Capítulo 3
Al día siguiente cuando Nabil despertó tenía un cansancio agradable en todo el cuerpo y el aún más agradable calor de un par de brazos masculinos abrazándolo por la cintura pegado a su espalda.
En verdad... ¿cuánto? ¿cuánto sería suficiente para tentar a aquel increíble hombre? Theo lo había hecho delirar y tocar el cielo vez tras vez la noche anterior, ni siquiera sabía que podía levantarla más en una sola ocasión y qué decir de todo... ¡todo lo que había hecho! se había sentido casi un virgen. Antes no había pasado de la posición de misionero y en su mayoría de perrito, probablemente porque los chicos con los que estaba no querían verle la cara mientras lo jodían y para él había estado bien... eso parecía tan aburrido ahora mismo.
-Gmmm- escuchó el gemido proveniente de su compañero de cama, parecía que comenzaba a despertar. Esperó pacientemente a que se estirara –Buenos días- se enterneció cuando Theo le beso el hombro antes de levantarse- ¿Te molesta si uso tu baño?- preguntó caminando sin vergüenza completamente desnudo por la habitación, la luz del sol entraba por la ventana dejándolo ver cada detalle de la perfecta desnudez que poseía, no podía creer que había sido su amante la noche anterior.
-Adelante- respondió enseguida y Theo entró al baño, después de unos segundos escuchó el agua de la ducha varios minutos después lo vio salir solo con una toalla en la cintura y caminar a su saco olvidado en el sillón de la habitación y sacar un cepillo de dientes nuevo.
-¿Por... por qué llevas todo eso contigo?- la noche anterior también había tenido suficientes condones, incluso de sabores. ¿Qué clase de hombre llevaba todo eso encima?- Theo se rió y le mostró el cepillo.
-Ayer cuando veníamos me detuve en una farmacia ¿recuerdas?- así que había ido a una farmacia- Compré todo lo que creí necesario, aunque parece que comprar lubricante fue un desperdicio- le guiñó el ojo y Nabil se sonrojó cubriéndose lentamente hasta la cabeza con la sábana. Había estado tan excitado que no había hecho falta el lubricante. Escuchó la refrescante risa de Theo mientras se metía de nuevo al baño y él se quedo en la cama sin saber qué hacer. Cuando el rubio salió de nuevo y comenzó a vestirse Nabil no podía dejar de verlo, era tan increíblemente perfecto- ¿Qué sucede? ¿Te has enamorado de mi?- le preguntó al notar que lo miraba con insistencia y Nabil negó de inmediato aún más rojo, lo menos que quería era asustar a semejante hombre- Auch, eso ha dolido- bromeó y cuando estuvo listo vio hacia su muñeca pero enseguida buscó su celular en su bolsillo y revisó algo, probablemente la hora. Caminó hacia él y le besó la mejilla-Se me hace tarde, me voy- se despidió y Nabil, como la noche anterior, le sujetó por el brazo. ¿Qué pasaba? ¿por qué no le estaba pidiendo nada? ¿Había sido su buena acción del día? ¿Qué?
-Eres...eres muy apuesto- Theo se rió.
-Eso está muy bien, se ha curado un poco mi corazón roto – volvió a bromear y Nabil intentó pensar en una forma de solo no decir adiós.
-Quiero decir... me... me gusta tu apariencia- Theo levantó una ceja, como si no entendiera del todo.
-Lo imaginé cuando me invitaste a venir- y Nabil negó efusivamente.
-Quiero decir ¿te gustaría ser la imagen de mi próximo videojuego? Me... ¿me prestarías tu apariencia?- y Theo parpadeó un par de veces y se giró a él curioso.
-¿Que te preste mi apariencia?- preguntó como para confirmar y Nabil asintió.
-Si... si... me gustaría que mi personaje principal estuviese basado en ti... me... me gusta mucho tu apariencia- Theo le vio y se inclinó hacia él. Nabil se cubrió la boca con la mano pues no se había lavado los dientes aún.
-Entonces ¿qué tendría que hacer?- preguntó.
