jueves, 10 de octubre de 2019

Giros de la Vida - 2

Capítulo 2


Al día siguiente Julián caminaba por las calles de la ciudad con una sonrisa en sus labios, aquella mañana se había levantado haciendo ejercicio hasta sudar la borrachera del día anterior, ahora se sentía como nuevo, se había dado una ducha bastante recuperadora y había pedido a Lorraine la dirección de Evan, ya que ese era el día de descanso del moreno, no recordaba nada de lo que había pasado después del segundo trago, pero las palabras de cierto moreno revoloteaban en su cabeza, también había encontrado una nota al lado de su cama “ Evan estará a tu disposición si vas a buscarlo hoy, no lo desaproveches” era su letra, algo descompuesta por la borrachera pero era su letra. 

—Que listo soy…— canturreo arrugando el papel en sus manos divisando el edificio del departamento de su empleado. Se vio en los espejos de un edificio por el que paso y se inspecciono, estaba perfecto…como siempre. Había buscado que ponerse y había terminado poniéndose uno de sus trajes del trabajo. Ahora al contemplarse tan insípido y ordinario se arrepintió de su decisión. 

Estaba lamentándose por su selección de vestuario cuando noto, en el reflejo, la apariencia de la calle tras el. Había personas vestidas de cosas extrañas y la decoración estaba llena de naranja y negro. Parpadeo varias veces recordando que era Halloween. Al instante una idea inundó su mente y comenzó a buscar con la mirada un sitio donde pudiese encontrar lo que necesitaba y abundaba en aquellas fechas. 

Un par de horas más tarde había encontrado lo que necesitaba y se encaminó a su destino mucho más a gusto que antes... 

Llego hasta la puerta que correspondía al departamento del moreno y toco con una sonrisa en los labios, cuando la puerta se abrió no pudo mas que contener el aliento, carajo se suponía que el impresionado debía ser su asistente no él. Frente a él un sorprendido Evan permanecía parado con nada más sobre su atlético cuerpo que un pantalón de mezclilla ceñido al cuerpo, sus pies descalzos y el cabello húmedo que dejaba caer algunas gotas de agua por todo aquel pecho fuerte y moreno. 

—Qu-que…— a Julián los balbuceos del castaño lo regresaron al mundo y le sonrió con coquetería jugando con uno de los mechones que caían sobre sus hombros. 

—¿¿No me invitas a pasar?? 

Evan simplemente asintió y se hizo a un lado dejándolo entrar y cerrando la puerta sin atreverse a mirarlo directamente. De reojo lo vio quitarse el abrigo y mostrar un atuendo de pantalón negro de cuero en el que se extendía el encaje transparente en los lados, en el pecho una especie de camisa de terciopelo con las mangas y el torso en encaje negro…no tenía idea de que existía esa clase de ropa para hombres… 

El castaño paso duro, obviamente su jefe estaba vestido para alguna fiesta de Halloween dado el día, pero él jamás lo había visto con ropa tan…erótica. Deseo poder encerrarlo ahí y no dejarlo salir. 

—¿Que hace aquí?— Evan se las arregló para que la voz le saliera casi normal. 

Julián noto el leve sonrojo en el moreno y sonrió, perecía que a fin de cuentas su atuendo si había dado resultado, podía notar como aquellos ojos daban fugaces inspecciones a su cuerpo. 

—¿¿Tú que crees??— Se acercó, dejando al otro contra la puerta de la casa— vine a que cumplieras tu palabra— murmuro, Evan era más alto que él y sus labios no pudieron evita ir a dar a al pecho del otro llenándolo de sensuales besos. 

Evan ahogo un gemido ante la sensación y apretó las manos en puños para no hacer ninguna locura…intento pensar racionalmente…pero nada racional le venía a la cabeza. Simplemente no se atrevió a poner una sola mano sobre su jefe, había sido demasiado tiempo conteniéndose y soltarse no era tan fácil. 

—¿Por qué no fuiste a trabajar ayer?— Julián decidió distraerlo, y mordió un poco después de preguntar, aunque sin querer su voz salió con reproche mientras sus manos desabotonaban el pantalón ajeno. 

—Me- me quede dormido, Salí con Lucia hasta tarde y me quede dormido…le avise a Lorraine cuando pude…lo… lo siento… restare dos de mis días de vacaciones por eso—balbuceo sin pensar, sabía que debía apartar a su jefe, él no podía ser una cosa de una noche…pero lo deseaba tanto que no se atrevió a resistirse. 

Julián sintió su sangre arder ante la mención de aquella muchacha y su mano se metió rápidamente en el pantalón del otro presionando la erección que comenzaba a formarse pese a la resistencia de Evan. 

—Debió dejarte exhausto para que no llegaras a trabajar…— comento con la voz cargada de celos, pese a que sabía que no tenía derecho a sentirlos— pero voy a demostrarte que puedo ser más complaciente que esa zorra— su mano comenzó a moverse sobre el miembro caliente y el castaño aventó la cabeza atrás jadeando un poco. Julián jamás era despectivo hacia las mujeres pero los celos lo estaban comiendo vivo. 

—Na-nada paso… solo salimos como amigos…— se intentó excusar, el odiaba escuchar la voz enfadada de su jefe. Pero Julián solo frunció el ceño. 

