Capítulo 16
— Hijo de perra…—
murmuró entre dientes y se levantó regresando con el otro, quien se había
levantado y le tomó desprevenido por la camisa golpeándolo fuertemente, el
sujeto cayó, desorientado por el golpe y
Jason volvió a levantarlo golpeándolo hasta cansarse, su puño tenía manchas de
la sangre ajena pero poco le importaba tenerlas en su fino traje en aquellos
momentos— ¿Qué le diste?— preguntó entre dientes viendo el rostro amoratado y
casi desfigurado a escasos centímetros de su vista, el otro rió.
— Nada que él no
quisiera, quería experimentar con drogas y sólo le complací ¿no te llamó acaso
para cancelar su cita contigo? Es porque le dije que tenía el día libre para él—
Jason hubiese creído eso de no ser por la voz trémula de Basil que le había
llamado hacía apenas unas horas para insinuar que fuera donde él, Basil no era
tan idiota—Basil y yo nos conocemos desde hace tiempo, desde antes de que le
conocieras— y Jason se preguntó si aquel sujeto sabía que Basil había sido su
objetivo desde hacía ya diez años, cuando ellos apenas tenían quince, el sujeto
se limpió la sangre de la boca –Sólo volvió a mí, de donde nunca debió
marcharse— Jason rió. Todas esas mentiras, tal vez las hubiese creído hace un
par de meses, pero no en ese momento.
— ¿Y piensas que creeré
eso?
— Parece que tienes
mucha confianza en tu amante— aquel sujeto se veía bastante confiado, era buen
actor.
—Basil no es mi amante—
sonrió— es mi perro, mi esclavo.
— Su deuda contigo fue
cancelada no hay más que lo ate a ti— Jason se preguntó qué tanto más sabría
aquel sujeto, al parecer no más de lo que se averiguaba checando estados de
cuenta y observando a Basil como un maldito acosador.
— ¿Deuda? – sonrió— No
es una deuda lo que lo ata a mí – lo jaló y lo lanzó dentro de la habitación,
le amarró con un par de corbatas del rubio y lo dejo tirado en el suelo—
¿quieres ver que tan atado está a mí?— trajo agua del baño y despertó a Basil a
base de un buen balde de agua fría, estaba alterado y su vena posesiva era la
que reinaba en ese momento— Despierta Denakis…— Basil entreabrió los ojos, se
sentía tan caliente, su mente estaba nublada y no sabía dónde estaba.
— Ja…Jason..— murmuró,
¿qué hacia ahí Jason? Parecía tan molesto… no podía ver bien, apenas y
alcanzaba a ver el rostro de Jason.
— Sí…— susurró al verle
tan confundido— Estoy aquí— acariciando su vientre y Basil pensó que jamás se
había sentido tan necesitado— ¿Esperabas a alguien más? ¿Recuerdas a quien
perteneces?— Basil jadeaba, ¿por qué Jason hablaba tanto? Que lo tomara… estaba
tan ansioso.
— Soy tuyo Jason…solo
te pertenezco a ti…ah…Jason… — Jason sonrió.
— Dilo— acariciándole
el rostro— dilo otra vez… o sabes lo que puedo hacer— Allon se preguntó a qué
se refería cuando Basil se medio levantó con el rostro atormentado, estaba
excitado pero también fruncía un poco el ceño.
— No tienes que
amenazarme… yo… yo te obedeceré – pensando en su niño, en su precioso hijo,
había olvidado en las condiciones en las que había entrado por primera vez a la
cama de Jason, se hincó en la cama sujetándose de la camisa del otro, la cabeza
le daba vueltas—Siempre… siempre... besaré tus pies… si me lo pides…— susurró
cada vez más bajo antes de caer inconsciente de nuevo, Jason le vio y se dio
cuenta que se había sobrepasado… Basil… ¿cuánto más podría atormentarlo antes
de ser odiado?
— Él es mío— murmuró
Jason levantándose, viendo al sujeto en el suelo, pateándolo con fuerza— Te
metiste dónde y con la pertenencia de
quien no debías— volviendo a golpearle en el rostro, dejándole inconsciente de
una patada, iba a arruinar a aquel sujeto. Sacó el teléfono que increíblemente
aún estaba en su bolsillo y llamó a un número conocido- Kendal, necesito un
trabajo de limpieza… no, estoy fuera, consigue algo en París…te enviaré la
dirección.
