Capítulo 2
Basil apenas logró
evitar mostrar un rostro de susto ante la idea.
-Ah… Andry… tú sólo
llevas dos meses jugando, tal vez deberías esperar hasta el próximo año-
intentando razonar con su hijo, sintiendo los problemas cerca, pues el chiquillo
se veía realmente decidido a aquello y cuando se le metía algo en la cabeza era
difícil hacerlo desistir.
-Yo creo que no
estaría mal que entrara, Andreas es muy bueno en el juego, creo que podría
obtener un buen lugar- habló Mark y Basil le miró con cierta angustia.
-Sí, pero ese
torneo es este inicio de semana y ese mismo día comienzo en el proyecto nuevo…
Mark, no podré llevarlo…- Jason jamás se presentaba a sus propios torneos,
enviaba a su tío o a algún otro representante, pero aún así no quería
arriesgarse.
-No hay problema,
Basil. Yo y Niki lo podemos llevar, de todos modos queríamos ir, ya no estoy en
ese mundo pero siempre es agradable ir a ver.
-Bueno…- Basil dudó
viendo el rostro resuelto de su niño fijo en él- Supongo… que entonces está
bien- después de todo así Andreas estaría entretenido en algo mientras él
trabajaba, le convenía a él, de cualquier forma- Gracias Mark…
Y así fue, el lunes
siguiente, a las nueve de la mañana, los tres estaban en el estadio Lakis.
-Bien, ya te hemos
inscrito Andreas, ahora te vamos a dejar aquí con los demás participantes y
estaremos desde las gradas apoyándote ¿está bien?- era Niki el que le hablaba
al niño pequeño que miraba todo aquel lugar sin que su rostro demostrara
demasiado, pero para los que lo conocían podían ver que estaba emocionado, sus
ojitos grises brillaban con ansiedad y se paseaban por todo el lugar, para
alguien como él observar y atrapar la realidad en su mente era en sí una
experiencia deliciosa.
-Tranquilo tío
Niki, estaré bien, no estoy nervioso- y no mentía, no estaba nervioso, pero si
excitado, Mark se le acercó agachándose frente a él.
-Lo harás muy bien,
eres bueno, Andreas. Ahora te dejamos, te vendremos a recoger aquí en cuanto el
torneo acabe ¿ok? Así que espéranos- el niño asintió y los dos mayores se
marcharon a las gradas mientras un hombre de cabellos negros inauguraba el
evento en nombre de su sobrino.
Al mismo tiempo en
uno de los foros de la empresa de Basil, éste supervisaba que el equipo
estuviese todo en su sitio para las fotos preliminares que tomaría ese día.
- Bueno Mimi, hoy
iniciamos el trabajo, te han dado la lista de los afortunados que serán
captados por mi cámara ¿verdad?- acercándose a su asistente y ella solo sonrió
con una expresión de “si, lo que tú digas”, asintiendo.
-Sí, ya me han dado
la lista- sonriendo ante la forma de expresarse del otro- creo que este será un
trabajo muy agradable para mis pupilas- repasando la lista una vez más.
-Bien ¿y quién es
el primero?- Basil entrelazó los dedos de sus manos para desentumirlos.
-Los primeros, más
bien. El calendario grupal será el primero que se hará porque los modelos
tienen vidas ocupadas y agobiantes, supongo que te imaginas la cantaleta, y ya
que muchos de ellos no posarán para calendarios individuales tenemos que
dejarlos libres lo antes posible.
-Más de un modelo
¿eh?- viendo la larga lista sin apreciar ningún nombre en realidad-Éste será un
largo día- suspirando de nuevo- Hoy haremos las fotos para enero, febrero y
marzo ¿verdad? ¿Quiénes posaran?- esos ya estaban pensados por el fotógrafo
anterior.
- De hecho ellos
están por allá- mostrándole a los modelos que eran atendidos de la mejor manera
posible mientras el estilista les arreglaba, Mimi le estaba diciendo los
nombres de cada uno de los empresarios, actores y deportistas que estaban ahí,
pero su mirada y su atención se había quedado estancada en una melena castaña y
en unos molestos ojos grises que no parecían nada contentos de estar ahí.
-Lakis…- murmuró
casi sin darse cuenta.
-Sip, ese último es
Jason Lakis, si me lo preguntas, tan pronto salga compraré su calendario
exclusivo- Basil se asustó al escuchar aquello, que por favor no le dijeran que
encima de tener que soportarlo en la sesión de ese día tendría que soportarlo
después en solitario… no, que no le dijeran eso. Que por favor alguien le
dijera que no era Jason Lakis el que se había apartado de los estilistas
caminando hacia donde él se encontraba.
