en contacto con él, pero ¿por qué debería? Seguro estaba divirtiéndose de lo lindo con alguna de sus anteriores amantes, el mismo lo había dicho, sin Andreas no había ninguna razón para no buscar alguien que lo entretuviese. Dio un par de vueltas y después vio el teléfono… ¿y si le llamaba? Eran las diez de la noche, en casa debían de ser las cinco de la mañana del siguiente día más o menos. Ya estaría despierto seguro… ¿o estaría aun en la cama con alguien más? Podría… podría llamarle… para preguntar por Andreas… para cualquier cosa… sólo escuchar su voz posiblemente le haría aclarar la cabeza… caminó al teléfono, ya estaba frente a él y se sentía como un colegial. ¿Llamar? ¿No llamar? se armó de valor marcando antes de arrepentirse, el teléfono dio dos timbres antes de que Jason contestara.


─ Vaya, conque te has atrevido a llamar- Basil se encogió un poco ¿sabía que era él? ¿Esperaba alguna otra llamada? Parecía molesto.


─Soy Basil…- habló como si Jason no lo supiera y escuchó un sonido de desesperación de Jason.


─ ¿Y quién más podría ser? Nadie más se atrevería a hablarme a esta hora a mi número personal- Basil sonrió un poco. Bueno, al menos en algo tenía que ser especial en aquella casa, después de un rato de silencio Jason pareció dejar el tono molesto por uno que casi se confundía con la preocupación.-¿Qué sucede?


─ Yo… ah…- no supo qué decirle, había inventado una excusa justo antes de levantar el teléfono pero ya se le había olvidado.


─ ¿Qué sucede?- Jason parecía impaciente y Basil suspiró.


─ Eh…no, perdón. No debí llamar- iba a colgar pero la voz del otro le detuvo.


─ No te atrevas a colgarme Denakis ¿para qué llamaste?- aquella era una exigencia y cuando Basil no contestó Jason le habló- Llamaré en tres horas- y le colgó.


Basil no supo qué hacer… se le quedó viendo al teléfono durante varios segundos y después sonrió ligeramente, se sentía algo más calmado después de aquella llamada. Vio el reloj, ¿en serio Jason pensaba llamarlo cuando ahí era la una de la mañana? No creía que Jason fuera desconocedor de la diferencia de horarios.


─ Supongo que no le importa…- suspiró con resignación. Al día siguiente no trabajaría sino hasta las cuatro de la tarde. Tal vez podría esperar un poco. No, no tenía por qué esperar tres horas a que al dueño del mundo se le ocurriese llamarle, se iría a dormir y se olvidaría de eso. Si llamaba, con suerte para Jason, el ruido del teléfono lo despertaría.


Así pues, se tiró en la cama, dando vueltas en ella, tardó casi una hora en dormir, daba vueltas sin poder dejar de mirar de reojo el teléfono. ¡Maldita fuese la hora en que se le había ocurrido llamarle!. Cuando por fin se durmió, lo hizo con una estúpida sonrisa, verdaderamente se sentía como un adolescente de nuevo…

Eran casi la una de la mañana cuando un sonido le sacudió… como si lo hubiese estado esperando despertó de inmediato, volteó a ver el teléfono pero éste seguía sin sonar.


Se levantó. Tocaban a la puerta. No quería abrir, el único que podía estar ahí era su jefe y sinceramente si había alguien a quien no quería ver era a él justamente.

Ignoró el sonido. Que pensara que había salido o se había cambiado de hotel, que más daba, pero el sonido persistía, cada vez con más fuerza… finalmente caminó a la puerta, ya eran la una y el maldito teléfono no sonaba, su jefe estaba molestándolo y él sinceramente quería irse a dormir y olvidarse de ambos. Abrió y poco le importaba si lo despedía en esos momentos- ¡No quiero verte! ¡Quiero descansar!- pero en ese momento se dio de lleno con un par de ojos grises que le traspasaron el alma- Ja…Jason…-quedándose paralizado en la puerta.


─ ¿Vengo hasta aquí y así me recibes?- preguntó abriéndose paso, cerrando la puerta tras de sí, Basil había dado un paso atrás para dejarlo entrar, simplemente mirándolo anonadado al tiempo que Jason le rodeaba con uno de sus brazos… su toque era tan diferente al de Allon… tan agradable…

─ Yo…yo… no pensé que fueses tú…- Jason pensó que debería asaltarle por las madrugadas más seguido… estaba increíblemente manso en ese momento.

─ Sonabas extraño al teléfono ¿qué sucedió?- Basil desvió la mirada recordando sus pequeños problemas de golpe.


─ Nada en particular…


─ ¿Y me llamaste por nada en particular?- Basil se encogió un poco.


─ Perdón…- ¿qué más podía decir cuando Jason había viajado casi tres horas porque sonaba raro? Sonrió sin darse cuenta.


─ No parece que lo sientas…- Basil iba a contestar pero justo en ese momento Jason atacó su cuello besándolo lentamente y su sonrisa se ensanchó aún más, rodeándolo por el cuello. Tenía tantas ganas de estar con él… Además de que ahí el sentimiento de incomodidad y excitación de ser grabado desaparecía…


─ No…- murmuró y Jason levantó la vista para verle, el deseo se reflejaba en cada uno de los rasgos de su cachorro. ¿Acaso el negarse ya era una costumbre? Sonrió con cinismo.


─ ¿No qué, cachorro?- esperando que se resistiera. Total, siempre lo hacía y terminaba cediendo.


─ No así…- murmuró cerrando los ojos y besando a Jason en los labios- Bésame así…- soltó en un suspiro, besando y saboreando los labios del moreno como si no pudiese ser de otra forma.


Jason se quedó estático, sin saber qué hacer o cómo reaccionar, hacer que Basil reaccionara era fácil pero inconscientemente siempre había evitado besarlo, sabía que si lo hacía se perdería en aquellos labios, que se embriagaría hasta el éxtasis, y al evitarlo había olvidado por completo las ansias que tenía de poder sentirlos suyos. Lo aferró a él por la cintura y cerró los ojos aumentando la intensidad de aquel beso, sus labios degustaron la boca ajena y su cuerpo se estremeció sin remedio. Lo deseaba… Dios, cómo lo deseaba, quería hacerlo suyo hasta la última molécula, quería bebérselo entero en aquel beso que sabía a gloria.