—¡No te creo!— aumento el ritmo de su mano como queriendo castigarlo. 

—¡ah! por dios!... ¡te lo juro!... nada paso— declaro mientras en un movimiento rápido tomo la mano de Julián apartándola de sus pantalones ahora poniendo a su jefe contra la puerta reclamando aquellos labios con pasión desenfrenada, ese maldito niño que por cierto era su jefe lo había sacado por completo de si. Arranco la ropa del pelinegro de su cuerpo dejándolo tan solo con la camisa rota y abierta medio cubriendo su pecho. El mismo Julián se las arregló para patear el pantalón arrancado de su cuerpo lo más lejos posible, el no necesitaba ropa en esos momentos. . 

—¡¡Jodeme!!— resonó la voz exigente de Julián mientras recibía fuertes mordiscos en su cuello y manos ajenas se posaban en su erección regresándole el favor que le había dado hacia unos momentos. 

Julián no era un amante paciente, o al menos eso estaba descubriendo y jaloneo el pantalón ajeno hacia abajo frotándose contra la erección libre, grande y húmeda que lo tenía babeando. 

—¡¡Maldición!!— Evan gruño ante la provocación, dios como quería entrar en aquel estrecho pasaje que lo llevaría al cielo, sus dedos mojados con el pre semen de su compañero viajaron asta aquella pequeña entrada tratando de prepararlo un poco— por dios por lo menos déjame prepararte… Gm…— intentaba concentrarse en prepararlo pero Julián no dejaba de fregarse contra el aumentando más, si era posible, su erección. 

Evan casi perdió el juicio pero aun así logro meter tres dedos y moverlos dentro de su jefe antes de mandar todo al carajo. 

— ya no lo soporto…— un bufido del moreno y alzo a Julián recargándolo de la puerta entrando en el de una sola embestida, lanzando un fuerte gemido que se ahogó en el grito de placer de su compañero. 

Los labios del moreno se apoderaron de los ajenos y tomo a su amante por los glúteos cargándolo en aquella posición asta su habitación. Si se quedaban ahí en la puerta ¡todo el edificio se enteraría de lo que estaban haciendo! Él estaba bien…pero la voz de su amante en esos momentos…esa no quería compartirla con nadie. 

Dejo caer el cuerpo del pelinegro en la cama soltando sus labios pero sin salir de el e inmediatamente comenzó a moverse con fuerza dentro de aquel delgado cuerpo que se retorcía de placer bajo el suyo. 

—dios no sabes cómo eh deseado esto…— confeso y Julián lo escucho pero no pudo hacer más que gemir, Evan era muy grande y podía sentir como tocaba su próstata dejándolo sin aire. 

—Ah… dios…ya… ya casi…— Julián sintió el orgasmo sobrevenirle y de repente Evan se detuvo dejándolo al borde del clímax. El anhelo, el deseo, la angustia y la frustración se mezclaron en el pecho de Julián y se reflejó en sus ojos, ganándole a Evan una mirada de reproche de un Julián que lo miraba jadeante y frustrado. 

—Aun no mi estimado Jefe…— sonrió al ver al hombre que llevaba tanto tiempo deseando con el mismo anhelo en sus ojos. Comenzó a moverse muy lentamente sacando suspiros suaves a su compañero que estaba aún más sensible que antes— usted no va a salir de este departamento en mucho… mucho rato… 



A varios miles de kilómetros de ese departamento Noah al fin había logrado que Magnus le permitiera tener acceso a un teléfono y llamar a su viejo amigo y ahora ex prometido. Se sentía tan ruin respecto a la forma en que se había separado. Solo deseaba poder decirle con su propia voz cuanto lo sentía, lo menos que Julián merecía era que el mismo rogara su perdón, así no lo obtuviera esperaba que sus ruegos al menos le permitiera a su amigo dejarlo ir y seguir adelante. 

Después de algunos tonos contesto lo que parecía la voz agitada de Julián. 

—¿Noah… Noah eres tú?— la voz de su amigo se escuchaba jadeante y le pareció que incluso había soltado un gemido. 

—¿Ju…Julián?— Sus mejillas se encendieron imaginando un par de cosas que no debía, escucho la risilla del pelinegro al otro lado de la línea y trato de hablar— Julián yo… 

—Noah se lo que vas a decir… ¡ah!... Noah estoy bien ¿vale?... dios más…— Noah no podía estar más sonrojado ¿qué carajo estaba haciendo Julián?— como deciaaaaa… no te preocupes… ah… Evan…Evan me esta… ¡¡ah!!... consolando muy bien…— Noah no sabía ni que decir y escucho como le quitaban el celular a su ex para luego escuchar la voz de su otro amigo no en mejores condiciones. 

—Lo siento Noah amigo… gm… pero tu ex está ocupado…— y la línea se había cortado sin que Noah supiera que del otro lado, el celular había ido a dar contra una de las paredes del departamento de Evan. 

— ¿Qué pasa?— Magnus observo el estado de shock del amante que había robado y lo miro seriamente. 

—Creo… creo que Julián estará bien…— sonrió nerviosamente, después de todo no habían estado tan mal aquellos giros de la vida.

1 comentario:

  1. Quién en su sano juicio contesta en plena faena?...al parecer Julián jajaja
    Muchas gracias, buen finde, besosss
    Lu Malandro

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