-Solo... solo hacer lo que el equipo de animación te diga...- respondió- Te pagaré... te pagaré muy bien- agregó, así tuviese que doblar el precio usual- ¿Qué... qué dices?- Theo se lo pensó.
-¿Por qué no?- aceptó. Nabil sonrió emocionado y aliviado.
-Déjame como contactarte y te diré a donde ir.
Theo sonrió divertido y le tendió la mano.
- Dame tu teléfono, te escribiré mi número- le aseguró y Nabil se apresuró a buscar desesperadamente su teléfono entre su ropa tirada en el suelo, envuelto en una sábana, hasta que lo encontró y se lo dio. Theo registró su número y se llamó a sí mismo, el teléfono sonó y Nabil pudo estar seguro de que le había dadola información de contacto real, eso lo alivió.
-Bueno, ahora lo tienes y yo tengo el tuyo, llámame- le pidió y le devolvió el móvil, esta vez dándole un beso en la muñeca y después se marchó, dejando a Nabil en una nube de ensueño solo por la posibilidad de volver a verlo.
Nabil dejó pasar una semana, para no verse tan desesperado, tiempo que uso para imponerse al equipo de diseño y pedirles que tomaran la imagen de la persona que quería para el diseño de personajes. El tiempo libre lo pasó buscando en la red un regalo que comprarle, quería impresionarlo, pero con lo que tenían de conocerse lo único que sabía es que era maravilloso en la cama, que tenía los hoyuelos mas sexys del mundo, que su cuerpo entero era firme y que le gustaban los condones de sabores... no había mucho que hacer con esa información.
Mientras revisaba entre páginas de joyas, moda y demás frivolidades, la sección de relojes apareció en el costado. Intentó recordar cómo era el que llevaba Theo y le vino a la mente el gesto que había tenido de ver su muñeca y no encontrar el reloj. Se puso de pie emocionado, perfecto, podía ir a la mejor joyería que pudiera recomendarle internet y comprarle un reloj.
Cinco horas después de tomar su decisión Nabil estaba contento de su elección, bueno en realidad no es que él hubiese decidido, le había pedido a la chica que lo atendió que lo ayudara a decidir, es decir su idea de reloj ideal era uno de bolsillo que tuviese grabado en la tapa
"Don't Forget
3.Oct.10"
Estaba saliendo de la joyería con su botín cuando su teléfono sonó.
-¿Bueno?- preguntó contestando sin verificar el número, probablemente era algo del trabajo, nadie más aparte de su mamá, cada fin de semana, le llamaba.
-¿Así que estás vivo? Entonces puedes explicarme ¿por qué aún no me has llamado?- reconoció la voz, pero no podía creer que le estuviese llamando.
-¿Theo?- preguntó y escuchó la risita al otro lado de la línea.
-Bueno, al menos te acuerdas de mí, estaría realmente ofendido si me hubieses olvidado- ¡Claro! ¡Le había prometido un trabajo fácil con una gran paga! Y no lo había llamado, era un idiota. Theo debía estar ofendido por que no se comunicara con noticias. Sonrió, seguro podría tenerlo contento con su regalo.
-Lo lamento, se que debí llamarte antes para tenerte informado ¿estás libre ahora? Te invito a tomar un café, tengo algo para ti- le aseguró orgulloso de sí mismo.
-Mmm ¿algo para mí?- su voz sonó interesada y Nabil supo que había dado en el clavo al comprarle un regalo- Claro que tengo la tarde libre para ti, ¿qué es? Dame una pista- Nabil sonrió.
-Algo para tus manos- le respondió y Theo sonrió al otro lado de la línea.
-Vaya... ahora de verdad quiero ver qué me darás. ¿Dónde podemos vernos? Iré de inmediato- Nabil le dio la dirección y colgó. Le había dado una pista pero aún con ella Theo no podía adivinar si se trataba de un anillo, una esclava, una pulsera o un reloj.
