Capítulo 5
Durante el mes después de la sesión de fotos
Nabil y Theo salieron dos veces por semana, la relación a visión de Theo iba
viento en popa y estaba bastante orgulloso de su progreso con el pequeño genio.
Esa noche tendrían una cita nuevamente, nunca
había intentado imaginar cómo era el programador de sus videojuegos más
vendidos, pero teniendo en cuenta el tipo de trabajo que hacía debió haber
imaginado que sería un hombre dominante. El pequeño genio había insistido en ir
a buscarlo en todas sus citas y llevar su propio auto, era la primera vez para
Theo que era cortejado y eso era algo excitante y curioso, algo bochornoso a
veces, pero a pesar de todo le gustaba. Al menos agradecía que Nabil no le
llevara flores cuando iba por él, los regalos eran un poco más discretos. El
primero en especial le había parecido encantador, él llevaba meses diciéndose
que iría a comprar un reloj nuevo y de repente ¡bam! ahí estaba ese encantador
chiquillo con sus adorables mejillas arreboladas dándole uno.
Theo salió de la ducha tarareando “Everybody”
de los BackstreetBoys, ciertamente se sentía como un adolescente últimamente,
se había acercado a Nabil con propósitos meramente profesionales. La mente
ingeniosa y creativa del chico le parecía sumamente sexy pero no había esperado
que aquel delgaducho pelirrojo con adorables pecas y bonitos ojos tras unas
horribles gafas despertara su libido de aquella forma. Y en la cama ¡ah, Dios!
nunca se había sentido tan libre y aceptado, era un granuja, lo sabía, pero
Nabil lo aceptaba todo de él con gusto y eso lo hacía sentir tan cómodo.
-Lo tienes loco, Theo- le sonrió a su espejo y
se guiñó el ojo – Oh, Dios ¿por qué soy tan guapo?- preguntó a los cielos
viendo su rostro desde varios ángulos y sonrió alejándose un paso observándose
sólo con la toalla en las caderas- Eres un Dios… si… eres tan apuesto- jugueteó
un poco más con su reflejo y después se rió de su propia estupidez. Viendo el
reloj en el tocador pasó los dedos por él y tomando el control remoto de la
música ambiental de su casa la encendió, por todo el departamento comenzó a
sonar un cover de “Problem” de Ariana Grande, cantado por Hozier.
Felizmente Theo comenzó a arreglarse, se vistió con un traje azul a la medida, una
camisa amarillo pálido y una corbata a rayas rojo quemado. Con una sonrisa se
colocó los calcetines azul marino y los zapatos a medida Dior que ajustaban con
el traje, lo cual era curioso pues vestía un Armani esa tarde y su colonia era
Kenzo, en fin, a quién le importaba.
-No importa lo que te pongas. Eres un ganador,guapo-
se dijo al espejo en modo de broma y se peinó echando su cabello atrás- Esta
noche tengo una cita- tarareó juguetonamente- Una cita con el amor- continuó
bromeando y abrió el cajón de su buró- Veamos… condones… pañuelos por si acaso
¿lubricante?- lo contempló y lo regresó al cajón- No, no es necesario- sonrió
complacido, Nabil y él eran compatibles fuera de la cama pero lo cierto es que
en ella estaban hechos el uno para el otro.
Cuando Theo bajó, su chofer sonrió al verlo.
-¿Verá a ese programador hoy señor?-le
preguntó y Theo le miró curioso.
-¿Cómo lo sabes?- El hombre le abría la puerta
sonriendo.
-Porque esta sonriendo, jefe… y lleva otro de
sus trajes favoritos- Theo se vio a sí mismo.
-¿Soy tan obvio?- su cochero solo sonrió y
Theo suspiró ¿qué podía hacer? ese muchachito lo tenía loco. Subió a su auto y
al llegar a la compañía y bajar, notó el
auto de Nabil ahí. Curioso… no recordaba que tuviese nada que hacer ahí, vio el
ascensor abrirse y al chofer de Nabil salir.
-Buenos días, es el chofer de Nabil ¿cierto?-
le saludó sonriente y el hombre refunfuñó al verlo, ¡vaya si era un anciano
bastante amargado! Desde que lo había visto la primera vez no lo había visto
sonreír ni una sola vez- ¿Ha venido Nabil?- preguntó con las manos en los
bolsillos y el hombre gruñó de nuevo.
-No, mi señor me envió por un paquete- le
respondió de mala gana y Theo frunció el ceño. Ese sujeto… era un hombre mayor
y sólo por eso no le respondía mal, pero no entendía para nada su actitud.
-¿Tiene algún problema conmigo?- preguntó
cuando el anciano paso por su lado, por lo que había visto en la interacción
entre ellos, sabía que Nabil le tenía aprecio al hombre, así que no debía ser
tan malo.
- Mi problema no es con usted “caballero”- le
aseguró caminando con el paquete rumbo al auto de Nabil- Mi problema es con los
oportunistas como usted en general- Theo parpadeó varias veces rápidamente y
echó la cabeza un poco atrás ante la acusación.
-¿Yo soy un oportunista?- el hombre se giró a
él con mala cara.
