domingo, 19 de marzo de 2017

Por él - Capítulo 24



Capítulo 24

A las afueras de la mansión, un par de gemelos se habían acercado. Kazu ya había tardado cinco horas desde que había entrado, Kendal les había autorizado para averiguar lo sucedido. Estaban ya en el patio cuando el localizador de Kazu comenzó a parpadear, era una señal, Kazu les decía que fuesen a buscarle.

Mientras tanto en el sótano Kazu pulsaba el ajustador de su reloj enviándoles las señales, al tiempo que se deshacía de la esposas. Jin se mantenía lejos de él, tal vez porque la situación en la que estaban le incomodaba, Jin actualmente era conocido como un hombre de hierro, pero con él siempre había sido solo condescendencia y amabilidad. Cuando le sonreía era imposible pensar que semejante sujeto pudiese pertenecer a la mafia. Aún con su imponente estatura era difícil creerlo, pero también lo había visto en presencia de otros, era ciertamente la imagen de un hombre temible.

—¿Así que vas a escapar? este será un espectáculo interesante— ese era su tío y se tensó al darse cuenta que había notado sus intenciones— Tranquilo Kazu, como ya te dije, yo sólo estoy aquí para ver.

Y él sabía que Yudea jamás mentía y se relajó un poco, Jin no había dejado de observarle, pero notó que no había sido buena idea cuando su instinto le hizo advertir que había más intrusos en la casa, iba a salir a ver cuando Kazu se levantó llamando su atención.

—Jamás aceptaré que las cosas sean de esta manera Jin— le habló en la oscuridad y Jin se paró con desenfado viéndole fijamente, que los demás intrusos se fueran al diablo, Kazu tenía su atención.

—A veces tenemos que forzar a quienes amamos— Kazu no dijo nada y cuando la puerta se abrió entrando un par de jóvenes con gafas para ver en la oscuridad, Kazu se lanzó contra Jin, el otro le sacaba casi una cabeza, pero Kazu era ágil y tenía una ventaja, Jin jamás levantaría una mano contra él, intentaba esquivarlo, atraparlo sin darle ni un solo golpe, pero Kazu se las ingenió para impedirle evitar que los gemelos tomaran a Jason y lo sacaran de ahí— Jin arremetió contra él con fuerza, atreviéndose sólo ante la perspectiva de quedarse sin su preciado tesoro. Fueron a dar al suelo y en un giro inesperado Kazu se puso sobre él, besándolo con ansias. Jin se quedó de piedra, quieto y sin saber qué hacer, Kazu se separó, viéndolo agitado por la pelea y por el forcejeo, por el beso, quién sabe, pero sabía que tampoco tenía aliento.

—¿Así besas a quien amas?— Lo había dicho, la palabra tabú entre ellos: amor.

—No…— susurró jalándole por la nuca, atrayéndolo hacia su rostro, esta vez girándolo y poniéndose encima del cuerpo del menor, cubriéndolo por completo y devorándolo con avidez- Es así como lo hago- aseguró llevando sus besos por su mentón hacia su cuello.

—Seguiré sirviendo a Jason— habló Kazu jadeante mientras Jin gruñó dejando de besarle, había sentido a Yudea salir cuando habían comenzado con aquella escena, así que se sentía en libertad de hablar—Déjame terminar— se adelantó—Todos los fines de semana, de doce del día del sábado hasta el inicio del lunes, por ese tiempo seré tuyo, exclusivamente tuyo, para lo que quieras…  donde quieras…— Jin le miró fijamente.

—¿Crees que te quiero por partes?— Kazu le sujetó el rostro.

—Quiero pensar que lo suficiente como para aceptarme así…— Jin le miró y descendió hasta sus labios.
—¿Mío?— Kazu asintió— No pensarás en Jason mientras estés conmigo— Kazu bufó ligeramente.

 —No lo haré— Jin prosiguió.

 —Así te llame… así esté muriendo, no irás con él en ese horario— Kazu volvió a asentir.

 —Sólo contigo— Jin le acarició el rostro.


—Acepto…


Cuando Jason despertó estaba en su habitación, mareado y confundido. Se preguntó si aún seguía soñando o si acaso el estar preso había sido sólo una pesadilla. Se tocó la cabeza y al ver a un lado notó a Basil durmiendo al pie de su cama. Sonrió sutilmente. Seguramente había quedado noqueado de tanta droga, aquel parecía un sueño agradable. Extendió una mano y acarició los rubios cabellos, el otro se removió un poco y al ver que Jason había despertado le sonrió con una felicidad que no le había visto antes inundarle los ojos. Aquello definitivamente era un sueño.

—Has despertado— la voz se le escuchaba algo ronca, ahogada, como si estuviese a punto de llorar.