-Dios… me encanta
cómo camina- le habló Mimi al oído sin que él pudiese apartar la vista de la
elegante figura que no había podido contemplar desde hacía ya casi cinco años y
sea dicho de paso se había puesto más atractivo de lo que ya era, sus facciones
y su cuerpo ya no eran los de un adolescente, no, estaba mucho mejor de lo que
pensó que podría estar─ Basil, dime que le tomarás fotos sin camisa…- Basil
volvió a la realidad con el nuevo susurro de Mimi en su oreja y estaba por
contestarle cuando una voz mucho más cautivadora inundó sus oídos.
-Vaya, vaya… parece que los perros viejos si pueden
aprender nuevos trucos, ¿qué piensa esta compañía para enviar a un animal como
tú a hacer el trabajo de humanos?- viendo con superioridad de arriba a abajo la
delgada figura de Basil, vestido con jeans de mezclilla y una playera blanca,
no muy diferente a como se vestía en la preparatoria, solo algo había que
admitirle, aquel cuerpo ya no era el del muchachito de entonces….
-También estoy
extasiado de verte, Lakis- le contestó Basil entre dientes controlándose a sí
mismo para hacer su trabajo lo mejor posible, sin golpear a aquel bastardo en
el proceso. Suspiró interiormente tomando valor y habló relajando su rostro
contraído por la molestia- Seré su fotógrafo hoy, espero que trabajemos bien
juntos, señor Lakis- Y el susodicho le vio con el rostro en alto, dedicando
apenas una mirada discreta a la acompañante del rubio.
- ¿Serás tú el
fotógrafo principal?- Basil asintió y el rostro de Lakis se modificó en una
mueca burlona- No creo que un callejero como tú sea capaz siquiera de sostener
una cámara entre sus patas- se rió sin discreción alguna y Basil contó hasta
diez sin resultado.
-Puedo hacer mi
trabajo perfectamente y mucho mejor que cualquiera Lakis, así que te
agradecería que cerraras tu petulante boca y me dejases trabajar en paz-
saliendo un poco de sus casillas, podía no ser más un chaval pero Lakis seguía
teniendo el mismo efecto en él que en antaño.
-Ah- Lakis parecía
disfrutar de haberle hecho enfadar- te sientes muy seguro de ti mismo ¿eh? Ya veremos qué clase de trabajo puedes hacer-
le retó con una sonrisa y regresó con los estilistas para que terminaran de
arreglarle.
Basil suspiró y sólo
después de unos momentos se percató de la mirada de Mimi sobre él.
- ¿Conoces a Jason
Lakis?- Basil enredó sus dedos en los cabellos de su nuca intentando relajarse.
-Algo así, fuimos
compañeros en la escuela y como podrás ver jamás nos llevamos bien- se
tranquilizó y dando una mirada furtiva a sus modelos, les dio la espalda. El
fotógrafo anterior ya había decidido qué escenarios se usarían para aquellas
fotos, así que solo le tocaba terminar el trabajo, aun así le tomaría más
tiempo del que quería dar- Este será un largo…largo día…
Y en verdad que lo
fue, algunos modelos no congeniaban con otros, había demasiados Alfa en la
misma habitación. Basil intentaba hacer su trabajo lo mejor posible, era bueno,
pero era especialmente agotador hacerlo bajo cierta penetrante mirada gris. Ese
bastardo hacía que todo se borrase de su cabeza, incluso su pequeño hijo, quien
no estaba mejor que él.
Aunque la molestia
de Andreas era un poco diferente, estaba tan acostumbrado a jugar con Mark que
aquello era muy frustrante, ninguno de los jugadores con los que se había
enfrentado era bueno, todos eran unos tontos que no podían usar su avatar como
debían…
-Lo has hecho muy
bien Andreas- le felicitó Niki al llegar con él, al principio los otros niños
se habían burlado y confiado al ver que tenían que jugar contra un pequeño de
cuatro años, pero conforme pasaban las partidas Andreas había sorprendido a más
de uno.
-Esto es aburrido-
se quejó pateando el suelo y Mark sonrió un poco, de alguna manera sabía que
algo así sucedería.
-Si ganas contra
los niños posiblemente te escuchen si dices que quieres jugar contra los
mayores, hay mejores jugadores ahí- Andreas levantó la mirada, sus ojitos de
repente parecían emocionados de nuevo.
- ¿En serio? ¿Crees
que sea posible?- Mark se encogió de
hombros.
-Por supuesto ¿por
qué no?- le sonrió y con aquella idea Andreas sonrió un poquito, volviendo a
clavar la mirada en el área de juegos donde pronto tendría que estar de nuevo.
El día pasó y Basil
había ido a recoger a su hijo a casa de sus amigos, le informaron de cómo
habían estado las cosas y pensó que al menos algo bueno había resultado de
aquel día aunque se marchó enseguida a casa… estaba realmente agotado.
