lunes, 26 de septiembre de 2016

Por él - Capítulo 9


Capítulo 9
─No… no estás asustándome Jason- habló en un arranque de valor o de estupidez, no supo qué fue exactamente, o al menos no lo supo hasta que el puño del castaño se estrelló en la pared justo a un lado de su rostro, no recordaba haber visto a Jason tan molesto, quizá solo cuando le había dicho que Andreas era su hijo.

─Computadora- habló Jason y Basil no supo a qué carajo se refería hasta que escuchó la voz salir desde el ordenador de Jason.


─Vaya, hacía tiempo que no me usabas, ¿qué es lo que quieres esta vez, Jason?

─Déjate de tonterías, sella el estudio por completo, que nadie nos moleste.

─A la orden, su majestad.

─Activa todos los sensores de vigilancia para la habitación.

─Sus deseos son órdenes ¿algo más?- la voz sonaba algo irónica, pero Basil apenas le prestó atención, le tenían paralizado, más que cualquier otra cosa,  los ojos grises de Jason, clavados fijamente en él.

─Es todo por ahora…- Jason se separó de Basil dejándolo libre, con una sonrisa molesta y soberbia en los labios- Mi sistema es bastante eficaz ¿te gusta? Intenta salir o gritar, nada funcionará.

─Estás loco, Jason- habló sin saber qué se proponía el moreno exactamente.

─Posiblemente. Ahora… quítate la ropa- ordenó sentándose en su escritorio, Basil se quedó paralizado unos segundos antes de reír.

─ ¿Y qué te hace creer que voy a obedecerte, ricachón engreído?- preguntó con confianza.

─Porque si lo haces pagaré todas tus deudas. Sé que Andreas estuvo muy enfermo cuando tenía 2 años… pediste prestado por todos lados ¿verdad? No te iba muy bien en el trabajo, Mark y Niki incluso fueron avales para ti… obedéceme Basil y saldaré tus deudas.

─Puedo pagar mis propias deudas Jason, por si no lo has notado me va bastante bien en el trabajo ahora- intentando enfrentársele pero Jason no cambió su expresión.

─Jm ─bufó─ Compré todas tus deudas, Basil. No me importa si puedes pagarlas… me encargaré de que no lo hagas, pero descuida, no perderás nada, para eso están los amigos- Basil frunció el ceño.

─Pedí todo eso por Andreas...- y Jason rió con ganas.

─ ¿Y ahora vienes a echarme en cara que no te ayudara? ¿Cuánto tenías pensado esconderme a mi propio hijo? ¿Por siempre?- mirándolo aún más molesto y Basil se quedó callado, apretó los puños y finalmente dirigió su mirada melada al moreno.

─¿Por qué me haces esto?

─Porque me perteneces, porque puedo y porque tengo el derecho… porque aprenderás quién es el amo, por las buenas o por las malas- la mirada de Jason estaba encendida y Basil sintió que se le aceleraba el corazón, desvió el rostro y comenzó a sacarse la ropa lentamente, como esperando que Jason tuviese piedad de él y lo detuviera- Detente ahí- Basil se mordió el labio viéndolo, tal vez Dios estaba de buenas con él- Acércate… quiero verte bien mientras terminas- O tal vez no. Hizo caso y aun mordiéndose los labios obedeció- ¿Acaso quieres seducirme con semejante expresión?- Basil le miró y se sonrojó terminando de desvestirse sin atreverse a dirigirle la mirada de nuevo- Acércate más- Basil lo hizo y Jason le rodeó con un brazo, ahora sólo estaba apoyado en su escritorio.

─ ¿Has estado con alguien recientemente?- Basil no dudó en contestar.

─No-  Jason sonrió.

─Entonces va a dolerte… -lo sujetó y lo subió al escritorio abriéndose los pantalones, Basil tomó aire al verle.

─Jason, ten piedad…- susurró pensando en Jason entrando en él sin consideración alguna, aunque solo la imagen de él moviéndose dentro de él le erizó el cuerpo.

─ ¿Te estas asustando, cachorro? ponte de frente al escritorio- Basil no obedeció al instante, sino hasta ver la mirada amenazante de Jason- Ahora pon las manos en el escritorio y abre las piernas – Basil tembló de imaginar el doloroso castigo que estaba por venir y obedeció cerrando los ojos con fuerza. Estaba mentalizándose para recibir la dolorosa penetración cuando una caricia en uno de sus glúteos lo sobresaltó- Qué… ¡ah!- medio gimió cuando Jason mordisqueó una de sus nalgas. Al instante un calor inundó su cuerpo y un cosquilleo recorrió su espalda─ Jason… tu... ─gimió casi inmediatamente al sentir el dedo de Jason acariciando su entrada, ya dentro era cálido, tomó aire sintiendo que se ahogaba y las caricias en su espalda lanzaron escalofríos por todo su cuerpo causando un hormigueo en su vientre. Jason dejaba ligeros besos en su espalda desnuda… -¿Te gusta?- y Basil negó logrando que Jason acariciara su interior sacándole un gemido desde lo más profundo de la garganta.