-Quizá haya durado más que los demás pero no
es tan diferente, puede ser un hombre atractivo, que pueda conseguir regalos y
paseos con su buena apariencia pero eventualmente le será inútil y mi señor aún
tendrá su cerebro. Él es demasiado bueno para oportunistas como usted-
sentenció y subió al auto azotando la puerta y saliendo de ahí, Theo no podía
creer lo que le acababan de decir. Pensativo caminó a su elevador privado y
éste lo llevó directo a la última planta donde estaba su oficina.
-Buenos días, Jefe- le saludo Nico, su secretario
y además su mejor amigo- ¿Qué ocurre?- le preguntó siguiéndolo dentro de la
oficina y cerrando la puerta tras ellos cuando Theo le contestó con un
asentimiento- ¿No tenías una cita hoy con ese programador que te trae loco?-
preguntó comenzando a cerrar las persianas para tener más privacidad.
Theo se hizo hacia atrás en su asiento y
frunció el ceño pensativo entrelazando los dedos de sus manos.
-¿Es posible que alguien pueda confundirme con
un arribista?- preguntó y su amigo levantó una ceja y le vio como si estuviese
loco.
-¿Tomaste alguna cosa extraña hoy?- le
preguntó y Theo se inclinó de golpe al frente apoyando sus brazos en el
escritorio y frunciendo más el ceño.
-Un anciano acaba de acusarme de ser un
oportunista que se aprovecha del chico con el que salgo- Nico se rió.
-Eso sería algo difícil teniendo en cuenta que
eres quien firma sus cheques – se burló – Bueno, en realidad no tu
personalmente pero me entiendes- le
aseguró y Theo volvió a echarse atrás en su silla subiendo los pies al
escritorio.
-No tiene sentido ¿cierto?- preguntó
pensativo- Pero lo que mas me preocupa es… ese anciano menciono a los arribistas antes de
mi- Vio directo a Nico- Dijo que yo había durado más que los anteriores, si
Nabil se ha relacionado solo con ese tipo de personas ¿no crees que el piense
algo así de mi o sí?- preguntó preocupado y Nico se rió.
-Oh, por favor, tu mismo lo has dicho, es un
genio en nuestra industria ¿en qué cabeza podría caber que el nuevo CEO del
grupo de tecnología de realidad virtual más importante del planeta este
saliendo con él por interés?- Nico torció el gesto.
-¿Quizá pueda pensar que estoy interesado en
robar sus proyectos?- Nico levantó una ceja incrédulo.
-Ni siquiera yo tengo tiempo de sobra como
para perderlo así, ya tiene un contrato, todos sus trabajos pasan primero con
nosotros antes de poder ofrecerlos a alguna otra compañía. ¿Por qué demonios
precisamente tu harías algo así?- Theo respiró hondo y asintió.
-Si… no hay forma de que el piense algo así ¿no?-Nico
se rió de nueva cuenta.
-Ninguna Jefe, tranquilo. Aunque en realidad
yo era el que estaba preocupado de que el oportunista fuera él pero siendo como
son las cosas…- Theo se rió y asintió.
-Cierto ¿cuándo en todos estos años imaginaste
que sería cortejado de esta forma?- Nico sonrió.
-Lo tienes loco, jefe- Le aseguró y más
tranquilo Theo dejó que su cabeza enamorada se quedara en letargo mientras su
lado serio y despiadado en las finanzas se encendía y comenzaba a ladrar órdenes
después de revisar los primeros papeles que su secretaria le dejó en el
escritorio.
La revista que casualmente la muy encantadora
Adele compró esa mañana mientras hacia las compra por casualidad, solo por
tener algo que leer además del periódico que Bill dejaba todas las mañanas en
la cocina después de desayunar. Aquella revista al menos tenía a aquel muchacho
tan apuesto en la portada. La mujer descubrió para su encanto que había muchos
más hombres guapos en el resto de las páginas y se rió.
-¿De qué te ríes mujer?- preguntó Bill
entrando después de terminar de podar las flores del jardín, pues el jardinero
de confianza estaba enfermo y no vendría hasta la próxima semana, pero algunas
ramas ya rozaban los ventanales.
-Es sólo la lógica de los jóvenes… esta
revista se supone que está enfocada a hombres, pero mira…- le mostró las páginas
rápidamente- Sólo hay muchachos guapos ¿no debería haber alguna sensual mujer por
aquí al menos?- Volvió a reír y cerró la revista dejándola en la mesa- ¿Quieres
limonada? Acabo de hornear los panqués favoritos de Nabil, me gustaría que se
los llevaras después de comer- habló mientras sacaba los panecillos del horno.
Notó que su esposo no le respondía y se giró a él- Bill ¿me estás escuchando?-
pero el hombre se había quedado ido observando la portada de la revista- ¿Qué
ocurre amor? Te aseguro que tú eras tan apuesto como cualquiera de esos niños
en tus tiempos- le dijo a modo de consuelo, pero Bill seguía pedido en la
portada.
-¿Podrías empacarme unos extras?- ella
le vio asintiendo.
-Claro amor ¿para qué?- Bill tomó aire y se
secó nerviosamente el cuello con su pañuelo.
Tan modesto este Theo!!! Jajaja
ResponderEliminarMuchas gracias por el capítulo, buen finde, besos
me encantó mil gracias por traernos historias... Interesantísimas . ...
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