Nada más llegar se
tumbó en el sofá y Andreas dejó su mochila en la entrada caminando a la cocina,
sirvió agua fría del bebedero en una taza y después puso dentro una bolsita de
té instantáneo y se lo llevó a su papi, a él le gustaba beber té para relajarse
cuando llegaba muy cansado del trabajo, aunque había tenido que acostumbrarse a
beberlo frío desde que Andreas se lo llevaba, sería fácil comprar un bebedero
electrónico pero le daba pánico pensar en Andreas quemándose con el agua
caliente. Dudaba que el seguro para niños fuese un impedimento para el pequeño
rubio.
-Gracias peque- le
habló a su niño sentándose en el sillón como Dios manda, bebiendo un poco-
Ahora sí, cuéntame bien ¿cómo estuvo el torneo?- Andreas sonrió como solo lo
hacía con su papá.
-Ninguno sabía
jugar, pero fue genial, nunca había jugado con esos cascos- sonrió haciendo
señas sobre su cabecita- Podía ver a los mostros pelear y rugían y todo, una
vez casi me caigo cuando uno de mis soldados explotó- Basil sonrió al pensar en
lo nuevo que debía ser todo aquello para el niño- Me gustaría que me regalaran
uno de esas maquinotas si gano- sonrió y Basil le vio.
-Es cierto ¿cuál es
el premio si ganas?- Andreas se quedó pensando, no se acordaba y era porque no
lo había visto.
-Eh… creo que no me
fije… yo solo quería jugar…- se levantó y fue corriendo hasta su mochila
regresando con la papeleta que le habían dado al inscribirse- Dice… que me
darán 5 mil dolades… y un juego de ah… visión virrrrtual, yo quiero que me
dejen jugar en las maquinotas ¿Qué es eso que me darán si gano? – pregunto viendo
a su papi que tomó la papeleta de sus manos.
-Ah…bueno hijo,
creo que esto es mejor de lo que querías… 5 mil dólares- fingió hacer cuentas –
eso debe alcanzarte como para…un año de flan napolitano- el niño abrió los
ojitos grandes, Basil no había hecho cuentas para nada, solo había dado el
primer ejemplo que se le había venido a la cabeza.
- ¿En serio?- Basil
sonrió y asintió.
- Sip…pero no
dejaré que lo gastes en eso si lo ganas…- viendo la carita de desilusión del
niño- tal vez solo medio año… con lo demás te comprarás algo que te dure un
poco más ¿ok?
- ¿Algo cómo qué?-
haciendo caritas de desagrado.
-Bueno si lo ganas
será tu dinero así que, no sé, algo como, ropa o…- se le quedó viendo al niño-
tu querías aprender a usar el ordenador de papá ¿verdad?- el niño asintió sin
entender.
-Bueno, papi puede
seguir comprándote flan los fines de semana y Mimi de vez en cuando a mis
espaldas- el niño se sonrojó y se rió traviesamente al notar que su papá sabía
lo de Mimi- y bueno, con esto podrías comprarte un ordenador para ti -
sonriendo y el niño saltó del sillón al piso.
-¡¡Mañana voy a
ganar!! – Sonriendo de oreja a oreja volteando a ver a su padre- los torneos
son geniales papá, además dice Mark que si gano tal vez me dejen jugar contra
los grandes- Basil sonrió divertido, ya ni recordaba lo cansado que estaba.
-Tal vez lo hagan
Andreas, tal vez lo hagan- aunque el niño vio la papeleta que aún tenía su
papá.
-Papi…y que son
los... ¿las cosas de visión virrtual? -Basil sonrió y se levanto del sillón,
tomó su ordenador portátil regresando a sentarse y lo encendió indicándole a
Andreas que se sentara a su lado.
-Creo que esa parte
te va a gustar más- buscando en Internet alguna simulación hasta que la
encontró mostrándosela a su pequeño que se quedó impresionado.
- ¡Wao! ¡¡Eso es
como tener una de esas maquinotas portátiles!! – Basil rió, le encantaba ver a
su hijo tan feliz, que Andreas entrara a aquel torneo había sido una buena idea
después de todo.
-Mmm, sí, se podría
decir que si, ahora, dime, ¿quién va a ganar el torneo mañana?
-¡Yo!- Basil tomó a
su hijo en brazos alzándolo por encima de su cabeza.
-¡Ése es mi niño!-
dando vueltas por la casa.
Hola , gracias por el segundo capitulo me gusta la historia ...que tengas un buen inicio de semana..
ResponderEliminarMuchas Gracias! Esperamos los sigas disfrutando mientras avanzan :3
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