Media hora más tarde
tocaron a su puerta y se llevaron al sujeto, mientras tanto se quitó el saco, y
se metió con Basil bajo la ducha, le mojó y besó su rostro suavemente, Basil
despertaba de vez en cuando, confundido y sin saber dónde estaba, pero al verle
sonreía sin decir nada, volviendo a caer dormido. Le masturbó un par de veces y
le vio venirse entre sus brazos, aquel fue el peor suplicio que Jason podía
soportar, verle correrse, desearle y no poder tenerlo, no en aquel estado, por
mucho que él tuviese todo el derecho de hacerlo. Después de casi una hora bajo
el agua salieron. Jason le secó bien, no quería que se enfermara, tampoco creía
que hubiese problema, había mantenido el agua a buena temperatura, le cambió las ropas, cambiándose él también.
Habían dejado la habitación completamente arreglada y dejó a Basil sobre la cama,
lo observó toda la noche porque Basil no despertó sino hasta el día siguiente,
encontrándose con el rostro tranquilo y durmiente de Jason.
—Ja…Jason— murmuró para
sí, le dolía un poco la cabeza al principio pero pronto pasó… ¿qué había
pasado? No recordaba nada después de haber visto a Allon en su puerta… ¿acaso
lo había soñado? ¿Qué hacía Jason ahí? No entendía nada…
— Despertaste— aquella
fue la voz adormilada del moreno y Basil le miró haciéndole un millón de
preguntas en aquellos ojos.
— No recuerdas nada
¿verdad? – Basil negó, no entendía qué pasaba ahí, pero Jason se veía
increíblemente sexy desaliñado y recién levantado… con un demonio, no debía
estar pensando tonterías en ese momento— Ayer vine nada más me colgaste, por
cierto, tendrás que compensarme por eso— Basil recordaba y giró el rostro
evadiendo su mirada.
— No sé por qué
viniste, pensé que podías conseguir sexo sin tener que venir hasta aquí— sonaba
herido, molesto y Jason se levantó besándole el hombro, Basil le miró sonrojado
sin entender el porqué de ese gesto, pero sin quitar su rostro de enojo.
— ¿Por eso dejaste que entrara
ese sujeto?— el rostro de Basil mostró confusión—tu jefe…te drogó, cuando
llegué estaba a punto de violarte…— no quiso darle más detalles, con lo que
había dicho Basil ya había palidecido, ¿para qué decirle más?
— ¿Tú… tú le
detuviste?— preguntó como con miedo y Jason se le quedó viendo algo molesto.
— Por supuesto que sí,
nadie toca lo que es mío, Denakis… creí haberte advertido que tuvieses presente
a quién pertenecías ¿qué hacías dejando entrar a aquel sujeto?— Basil se
sonrojó, quería reprocharle tantas cosas y mandarlo al diablo, pero el pensar
que Jason le había rescatado, que a pesar de todo había ido a verle… le dejó
sin palabras.
— Do…— una duda le vino
a la mente— ¿dónde está?— Jason se sentó tranquilamente en la cama.
— Le envié al hospital—
Basil parpadeó un par de veces.
— ¿Lo…lo…que?— Jason le
miró con el ceño fruncido.
— Al hospital, ya te
dije, nadie toca lo que es mío— Basil sonrió un poco, la verdad no le importaba
que Allon estuviese en el hospital…
—Y… ¿si levanta
cargos?— Jason estaba acomodándose la ropa.
— Le refundiré en la
cárcel – Basil suspiró.
— Lo lamento— Jason le
vio sin entender— Cualquiera de las dos opciones significarán un escándalo para
ti… — la droga todavía debía estar haciendo efecto, se sentía tan sumiso que le
daba vueltas el estómago. Jason por su lado se sentó en la cama.
— ¿Escándalo? Realmente
no me importa lo que pueda decir la estúpida prensa, pero si realmente lo
sientes tendrás que hacer algo para remediarlo— Basil no entendió— sofocar un
escándalo por otro— sacó algo de su abrigo colgado en el respaldo de la cama,
una pequeña cajita negra. La abrió, había un precioso anillo de platino y
diamantes— Una boda siempre puede sofocar el escándalo—Basil miró el anillo y
por unos segundos pensó que lloraría de emoción pero cerró los ojos aclarando
su mente, aquello no era más que una parte de la farsa.
— Como si pudiese
negarme— murmuró extendiendo la mano al anillo pero Jason lo retiró.
— Si prefieres seguir
siendo mi amante, adelante, puedes escoger, eso o ser mi esposo, si me
aborreces tanto como dices, no voy a obligarte a casarte conmigo— guardando el
anillo en su saco, sabía que lo viese por donde lo viese seguramente Basil se
sentiría más seguro casado con él, eso significaba algo de estabilidad, en
cambio, como su amante siempre tendría miedo de ser echado de su vida, más
claramente de la vida de su hijo, Basil sabía eso, y esperaba que rogara por
ese anillo, Basil no lo amaba, pero le regocijaba pensar en cuánto lo
necesitaba, porque así era, Basil no lo amaba, pero lo necesitaba, más que al
mismo aire.
— Yo…
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