Jason acarició su interior mientras seguía con los besos, haciéndole suspirar y relajarse, entrecerrando los ojos comenzando a mover suavemente las caderas buscando más, suspiró y el dedo dentro de él comenzó a ir más rápido haciendo que le faltara el aire.

─ ¡Ah! Jason ¡no tan rápido!- suspiró emotivamente sintiendo que se ponía completamente duro, tuvo que recostarse en el escritorio temiendo que sus piernas no lo soportaran.

─ ¿Más lento? Entonces agreguemos otro…- y así lo hizo, Basil sintió como metía un dedo más y se abría paso dentro de él, acariciando un pequeño montículo en su interior que le sacó largos jadeos de placer, no supo el momento exacto en que Jason metió un dedo más, abriéndolo y haciendo arder su cuerpo entero, se sentía en la gloria, Jason movía aquellos dedos, explorando y tocando puntos que le hacían dejar de respirar, había pequeñas lágrimas de placer en sus ojos, quería más… necesitaba más. Intentó acariciarse a sí mismo pero la voz demandante de Jason le detuvo al instante.

─ ¡Dije que mantuvieras las manos en la madera!- Basil gimió con fuerza y frustración manteniendo las manos donde debía.

─Me duele… necesito…- gimió y buscó consuelo en la madera, intentando encontrar algo de alivio a su miembro, Jason se pegó a él por detrás y comenzó a acariciarlo haciendo que Basil se incorporara buscando descansar su nuca en su hombro, buscando el calor de su amante- Jason… Jason…- gimió, a su manera pidiéndole más. Jason sonrió y besó su cuello, haciendo que Basil se sintiera en el cielo…

- Voy a entrar- le susurró al oído justo antes de arremeter dentro de él con fuerza, haciendo que Basil buscara apoyo en la mesa sin remedio.

─¡Ah!- sus ojos se abrieron grandemente y su cuerpo no tardó en comenzar a balancearse en un delicioso vaivén, ya estaba por completo recostado sobre el escritorio mientras Lakis se movía,  entrando y saliendo con una pasión que seguramente pocos esperarían del CEO de Lakis Corp. Lo cierto es que sentía que lo partiría en dos en cualquier momento, que se desmoronaría y volvería a renacer en aquellos brazos… sentía el éxtasis llegar, y cuando lo hizo, fue con tal fuerza que su conciencia se perdió, dejándolo exhausto y con un Jason en condiciones similares recostado sobre su espalda, podía sentir su aliento tibio en su cuello, su cuerpo aún ardiente contra su espalda y el semen caliente entre sus piernas… y le gustó sentirlo…

─ Jason – susurró notando que tenía la voz ronca…

─Shh- Jason lo silenció y se incorporó acomodándose la ropa rápidamente antes de levantarlo y llevarlo al enorme sillón poniéndolo a horcajadas sobre él, en una extraña forma de acunarlo contra su cuerpo.

─ ¿Cuántos?- Basil le miró adormitado sin entender y Jason metió un dedo en su entrada acariciándolo, haciendo que a Basil le temblaran las piernas- ¿Cuántos han estado aquí? No te atrevas a mentirme, lo sabré- Basil se había apoyado en el pecho de Jason. Aquel dedo estaba acariciándolo lentamente, no quería contestar, aquello comenzaba a sentirse bien… no quería responder, sabía que al hacerlo eso definitivamente se volvería la peor de sus torturas- Contéstame- exigió con voz dura  y Basil escondió su rostro en su pecho.

─Uno- contestó sintiendo una extraña sensación, entre miedo y deseo. El dedo dentro de él paró.

─ ¿Quién?- la voz de Jason sonaba irritada y Basil sonrió con amargura separándose,  aguantando un suspiro al dejar de sentir su tacto.


─ ¿Eso importa? ─ preguntó levantándose y poniendo distancia entre ellos.

─Quiero saber a quién le abriste las piernas Denakis, lo que tiene que ver contigo tiene que ver con mi hijo- vaya excusa más patética.

