viernes, 17 de marzo de 2017

+Money - Capítulo 4


Capítulo 4



Nabil chocó contra la pared cuando Theo le empujó y metió la mano en su pantalón comenzando a acariciarlo con una pasión que lo dejó sin aliento, aunque no importó, de cualquier forma, no habría podido respirar con su boca devorando la suya, ahogando los gemidos que su mano le provocaban.



-¡Ah!- el primer gemido salió cuando Theo bajó a su cuello mordiendo y besando, haciendo que las piernas le temblaran. Cuando intentó regresarle el favor, aún a pesar de tener los sesos fritos por la excitación, Theo lo detuvo.

-No, no, no, mi cajita de sorpresas, esto es para ti, por ahora- le reprendió tomando sus manos y colocándolas contra la pared- Sé bueno y déjame saborearte- le pidió al oído y Nabil asintió efusivamente loco por complacerlo, porque no apartara sus manos de él y Theo sonrió sobre la piel de su cuello- Buen chico, buen chico- lo felicitó y le abrió por completo los pantalones dejándolos caer hasta sus tobillos, con el camino libre siguió acariciándolo. Nabil tenía la cara roja, haciendo juego con su pelo y gemía mientras veía el techo intentando que el orgasmo no lo alcanzara y le hiciera fallar las piernas e ir a dar al suelo-¿Se siente bien?- escuchó la pregunta seguida de una mordida en su oreja y estuvo por venirse.


-Por... por favor... déjame tocarte- le pidió, necesitaba apoyo y más que nada necesitaba urgentemente sentir a su amante. Pero contrario a su petición Theo se separó de él. Nabil le vio asustado por haberlo hecho enojar, pero lo único que encontró en Theo fue una sonrisa pícara mientras se alejaba de él y comenzaba a sacarse las prendas.


-Desvístete, mi pequeño genio ¿no se siente mejor si es piel con piel?- preguntó y Nabil se apresuró a sacarse la ropa torpemente pero lo más rápido de le daban sus manos y su incómoda erección entre las piernas.

Para cuando Nabil lo logró Theo ya estaba desnudo y sentado en uno de los sillones y le hizo una seña con el dedo índice para que se acercara. El pelirrojo tuvo el impulso de cubrirse pero Theo negó con un dedo.

-No, no ¿recuerdas las reglas? Nada de cubrirse – le recordó y Nabil pasó duro caminando hacía él apretando los puños para no cubrirse, sentía la mirada de Theo en él y era excitante. Nunca antes se había sentido deseado de aquella manera.

Cuando se detuvo frente a Theo éste le tomó una de las manos y lo jaló suavemente, invitándolo a sentarse en sus piernas, a horcajadas sobre él, de forma que sus erecciones se tocaron y Theo tomó ambas comenzando a masturbarlos juntos.


-Gmmm como dije... ¿no es mejor piel contra piel?- preguntó buscando su boca y enviando la cordura de Nabil al demonio.

Horas después Nabil estaba boca abajo en la cama, medio ido, satisfecho y probablemente abierto como no lo había estado hasta ahora.

-¿Cansado aún?- escuchó en su oído y suspiró.

-Lo siento...- Theo se rió.

-Esta vez ¿por qué?- preguntó y Nabil se encogió.

-No puedo mas- Theo se rió con más ganas y lo abrazó por la cintura atrayéndolo a su cuerpo y apretándolo así.

-Que cosas más adorables dices, pero creo que también llegue a mi límite, ¿Qué te parece pasar la noche aquí?- Nabil suspiró idiotizado, no solía pasar la noche con nadie pero sería la segunda vez que lo hiciera con Theo.


-Me... me parece bien- sintió de inmediato a Theo acomodarse mejor detrás de él, sin soltarlo de la cintura.

-¿Estás incómodo?- Nabil negó, no lo estaba, se sentía maravilloso entre sus brazos.

-No- Theo suspiró nuevamente, esta vez de cansancio.

-Durmamos entonces- y no tardó mucho en sentir la respiración acompasada de Theo tras él. Nabil no entendía como podía sentirse tan cómodo en la intimidad con un hombre que prácticamente no conocía de nada. Pensando en eso se quedó dormido.

Lo despertó el sonido de la ducha, estaba tan cansado que apenas y pudo recordar buscar la ventana, las cortinas cerradas no le dijeron gran cosa. Su celular debía estar olvidado en alguna con su ropa y no tenía fuerzas para levantarse a buscarlo. Se removió en la cama, había alguien en la ducha ¿quién era? Gimió dormilón y se tapó hasta la cabeza al tiempo que Theo salió viéndolo.

-¿Te desperté?- la voz ya conocida lo despertó de inmediato y lentamente se descubrió el rostro.

-Buenos días...- le saludó bajito y Theo le sonrió.

-Buenos días, bello durmiente- se acercó a él y le dio un beso en la frente- Lo siento, hoy también tengo que irme antes- y Nabil asintió, la mayoría se iba nada más terminar de coger, que se fuera a primera hora de la mañana no era en absoluto malo en comparación- Gracias por no enojarte- le sonrió y Nabil volvió a negar restándole importancia. Cubriéndose aún hasta la nariz con la sábana, gesto que Theo interpretó como timidez, pues era el mismo gesto que había tenido la última vez al despedirse.