Subió a su auto y con el corazón acelerado condujo hasta la cafetería del elegante hotel en el que lo había citado. Theo llegó apenas dos minutos después que él, usaba una chaqueta azul, jeans y una playera de diseñador, casuales y relucientes zapatos café, gafas de sol y su increíblemente encantadora sonrisa.
-¿Así que el pequeño genio se dignó a bajar de su mansión en las alturas para saludar a los plebeyos?- preguntó sonriendo mientras se quitaba los lentes y se sentaba frente a Nabil. El pelirrojo de inmediato perdió toda su capacidad de hablar coherentemente.
-Tengo algo para ti- se adelantó a decir a modo de disculpa y Theo jugó con sus gafas en una mano viéndolo fijamente.
-Eso me dijiste ¿por qué no tomamos algo antes de que me muestres mi regalo?- preguntó y Nabil asintió. Theo llamó a la mesera y ésta amablemente tomó su orden. Nabil estaba nervioso y ansioso por darle el reloj, así que con la seguridad del costoso artículo en una elegante caja azul bajo la mesa, Nabil participo algo más positivo en la conversación. Cuando una hora después Theo por fin terminó con su postre, le miró interesado.
-Ahora ¿por qué no me muestras mi regalo?- preguntó y Nabil sonrió encantado.
-No conozco tus gustos, pero... espero que te guste- le aseguró subiendo la cajita que había tenido en sus piernas todo aquel tiempo, colocándola en la mesa la empujó con ambas manos frente a él.
Theo arqueó ambas cejas.
-Vaya... esto... esta es la caja de una joyería...- exclamó impresionado y Nabil se sintió orgulloso, si Theo reconocía la marca era buena señal.
-Lo es, ábrela- Theo le vio y asintió haciéndolo, viendo el magnífico reloj. Parpadeó varias veces.
-Wow...- exclamó como si no pudiese creer lo que tenía frente a él- solo... wow- exclamó de nuevo y Nabil supo que a pesar de estar siempre tan arreglado no debía gozar de mucho efectivo para poder darse el lujo de joyas además de ropa cara- ¿Compraste esto para mí?- preguntó de nuevo y Nabil asintió. Theo tomó aire como si no supiese que decir y asintió- Cielos... gracias- terminó por decir. Parecía que seguía sin poder creer que le había dado un regalo tan caro.
Nabil sonrió y bajó la mirada a su café, satisfecho con lo que acababa de hacer- Sobre el trabajo que mencioné... me preguntaba si aún podrías hacerlo... de... de verdad me gustaría mucho que lo hicieras- le habló tímidamente aunque por dentro se sentía menos inseguro después del regalo que le acababa de dar. Theo le sonrió y hablaron tranquilamente sobre las cosas que debería hacer y sobre que prepararía un contrato para él. Nabil, ansioso de saber más de Theo aprovechó para pedirle datos personales como un apellido que acompañara al nombre.
Cuando la reunión terminó Nabil estaba más que satisfecho del resultado, lo había citado en la empresa en tres días. Él y Theo caminaron al estacionamiento y se giró a él al llegar.
-¿Quieres que te lleve a algún sitio? – le preguntó. Theo le sonrió y dio un paso hacia él empujándolo contra el auto, acorralándolo entre éste y su cuerpo.
-En realidad... estaba pensando...- le habló colocando una mano en su cintura y metiendo el pulgar por debajo de su camiseta acariciando su piel insinuantemente- ¿Por qué no subimos? – acercando su rostro y a Nabil se le disparó el pulso.
-¿A....arriba?- preguntó acalorado y Theo inclinó la cabeza hacia su cuello rozando sus labios con la piel ya sonrosada de Nabil, haciendo que cerrara los ojos.
- Si... arriba... el estacionamiento no es muy apropiado para lo que te quiero hacer- le aseguró paseando los dedos por el vientre desnudo de Nabil debajo de la playera-¿Vendrás conmigo Nabil?- el pelirrojo asintió luchando porque le saliera la voz.
-Si...
Muchas gracias por el capítulo !!! Besos
ResponderEliminarGracias me encanto el capítulo
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