—Creo que estoy durmiendo— Respondió viendo a su alrededor, lo último que recordaba era aquella muchacha moviéndose sobre él y la oscuridad del sótano inundándole los sentidos.

—Los gemelos y Kazu te sacaron de ese sótano anoche— Basil parecía no saber muy bien cómo actuar.

—Así que eso sucedió— Jason se dejó caer en la cama cerrando los ojos— Estoy en casa…—susurró y se quedaron en un silencio extraño — ¿Lamentas que apareciera?— Basil no comprendió, así que Jason prosiguió— Si no hubiese aparecido, si hubiese muerto, todo sería tuyo— Basil se quedó mudo y Jason después de otro silencio corto le observó, Basil tenía lágrimas en su rostro cubierto de estupefacción—Basil…—le habló extrañado y el otro  luchó por no soltar en llanto.

—Casi me muero de preocupación— soltó apenas antes de que las lágrimas comenzaran a correr sin control por sus mejillas, había intentando ser fuerte durante todo aquel tiempo, no podía mas— Creí que no volvería a verte— Jason se sintió en un mundo ajeno. Basil lloraba por él… pero ¿por qué?

 — ¿No pensaste que podría haberte dejado?— Basil se talló los ojos

—Llámame imbécil… además, ¿por qué lo harías? si quisieses dejarme no tendrías que escapar…— Basil se levantó— Creo que no es necesaria mi presencia aquí ¿quieres algo? Le diré a los sirvientes que te lo traigan, el médico te revisó, dijo que estarías bien, que solo necesitabas descanso, te drogaron pero estarás bien, saldrá de tu sistema en poco tiempo.

 —Basil— Jason le llamó en cuanto el otro se levantó— Siéntate— le indicó y Basil hizo amago de hacerlo pero Jason le tomó del brazo jalándolo sobre él, haciendo un leve gesto de dolor, pues las muñecas las tenía en carne viva por las esposas— Shh— le silenció cuando Basil pareció querer preguntar qué pasaba— Sabes que me drogaron… ¿sabes también por qué?— Basil desvió la mirada.

—Me enviaron un vídeo… donde… hacías el amor con ese chica…— Jason le tomó por el rostro.

—Tuve sexo con ella… solo he hecho el amor contigo— Basil rió amargamente, iba a decir algo pero Jason le puso un dedo en los labios—No me importa lo que pienses, a ti te hice el amor…—Basil se negó a mirarle, pero dio un respingo cuando Jason metió una de sus manos por debajo de su ropa.

 —Jason…debes descansar…— pero Jason le tumbó a su lado.

—No… no tienes idea de lo que necesito…— Besó su cuello y Basil, herido por sus últimas palabras, se debatió entre disfrutarlo o apartarlo— Me drogaron y tuve sexo pero no poder meterme entre tus piernas fue lo peor…— metiendo una de sus manos en los pantalones del rubio.

Basil tomó una bocanada de aire cuando los largos dedos acariciaron su vientre, miró a Jason y sonrió tristemente. Dios, cómo lo amaba ¿Que había esperado? ¿Qué al volver Jason estuviese tan afectado por verlo como él? Era cierto que antes del secuestro las cosas iban bien, tenía que conformarse con eso, lo de ellos por dulce que le pareciera en ocasiones, no era más que un trato de negocios. Cerró los ojos dejándose hacer y disfrutando de tenerlo de vuelta, cuando los dedos del castaño se metieron en sus pantalones jadeó.

 —Jason

—Te vez exquisito cuando te mueres de deseo, cachorro— comenzando a masturbarlo, deleitándose con su rostro anhelante— Compláceme Basil, gime más…— y Basil simplemente cerraba los ojos sintiendo el exquisito orgasmo sobrevenirle— Di mi nombre…

—Ah… Jason… Jason…— moviendo ligeramente las caderas, sintiéndose más y más caliente, hasta por fin venirse en su mano, quedándose agitado junto un Jason sonriente que lamió su mano completamente satisfecho con la docilidad de su cachorro.

Se quedaron en un cómodo silencio mientras Basil se recuperaba y cuando lo hizo se sonrojó viendo las vendas en la muñeca de Jason sucias con su semen.

 —Yo… yo te las cambiaré— pero Jason lo empujó contra la cama impidiéndole levantarse.

— Aún no acabo Basil, cuando terminemos podrás lavarme todo el cuerpo— Basil se sonrojó aún mas, si es que eso era posible— Claro, si es que puedes levantarte para cuando terminemos— Basil pasó duro pero aún así rodeó sus brazos dispuesto a complacer al castaño en lo que deseara—Qué dócil— sonrió.

 —Aprovecha, antes de que la razón regrese a mi…— Jason mordió sus labios en un beso profundo.

—Me encargaré de que tu razón desaparezca… descuida… no podrás pensar en nada…



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