Theo se vistió y Nabil se quedó tranquilamente en la cama observándolo... ah... era un hombre tan apuesto, pero no era lo mejor de él... ni de cerca. Lo hacía sentir tan... tan increíble, claro que era especialmente increíble en la cama pero no podía decir que no habían pasado horas hablando antes de eso en cada ocasión, no es que supusiera que el sujeto lo encontraba de verdad interesante pero al menos mostraba el interés por lo que él era.

-¿Podemos volver a vernos?- le preguntó bajito, casi deseando que no lo escuchara y Theo levantó la mirada terminando de abotonarse el saco algo arrugado sin ver.

-¿Me estas pidiendo una cita?- preguntó juguetonamente y Nabil bajó la mirada y se avergonzó encogiéndose de hombros.

-¿Algo así?- pregunto y Theo le guiñó el ojo.

-¿Tienes mi número verdad?- preguntó y Nabil sonrió apenas perceptiblemente, asintiendo –Entonces llámame- le pidió y Nabil se despidió de él esa mañana, como la última, en su pequeña nube.


Dos días después le llamó para concertar una cita, aunque sería de trabajo. Le llevó al estudio que se encargaría de los gráficos de su trabajo, lo recogió y dado el tráfico hablaron más de una hora dentro del auto, Nabil deseó tener un regalo para él, pero al parecer a Theo no le molestó el hecho de no recibir nada ese día. Claro, tampoco tuvieron sexo ese día, pese a que su compañía le resultó divertida y agradable, cada momento que pasaba con aquel hombre era un poco más fácil hablar con él.

Nabil estuvo presente cuando le presentaron el contrato al que Theo sinceramente no prestó demasiada atención y después simplemente observó el proceso, se iba a usar a un experto en parkour para la mayoría de los movimientos, Theo solo sería la base para su imagen.

Pese a ello, la cantidad de video y fotografía que le tomaron fue asombrosa, o al menos lo era para Nabil, él normalmente no se metía mucho en esa parte del trabajo, dada las cláusulas de su contrato le presentaban las propuestas de los diseños para pedir su opinión, pero no era ni la voz definitiva ni él se metía demasiado en ello, al fin y al cabo todo siempre le parecía muy bien hecho y bonito y hasta ahí llegaba su interés. De por si el proceso ya era diferente con él dada su forma de trabajo, es decir normalmente para cuando se programaba los diseños ya estaban hechos, pero con él era al revés, hacía la programación de los movimientos y las rutas y después en base a lo que sea que él hiciera se creaban los diseños acorde a la historia y estilo de juego. Era la primera vez que Nabil había hecho una petición y el equipo había estado sorprendido pero se había mostrado bastante accesible. Especialmente cuando Nabil les había pedido que fuera él quien pagara directamente por el trabajo.

Cuando todo terminó Nabil se encargó de llevar a Theo a donde le había indicado, al parecer el rubio tenía trabajo que hacer, aunque Nabil no preguntó cuál exactamente, entendió que era algo más de fotografía. Por lo que sabía de Theo, debía ser alguna clase de modelo, Nabil no había preguntado mucho porque la verdad no quería saber mucho. Sabía que Theo como todos los guapos chicos anteriores estaba interesado en su dinero, pero si había algo más, él no quería saberlo, estaba feliz de conocerlo en esos momentos y no quería arruinarlo.

-Eso fue algo nuevo- le comentó Theo cuando el trabajo terminó, el equipo había estado algo sorprendido al ver a Theo, pero Nabil los entendía. Era tan... tan guapo.

-Creí que las sesiones no eran algo nuevo para ti- comentó y Theo se encogió de hombros.

-Pero nunca un trabajo tan exhaustivo. Las sesiones suelen ser mucho más cortas- Nabil se estacionó frente al edificio de una revista de moda masculina.

-Te agradezco infinitamente que aceptaras hacer esto- Theo le guiñó el ojo.

-No es nada... pero si quieres agradecerme de verdad...- Se inclinó hacia él-¿Qué te parece si me invitas a cenar mañana?- y Nabil se sorprendió, él aún estaba pensando cómo podía invitarlo a salir y le sorprendió que fuese él quien tuviese la iniciativa.

-¡Cla... claro!- eso no lo había esperado pero por supuesto que no le molestaba en lo más mínimo– ¿En dónde puedo pasar por ti?-Theo le sonrió mientras abría la puerta- El mismo sitio de hoy, también tendré trabajo en ese lugar mañana, pero tendré la noche libre para ti- Nabil sonrió sintiendo las mejillas arder.

-¿A qué lugar quieres ir?

-Sorpréndeme, mi pequeño genio - le dijo y le guiñó el ojo antes de cerrar, colocarse las gafas de sol y caminar rumbo al imponente rascacielos. Nabil se quedó idiotizado viéndolo hasta que el sonido del claxon tras él le indicó que debía moverse y lo hizo, aunque el corazón le martillaba con fuerza logró llegar sano y salvo a casa. Lo había logrado, sólo que ahora tenía un nuevo problema.

-¡¿A dónde voy a llevarlo?! ¡¿Qué le regalo?!




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