─Puedes estar tranquilo- Basil le dio la espalda para hablar, se sentía más expuesto que nunca y su desnudez no ayudaba- Andreas apenas y lo conoció, era mi jefe, cuando Andreas enfermó hubieron algunos problemas, me lo querían quitar, él me ayudó mucho.

─ ¿Y por eso te acostaste con él? ─ Basil bajó la cabeza, no contestó, prefería no dar especificaciones, prefería no decir que había dado su cuerpo a cambio de ayuda. Diablos… había estado realmente desesperado, aún recordaba el dolor y el asco que había sentido… pero aquel silencio, era obviamente un sí. En aquel tiempo no le había importado, después de todo nunca había sentido nada por aquel sujeto, solo había sido un simple y desagradable mal recuerdo. No lamentaba su decisión, gracias a eso tenía a su niño aún a su lado, pero en ese instante le pesaba más que nunca.

─ ¿No vas a decirlo?- Basil habló después de unos segundos de silencio- ¿que soy la puta que esperabas?

─ ¿Lo eres?- Jason se acercó hasta él jalándolo por el brazo- porque entonces vete sabiendo que ahora eres exclusivamente para mi uso personal…- Jason le delineó los labios con uno de sus dedos- No aceptaré menos que tu entrega absoluta Denakis…- Basil le vio y sonrió bajando la cabeza, se sentía extrañamente aliviado ante aquella reacción, probablemente era lo más considerado que se podía esperar de Jason.

Asintió y le empujó suavemente contra el sillón, separándolo de él antes de comenzar a recoger parte de su ropa y comenzar a vestirse -Ven aquí y dímelo- Basil volteó a verlo sin entender- Dime quién es tu amo…- Basil lo observó, contemplándolo y pensando en lo que le pedía, pareció pensarlo y después sonreír pasito caminando hacia él, sentándose a de nuevo sobre sus piernas.

─Eres tú, Jason… eres tú- susurró contra sus labios- Mi único amo…- Su tono cambió a uno más suave, más seductor- Y tu… ¿a quién perteneces?- Jason frunció el ceño y Basil le acarició el pecho sugestivamente… aquellos ojos estaban prometiendo cosas prohibidas…

─No pertenezco a nadie, Denakis- gruñó sin embargo y  Basil le vio molesto.

─Oh ¿en serio?- y se levantó con intención de marcharse, pero Jason le detuvo sosteniéndolo por la muñeca.

─Solo a mi hijo… y su padre- murmuró entre dientes y Basil sonrió comenzando a besarle el pecho.

Jason le miraba y Basil tenía sus ojos en los ajenos al ir bajando,  besó su vientre y  se abrió paso entre los pantalones abiertos, su boca buscó su miembro y Jason se lamió los labios ante la anticipación. Basil cerró los ojos y comenzó a chupar, como lo haría con un helado, succionando en la punta y Jason entrecerró los ojos, intentando seguir viéndolo, pero Basil finalmente metió casi la mitad del miembro en su boca, ayudándose con sus manos para acariciar y Jason tuvo que echar la cabeza atrás cerrando los ojos. Nunca pensó tener a Basil de aquella forma,  o mejor dicho, nunca pensó que el rubio estuviese dispuesto a ponerse en aquella posición, tampoco imagino que pudiese ser tan… tan increíble - gm…- apenas dejó salir un gemido ahogado en su garganta.

Basil lo escuchó y su boca buscó provocar más. Sus labios acariciaron, lamieron y succionaron, su garganta buscaba sentirlo más profundo, en su vida pensó sentir placer al hacer algo como aquello. Pero lo sintió, la carne invadiendo su boca, empujándose dentro de ella le calentó.
 Jason terminó derramándose en sus labios, intentó beberlo y el sabor no fue agradable, pero lo fue la satisfacción de ver a un Jason cansado y jadeante en el sillón, con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, lamió hasta dejarlo limpio y después su vientre antes de levantarse, el encanto se terminaría rápido, mejor marcharse ahora con aquella agradable sensación en él. Esperaba que las puertas se abrieran esta vez.


─Espera… - Jason señaló el lugar a su lado indicándole que se sentara- Quédate un poco más- Basil no supo qué hacer y simplemente obedeció sentándose a su lado, Jason lo jaló y lo puso contra su pecho descansando su rostro en su hombro sin decir nada, Basil se quedó estático sin saber qué hacer o decir, sus manos dudaron antes de abrazar aquel cuerpo delgado, ya frío. Cerró los ojos y no supo en qué momento se quedó dormido en un profundo, reconfortante y agradable sueño.

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